Son conocidos por su capacidad de hablar y repetir palabras, pero también por sus coloridas y llamativas plumas. En este artículo te contaremos sobre algunas especies de loros que habitan en casi todo el mundo.
¿Qué especies de loros existen?
Dentro de la gran familia de los psitacoideos, conocidos popularmente como loros, hay más de 350 especies diferentes. Es uno de los grupos de aves más numerosos y extendidos del mundo, ya que se los puede encontrar en cuatro continentes: América, Asia, África y Oceanía.
Todas las especies de loros se caracterizan por sus picos curvados, su inteligencia, su plumaje con coloración intensa, su alimentación frugívora y por ser monógamos de por vida. Algunos ejemplos son:
1. Loro aguileño
Este ave es endémica de Nueva Guinea, concretamente de las selvas montañosas, y desde tiempos remotos ha sido venerado por sus plumas de color gris oscuro y rojo intenso. Los bordes de los ojos son rojizos, su cabeza es pequeña y muestra un perfil similar al del buitre o águila (por eso el nombre).
El loro aguileño –foto que abre este artículo– se alimenta solo de semillas de higos, flores y néctar. No se conoce mucho sobre sus hábitos reproductivos: cada temporada la hembra pone entre dos y tres huevos en un nido hecho dentro de un árbol. Si bien forma parejas de por vida, también se los puede ver en grupos de hasta 20 individuos volando con aleteos rápidos y planeos cortos.
2. Perico multicolor
Este loro es nativo de Oceanía –Australia y Tasmania– y ha sido introducido en Nueva Zelanda. El plumaje es realmente llamativo y colorido, más intenso en los machos: cabeza y pecho rojos, cuello blanco, vientre amarillo y verde, alas multicolores, y cola verde, roja y azul.
El perico o loro multicolor mide unos 30 centímetros, tiene pico claro y ojos castaños, y se alimenta de frutos y hierbas. La época de apareamiento se produce entre la primavera y el verano, y anidan en los árboles. Cada puesta (los huevos son blancos y brillantes) está formada por un promedio de seis huevos.
Este ave es muy inteligente, puede aprender varias palabras, silbar melodías y comprender juegos de ingenio básicos.
3. Loro cariamarillo
Es una de las especies de loros más ‘representativas’ en cuanto a su plumaje, ya que el color predominante es el verde lima. Además, presenta una mancha roja encima del pico –que es gris– y dos amarillas en los laterales. El borde de los ojos es blanco, al igual que las patas.
El loro cariamarillo o amazona frentirroja vive en las regiones tropicales de América, entre México y Brasil. Puede medir unos 35 centímetros y pesar poco menos de medio kilo; no hay diferencias en cuanto a sexos, aunque sí por edad: los juveniles tienen menos manchado el rostro.
En lo que se refiere a la reproducción, anidan en las cavidades de los árboles, ponen unos cuatro huevos blancos y los incuban casi un mes. Los polluelos se quedan en el hogar paterno durante tres meses.
4. Loro arco iris
Sin duda, es una de las especies de loros más llamativas y coloridas que existen… ¡Por algo se llama arco iris! Este ave habita en varias islas de Oceanía y en las costas de Australia y, aunque se adapta a todo tipo de hábitats, prefiere selvas lluviosas, zonas boscosas o matorrales costeros.
Esta especie frugívora de unos 30 centímetros de altura tiene cabeza y vientre azules, pecho naranja, alas y espalda verdes, cola amarilla, pico y ojos rojos, y patas grises. Anida en los huecos de los árboles y pone dos huevos por temporada, los cuales son incubados durante un mes.
5. Loro gris
El último de los loros de esta lista vive en el centro África y cuenta con tres subespecies, una de ellas elegida como mascota. Las plumas son de color gris casi en su totalidad, (con diferentes tonos) a excepción de la cola que es roja, la cara que es blanquecina y el pico que es negro.
Este loro vive en bandadas organizadas según una jerarquía y establece vínculos de pareja estables y para toda la vida. Al igual que las demás especies de loros, construye los nidos en las cavidades de los árboles. Pone unos tres huevos blancos y los incuba por un mes; los polluelos abandonan el cuidado de los padres a los tres meses.