Las variaciones nutricionales son muy típicas en los reptiles, aunque esto no ocurre con las también llamadas culebras. Algunos roedores serán más que suficientes, aunque la alimentación de la serpiente doméstica tiene su grado de complejidad.
Horas de comida, estado del roedor, zona de alimentación e hibernación son aspectos que debemos conocer a fondo. Tener un dominio de esta información será beneficioso para nuestra exótica mascota.
Roedores: La base de su alimentación
Los roedores son el alimento predilecto de esta especie. En cautiverio, su comida principal son los ratones, aunque también suelen alimentarse con conejos y cobayas.
Podemos definir a la serpiente como un animal básicamente carnívoro, aunque hay especies omnívoras. Su inclinación hacia los roedores tiene que ver con su forma de cazar y las características propias de su organismo.
Con respecto a los aportes nutritivos, todo dependerá básicamente de la alimentación que haya tenido cada roedor en particular. Además, el hecho de que las serpientes puedan comer la totalidad del animal les permite captar cada nutriente del mismo.
¿Cómo le servimos la comida?
Por lo general, los dueños de esta mascota compran roedores congelados. En este sentido, lo correcto es esperar a que el ratón o hámster se descongelen de forma natural. Evidentemente, no podemos dárselo congelado y no es tan recomendable calentarlo artificialmente.
Además, siempre es recomendable alimentar a la víbora fuera del terrario. El hecho es que si acostumbramos a colocarle la comida podría confundirse y atacarnos cuando metamos las manos.
Los que ya tienen una culebra en casa sabrán que a este reptil se le debe alimentar una vez por semana, en términos generales. El reposo y digestión del animal son procesos lentos, aunque esto puede variar un poco según la especie.
Lo mejor es que el roedor este muerto
Aun cuando estas son cazadoras por excelencia, lo adecuado es acostumbrar al animal a comer roedores muertos. El objetivo es evitar que el ratón le haga algún daño al reptil en medio del forcejeo.
Con el tiempo, simplemente se acostumbrará y su cabeza o tronco no saldrán lastimados. Cabe destacar que, si una serpiente rechaza a un ejemplar en particular, lo mejor es no insistir. Y es que este podría estar contaminado.
Alimentación de la serpiente doméstica
Existe un principio básico que rige la alimentación de la serpiente domestica: cuanto más pequeña, se alimenta con mayor frecuencia. Mientras son más jóvenes, su metabolismo es más rápido y el tamaño de las presas que pueden engullir debe ser menor. Ya crecidas son consideradas como una especie de gran tamaño.
Por ejemplo, cuando el reptil esta recién nacido o mide un máximo de 90 metros, se le debe dar un ratón o dos semanalmente. En cambio, hasta el límite de los 180 metros lo adecuado es darle una rata cada siete o diez días.
En el caso de que supere los 180 metros de largo, la comida del animal debería ser uno o dos conejos, cada diez días o más. Cuanta más comida procese su crecimiento será más rápido y descontrolado.
No todo son ratones
En la alimentación de la serpiente domestica el ratón es el plato base, aunque no el único. Ya hemos comentado que en el caso de los reptiles más viejos el alimento conveniente es el conejo.
Pero hay otras combinaciones que podemos intentar. Por ejemplo, si queremos varias podemos colocarle una mezcla de pescado con algunos insectos benignos como las larvas. Los grillos no son una opción pues estos son capaces de comerse sus escamas.
Cabe destacar que algunas especies de serpientes comen huevos o incluso otros reptiles pequeños como ranas.
El reposo, clave en la alimentación de la serpiente domestica
El proceso de reposo e hibernación es lo que permite a este animal engullir presas enteras. Por eso, los dueños deben procurar respetar dicho descanso evitando la manipulación de la serpiente.
Los primeros tres días son claves y la disposición correcta es dejarlas tranquilas en su terrario. Manipularlas en este periodo puede ocasionar vómitos y la expulsión entera del alimento. Otro aspecto a recordar es que muchas de ellas ejercen su alimentación durante la noche.
Respetar los ciclos digestivos de estas mascotas, criadas en cautividad en contraposición a las silvestres, es vital para su desarrollo y bienestar. Tenemos que tener muy en cuenta que es precisa la adaptación a unas cualidades tan sumamente específicas en lo que respecta al reino animal.
Fuente de la imagen principal: Deven Dadbhawala