Las arañas sicario y su verdadera letalidad

El veneno de las arañas sicario tiene el potencial de producir lesiones necróticas, sin embargo es un hecho que la letalidad de su picadura es baja.
Las arañas sicario y su verdadera letalidad
Luz Eduviges Thomas-Romero

Escrito y verificado por la bioquímica Luz Eduviges Thomas-Romero.

Última actualización: 02 agosto, 2022

Las arañas sicario pertenece al género Sicarius, que en conjunto, son más conocidas como arañas areneras, arañas de seis ojos o arañas asesinas. De hecho, su nombre científico Sicarius proviene del latín que significa asesino. Estas arañas habitan en los desiertos de África, y zonas áridas de América del Sur y América Central.

En la actualidad, se conocen 124 especies en la familia de los sicáridos distribuidas en dos géneros: Loxosceles, con 103 especies y Sicarius, con 21. Todas estas especies son consideradas de importancia médica, pues presentan en su veneno un agente que induce la necrosis de la piel.  De entre los dos géneros, el veneno de las arañas sicarios se reporta como el más tóxico.

¿Qué rasgos son importantes conocer de las arañas sicario?

A continuación te presentamos algunas características que definen a este invertebrado:

  • Son de naturaleza tímida y muy poco agresivas. Las arañas del género sicario no hacen telarañas: pasan su vida enterrándose en arena o tierra, ocultas debajo de las piedras, o en una madriguera. Así, es común que lleven su cuerpo cubierto con partículas de arena.
  • Por sus hábitos de vida, son endémicas de zonas desérticas y terrenos áridos.
  • En cuanto al tamaño, el género de las arañas sicarios es el más grande: su cuerpo alcanza los 1,5 centímetros y, añadiendo la longitud de las patas, de 5 a 6 centímetros en total.
  • La cutícula externa del animal está densamente cubierta con pequeñas espinas como pelos.
  • En cuanto al color, pueden ser amarillentas o marrón rojizas.
  • Poseen 6 ojos pequeños separados y dispuestos en una fila recurva en forma de U.
  • Estas arañas viven por lo menos 12 años.
Otro ejemplar de araña sicario

¿Qué comen estas arañas?

Todas las arañas sicario conocidas son carnívoras, aunque los datos sobre las presas habituales de estas arañas son limitados. Sin embargo, existen testimonios de que las especies capturadas, tanto en África como en América, comen en el entorno natural cucarachas, hormigas, grillos, escorpiones y arañas.  No hay evidencia de que cacen o coman ningún vertebrado.

¿Se merecen la fama de asesinas?

En primer término, es oportuno matizar que la gravedad de una picadura de araña dependerá de varios factores:

  • Que el veneno en el momento de la inoculación contenga los componentes tóxicos: es comúnmente ignorado que la composición del veneno varía. Existen análisis comparativos que sugieren que esta variación del veneno puede correlacionarse con la geografía, el hábitat y las estrategias de captura de sus presas.
  • Que la cantidad de veneno inyectado sea suficiente para causar envenenamiento: la producción de veneno es limitada. En el caso de las arañas sicarios, se ha reportado en condiciones óptimas de “ordeño” una producción de 0,15 a 0,23 miligramos.
  • Que los quelíceros sean lo suficientemente fuertes como para penetrar en la piel. Los de las arañas sicarios no son particularmente robustos.
  • También, que exista la posibilidad de entrar en contacto con humanos. Este punto es muy importante, pues con frecuencia se apunta en la literatura médica que las especies de arañas sicario se dispersan fuera de su zona endémica, en América del Norte. Sin embargo, raramente estos autores proporcionan evidencia corroborativa de que esto realmente sucede: sin captura de la araña, la picadura es una suposición.

¿Es común que esta araña habite en el entorno humano?

Para este artículo, no encontramos reportes de capturas de arañas sicario en entornos urbanos. En el caso de las arañas del género loxoceles, de la misma familia de los sicáridos, sí existen reportes:

  • En 1970, estudios mencionan haber recolectado 5449 Loxoceles laeta de 645 hogares chilenos, sin embargo no se registraron envenenamientos.
  • De manera similar, en un hogar de Kansas, Estados Unidos, se recolectaron 2055 Loxoceles reclusa en un lapso de 6 meses. A pesar del número asombroso, nadie en la familia de cuatro personas había sufrido un perceptible envenenamiento en seis años de ocupación del hogar.

Así, existe evidencia de que el riesgo de picadura por las arañas de esta familia es pequeño incluso en sitios muy infestados.

Una araña a punto de ser pisada.

¿Qué esperar si efectivamente ocurre una picadura por araña sicario?

Es importante conocer que existen diversas categorías de picaduras de estas arañas:

  • No destacable: es decir que cursa con muy poco daño, y progresa por autocuración.
  • Reacción leve: cursa con enrojecimiento, picazón, es una lesión leve pero típicamente progresa por autocuración.
  • Dermonecrosis: se produce una lesión cutánea necrótica considerada por muchos la reacción típica. El estudio del veneno de estas arañas ha identificado un componente del veneno como responsable de esta lesión: las esfingomielinasas D (SMasas D). Se tratan de una gama de enzimas que catalizan la hidrólisis o ruptura de la membrana lipídica de las células.
  • Sistémico o viscerocutáneo: afecta el sistema vascular, es muy raro y potencialmente fatal.

Además de en los venenos de araña, estas enzimas también se han aislado de bacterias y hongos.

Las toxinas dermonecróticas muestran diversas actividades patológicas, que incluyen la agregación plaquetaria, hemólisis, aumento de la respuesta inflamatoria, nefrotoxicidad, edema, actividades neurotóxicas e insecticidas

En una región no endémica de arañas sicario ¿Qué puede causar una dermonecrosis?

Hay muchas enfermedades que se manifiestan con lesiones cutáneas necróticas, pero, desafortunadamente, existe desconocimiento. De hecho, expertos aracnólogos piensan que el loxoscelismo cutáneo es diagnosticado con mucha más frecuencia de lo que debería.

Algunos de los diagnósticos erróneos informados incluyen borreliosis de Lyme, quemadura química, ántrax, y la infección por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, entre otras.


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