Tumores de glándulas sudoríparas en mascotas: síntomas y tratamiento

Algunos de las enfermedades que aparecen en la piel de las mascotas tienen su origen en las glándulas sudoríparas. El pronóstico depende mucho de la entidad clínica analizada.
Tumores de glándulas sudoríparas en mascotas: síntomas y tratamiento
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 18 diciembre, 2020

Las glándulas sudoríparas, como su propio nombre indica, son aquellas encargadas de excretar el sudor. Se dividen en apocrinas o ecrinas, según su localización y forma de secreción.

Las glándulas ecrinas están distribuidas por todo el cuerpo y se abren de forma directa a la superficie de la piel. Por otro lado, las apocrinas se localizan en sitios más concretos —como el oído o los párpados— y se abren dentro de los folículos pilosos. Desde allí, se dirigen a la superficie.

A la hora de la verdad, todas ellas, dada su morfología, pueden desencadenar patologías y procesos tumorales. Por lo tanto, su estudio es necesario para saber abordarlas en las mascotas cuando llegan a la clínica veterinaria.

Tipos de tumores de las glándulas sudoríparas en perros y gatos

A continuación, describiremos brevemente algunos de los procesos tumorales más habituales que pueden afectar a las glándulas sudoríparas de estos animales. Cabe mencionar que, si bien todas ellas tienen características tumorales, eso no implica que siempre sean malignas o que desencadenen cáncer.

Un perro en el veterinario.

Cistadenoma de glándulas apocrinas o hidrocistoma

A decir verdad, al cistadenosoma no se lo considera un tumor como tal. Aun así, no deja de tener naturaleza neoplásica por la presencia de hasta 5 capas celulares. Esto indica un sobrecrecimiento anormal, típico de los tumores.

Es una lesión poco común en los perros y rara en los gatos. En caso de darse en perros, lo más habitual es que estas surgencias se encuentren en la cabeza, el cuello y la espalda. En los gatos, lo normal es que aparezcan en la cabeza.

En ambas especies suelen aparecer unos bultos solitarios que oscilan entre 1 y 4 centímetros de diámetro —en los gatos son algo más pequeños—. La piel que los recubre aparece atrófica y alopécica, de tonalidad azuladas. El contenido es claro.

Adenocarcinoma de glándulas sudoríparas apocrinas

En este caso ya nos encontramos ante un tumor maligno que, por fortuna, es poco frecuente en perros y gatos. Además, cuando aparece suele ser en forma de masas solitarias y circunscritas de pocos centímetros, fáciles de abordar. Los perros suelen sufrir estas lesiones en las extremidades.

Sin embargo, en los gatos, si bien también aparecen en las extremidades, estas masas son más frecuentes en cabeza y abdomen. Por supuesto, la edad es un factor que se debe tener en cuenta, ya que suelen darse en animales ancianos de más de diez años de vida.

Estos tumores pueden tener una consistencia fluctuante o ser más bien firmes, dependiendo de si involucran cartílago y hueso. La piel que los recubre es alopécica y es fácil que aparezcan úlceras. Estos signos serán más marcados cuanto mayor sea la gravedad del carcinoma.

Carcinoma de las glándulas sudoríparas ecrinas

Estos tumores son aún más infrecuentes en las mascotas y su presencia se limita a las almohadillas palmares y/o plantares. Son muy agresivos y exhiben un rápido desarrollo y metástasis en los ganglios regionales o en el resto de la extremidad.

Cuando aparecen, lo hacen como bultos solitarios, con bordes poco definidos y úlceras superficiales. El problema es que estas úlceras van profundizando y pueden acabar afectando a los huesos cercanos.

Otras patologías cutáneas no tumorales que afectan a las glándulas sudoríparas

Si bien los procesos tumorales pueden ser los más problemáticos, la realidad es que estas glándulas se ven afectadas por muchas otras patologías. Quizás estas otras enfermedades sean incluso hasta más frecuentes y complejas de abordar que las ya descritas.

Quiste apocrino

Los quistes apocrinos son lesiones no tumorales bastante comunes en perros, pero poco en gatos. En cualquier caso, los animales afectados suelen tener 6 años de edad o más. Es decir, al igual que sucedía con los tumores, hay una tendencia a que estas patologías de las glándulas sudoríparas aparezcan en animales ancianos.

La lesión aparece en las glándulas de las orejas, dentro del pabellón auricular o en el conducto auditivo. Estas glándulas son las responsables de producir el cerumen en condiciones normales. El desarrollo de un quiste suele ser resultado de su obstrucción, aunque la causa no siempre está clara.

Lo más común es que sean quistes solitarios, pero lo cierto es que en ocasiones aparecen varias lesiones en un mismo animal.

Estas lesiones tienen forma de pequeñas masas bajo la piel, de tonalidad azulada y, una vez más, alopécicas. Su contenido suele ser claro y acuoso, a menos que exista una infección subyacente. En el caso particular de los gatos, el contenido puede tener un color más bien marrón-rojizo.

Los tumores en las glándulas sudoríparas de las mascotas tienen pronósticos diferentes.

La frecuencia de los tumores de las glándulas sudoríparas en las mascotas

Tal y como hemos ido apreciando, la buenaventura hace que los procesos malignos y tumorales de estas características sean poco frecuentes en perros y gatos. Pero lo cierto es que las glándulas son grandes focos de aparición de neoplasias debido a su carácter de crecimiento y renovación celular constante.

Allí donde la multiplicación celular es frecuente, los tumores también lo son. Por lo tanto, hay que llevar un control exhaustivo de cualquier bulto extraño que se encuentre en la piel de las mascotas y acudir rápidamente a un profesional veterinario en caso de que se detecte.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.