El pulpo es uno de los animales marinos más llamativos por su aspecto inconfundible, su gran cabeza en forma de bulbo y sus varios tentáculos. No obstante, estos moluscos también destacan por una gran inteligencia y pueden aburrirse fácilmente si no tienen su mente bien estimulada.
A continuación, iremos más allá de la presentación de las características básicas y del hábitat de los pulpos. Hablaremos sobre la asombrosa capacidad cognitiva del pulpo y su curiosa facilidad para aburrirse. Se trata de que puedas conocer más y mejor a esta especie tan interesante.
Algunos datos básicos sobre los pulpos
Los pulpos son unos moluscos cefalópodos, que cuentan con ocho tentáculos (octópodos) repletos de ventosas. Igual que los calamares y las sepias, los pulpos carecen de la protección externa característica de moluscos como los mejillones.
Se trata de un animal carnívoro, cuya alimentación se basa en el consumo de una gran variedad de animales marinos. La dieta del pulpo incluye crustáceos (langostas, cangrejos y camarones), moluscos (almejas y mejillones), y una gran diversidad de peces.
Esta curiosa especie del mar también come algas para complementar su nutrición, ya que ofrecen un elevado aporte de fibras, vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad.
Curiosamente, los llamativos pulpos gigantes pueden llegar a consumir peces de gran tamaño, como los tiburones. Además, pueden aprovechar para capturar pequeñas aves que chapotean distraídamente en la superficie del agua.
Hábitat y longevidad del pulpo
El pulpo demuestra preferencia por las aguas saladas de regiones tropicales y temperadas. Por lo general, viven cerca de los arrecifes de corales, donde encuentran muchas grietas y agujeros para hacer sus ‘guaridas’. También pueden vivir bajo las piedras para protegerse y esconderse de sus depredadores.
No obstante, gracias a su privilegiada capacidad adaptativa, su población se ha expandido por casi todos los océanos del mundo. Curiosamente, se observa que los ejemplares que viven en zonas más cálidas son pequeños o medianos, mientras que los pulpos de aguas frías destacan por su gran tamaño.
La longevidad de los pulpos es muy variable y depende principalmente de la especie que se analice. En cautiverio, este molusco puede llegar a vivir unos cinco años en condiciones óptimas. Sin embargo, su esperanza de vida en el hábitat natural es calculada entre uno y dos años.
La gran inteligencia de los pulpos y su facilidad para aburrirse
Según los expertos, la capacidad cognitiva de los pulpos puede ser comparada, en algunos aspectos teóricos, a la de los seres humanos. Sin embargo, su evolución ha sido tan diferente de la nuestra que se torna imposible establecer un patrón de comparación real entre nuestras inteligencias.
Solo para mencionar un ejemplo: los pulpos tienen solo un tercio de sus neuronas en su cerebro. Los otros dos tercios se encuentran distribuidos por sus tentáculos, por lo que su sistema nervioso es muy complejo y sus ‘brazos’ cuentan con reflejos sofisticados.
¿Por qué se aburren fácilmente los pulpos?
Si bien su inteligencia ya era muy reconocida, un dato sorprendente y llamativo es que el pulpo se aburre con mucha facilidad. La razón para su ‘fácil aburrimiento’ es justamente su facilidad de aprender y memorizar los desafíos que le son propuestos.
Los investigadores de la Academia de Ciencia de California se han sorprendido al percibir la alta necesidad de estimulación mental de los pulpos. Necesitan presentarles regularmente nuevos juegos y puzles para que se mantengan mentalmente activos y tengan un comportamiento estable.
La extraña y polémica experimentación con éxtasis en los pulpos
A los biólogos Eric Edsinger y Gül Dölen se les ha ocurrido una polémica y extraña experimentación sobre el sistema nervioso del pulpo y sus posibles semejanzas con el ser humano.
Para ello, han decidido verter éxtasis líquido en el agua de los pulpos en un ambiente controlado. Su objetivo era observar su respuesta nerviosa y comportamiento social tras la exposición a la sustancia alucinógena.
Se han sorprendido al observar que, igual que los humanos, los pulpos se vuelven más amigables o sociables con el efecto del éxtasis. Ello sucede porque sus moléculas se combinan con una proteína de las neuronas, lo que produce altos niveles de serotonina, más conocida como ‘la hormona de la felicidad’.
Lo más curioso es que esta proteína se encuentra en el gen SLC6A4, que compone el genoma de los pulpos y los seres humanos. Por ello, su investigación abre nuevamente las puertas a la posibilidad de que haya más coincidencias entre la inteligencia y el sistema nervioso de las personas y los moluscos.