Podemos confundirlos a la hora de comprar frutos del mar o mariscos para preparar un plato típico mediterráneo: quizás sabemos cuáles son gambas y cuál el pulpo, pero no es muy común diferenciar correctamente entre crustáceos y moluscos. Por eso, en este artículo te contaremos las particularidades de cada familia.
¿Cuáles son las principales diferencias entre crustáceos y moluscos?
Ambos son invertebrados y la mayoría viven en el agua: hasta ahí tenemos cualidades comunes a ambos grupos taxonómicos. También podemos indicar que se usan en la gastronomía local y están agrupados dentro de los ‘mariscos’, si bien existen diferencias entre crustáceos y moluscos bastante notorias. Te las mostramos a continuación.
1. Son grupos taxonómicos diferentes
En primer lugar, hay que buscar información en los genes de cada grupo para establecer que efectivamente son seres vivos diferentes. Todos los moluscos pertenecen al filo Mollusca, una de las categorías más “altas” en lo que al árbol de la vida se refiere. Se estima que existen unas 85 000 especies (o muchas más) agrupadas en este taxón.
Por otro lado, los crustáceos pertenecen al filo Arthropoda y al subfilo Crustacea. Esto quiere decir que su clasificación es algo menos amplia que la de los moluscos desde un punto de vista estrictamente filogenético. Se calculan unas 45 000 especies existentes a día de hoy.
2. Todos los crustáceos tienen esqueleto externo
El exoesqueleto de los crustáceos es una de sus principales características: el cuerpo está ‘envuelto’ con una especie de caparazón duro que los protege y que van mudando a medida que crecen. En cambio, los moluscos poseen un cuerpo blando; uno de los ejemplos más conocidos es el del caracol, cuyo ‘escudo’ ante posibles agresiones es su concha.
Aunque las conchas de algunos moluscos sean externas y se consideren exoesqueletos a nivel funcional, otros ejemplares presentan estas estructuras internalizadas como depósitos de calcio y carecen de capa protectora de cualquier tipo. Las sepias son un claro ejemplo de ello.
3. Los moluscos tienen un pie
Este órgano es exclusivo de los moluscos y con el paso del tiempo ha ido evolucionando. El pie está dotado de una musculatura potente y compleja que les permite nadar, trasladarse y también cazar. Por ejemplo, las babosas tienen un pie muy potente que secreta mucosidades, las cuales permiten la hidratación y la locomoción.
Por su parte, los crustáceos tienen varios pares de patas bien diferenciadas con los que se desplazan de un lado a otro. Muchos de ellos son decápodos, es decir, presentan 10 patas totales en todo su cuerpo.
4. Los crustáceos tienen sexos separados
La reproducción es otro rasgo biológico ideal para identificar las diferencias entre crustáceos y moluscos. Si bien ambos lo hacen a través de huevos (son ovíparos), los crustáceos en general tienen procreación dioica: se necesita un macho y una hembra para continuar la especie.
En el caso de los moluscos, muchos de ellos son hermafroditas –como por ejemplo las babosas– y, por lo tanto, pueden producir óvulos o espermatozoides según sea necesario. Igualmente, es fundamental que haya dos individuos para la reproducción.
Siempre existen excepciones a esta regla, pues existen crustáceos hermafroditas y moluscos dióicos. De todas formas, se estima que hasta el 40 % de los géneros de moluscos presentan hermafroditismo secuencial.
5. Los moluscos tienen una estructura dentada
La rádula de los moluscos es una especie de “lengua” con pequeños dientes y músculos que pueden salir de la boca y que actúan como raspador de rocas o piedras. Estas estructuras raspadoras están compuestas de quitina.
El caso de los crustáceos es algo diferente, pues son artrópodos mandibulados con distintas piezas especializadas en la estrategia trófica de cada especie. Carecen de rádula en todos los casos.
6. Los crustáceos están formados por tres partes
La división de los cuerpos es otra de las diferencias entre crustáceos y moluscos. Los crustáceos tienen tres regiones: la cabeza, el tórax y el abdomen, las cuales están muy bien diferenciadas. Los moluscos no tienen cuerpo segmentado de manera tan clara y algunos pueden estar protegidos por una concha.
Aun así, el cuerpo de los moluscos también se puede dividir en secciones. Estas suelen ser la cabeza, el pie y la masa visceral.
7. Los moluscos son marinos o terrestres
Aunque la mayoría de las especies de moluscos viven en el mar (almejas, ostras, calamares y pulpos), también existe otro gran grupo (entre ellos los caracoles y las babosas) cuyo hábitat es terrestre. Nos referimos a los gasterópodos, unas 75 000 especies vivas entre las cuales hay varias que solo viven en tierra.
En relación con los crustáceos, todos son acuáticos a excepción de las cochinillas de la humedad, también conocidas como isópodos (orden Isopoda, suborden Oniscidea). Existen más de 3700 especies de isópodos distribuidas por el mundo, aunque representan la minoría dentro de este grupo taxonómico.
Los isópodos oniscídeos o cochinillas de humedad son terrestres, pero viven en ambientes muy húmedos y oscuros.
8. Los crustáceos tienen branquias en el tórax
Ambos grupos de animales respiran de la misma manera: a través de branquias. La diferencia reside en la ubicación de estas en el cuerpo. En el caso de los crustáceos, los tejidos vascularizados que hacen de ‘pulmones’ se pueden encontrar en el tórax, mientras que en los moluscos se localizan en la cavidad paleal, en la parte posterior del cuerpo.
De nuevo, existen otras excepciones a esta regla: existen moluscos pulmonados, como algunos caracoles terrestres. Por otro lado, prácticamente todos los crustáceos ejercitan una respiración branquial.
9. Los moluscos se alimentan de microorganismos
La alimentación dependerá de la especie a la que pertenezca cada ejemplar, si bien hay dos clases diferenciadas en los moluscos: por un lado tenemos a los filtradores, que se alimentan de microorganismos flotantes en el agua, y por otro a los ramoneadores, que raspan las rocas con la rádula. La mayoría también pueden ingerir carroña.
Los crustáceos también se alimentan de microorganismos, pero la mayoría eligen animales muertos, invertebrados menores y peces pequeños como fuentes de alimentación principal.
Cabe señalar que el aparato digestivo de los moluscos es más o menos igual de complejo que el de los crustáceos, ya que ambos cuentan con tubo gástrico, esófago, estómago, intestino y ano; todos muy bien desarrollados (en general). De todas formas, los moluscos lamelibranquio y bivalvos tienen una conformación algo diferente.
10. Distintos estadios larvarios
Tal y como ocurría en el resto de puntos, el ciclo vital de cada crustáceo o molusco depende de la especie. De todas formas, se puede generalizar que el estadio larvario de los crustáceos es el nauplio, mientras que el de los moluscos se conoce como larva trocófora.
Como ves, son muchas las diferencias entre crustáceos y moluscos. Los crustáceos son invertebrados segmentados con un exoesqueleto duro y un plano corporal bien diferenciado, mientras que los moluscos presentan partes blandas expuestas y su cuerpo es más difuso en lo que a límites anatómicos se refiere. De todas maneras, ambos animales son de lo más interesantes.
Bibliografía
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- Sepia officinalis, ADW. Recogido a 5 de noviembre en https://animaldiversity.org/accounts/Sepia_officinalis/