El suricato, también conocido como suricata, es una especie de pequeño mamífero que habita zonas desiertas de África, y que es internacionalmente conocido por su papel en la famosa película El Rey León.
Características del suricato
El suricato (Suricata suricatta) es un carnívoro perteneciente a los herpéstidos, por lo que es pariente de las mangostas. En concreto, es una de las mangostas más pequeñas, pues apenas llega a los 700 gramos de peso. Poseen una cola delgada y un pelaje corto, lo que le diferencia de otras mangostas.
El color de su pelaje cambia un poco dependiendo del área geográfica; puede ser más claro u oscuro, por lo que su tonalidad se adapta al hábitat para permitirle una mayor capacidad de camuflaje. Todos ellos poseen bandas y parches de color oscuro en el lomo y en los ojos, una de las principales características de la especie.
Posee unas uñas fuertes, pensadas para romper la roca y excavar, además de tener 36 dientes muy afilados, que le permiten desgarrar la carne. Son estas características las que le hacen muy poco adecuado para ser una mascota, además de su carácter social.
Comportamiento del suricato
Esta especie es muy sociable, y en la naturaleza viven en grandes grupos de entre 30 y 40 individuos. Estas colonias habitan en redes de túneles muy grandes, que les permiten resistir las fuertes temperaturas del día y buscar refugio en la noche.
Los suricatos, al igual que otras especies como el coatí, son expertos vigías y suelen tener siempre vigilante al menos a un miembro de la colonia. Cuando el suricato encargado de vigilar vislumbra una amenaza, generalmente un depredador, realiza un ladrido de advertencia para que el resto del grupo se esconda.
También son muy buenos progenitores, pues son expertos en el cuidado de las crías, las cuales están en constante vigilancia y son las primeras en ser protegidas en un ataque. Otra curiosidad es que las suricatas pueden compartir su madriguera con otras especies de mangostas o ardillas, como la mangosta amarilla.
Es una especie muy inteligente y, por ejemplo, son capaces de comer algunos de los animales más venenosos del mundo, como los escorpiones, a los que arrancan su peligroso aguijón. Este comportamiento lo van aprendiendo poco a poco y son capaces de enseñárselo a las crías.
Además, estos animales tienen una enorme riqueza vocal: poseen llamadas de alerta, de pánico, de reclutamiento y para dar órdenes e indicaciones a otros suricatos. También se ha comprobado que tienen diferentes llamadas para diferentes depredadores, como el mono verde.
Hábitat del suricato
Estos mamíferos habitan en el continente africano, concretamente en zonas arenosas y desérticas; el suricato se puede encontrar, especialmente, en el desierto del Kalahari, localizado en Botswana, y también en los desiertos que cubren Namibia.
En Namibia existe una subespecie concreta, el suricato del desierto, si bien se puede encontrar en esta zona al suricato sudafricano. Mientras, en Angola existe la última de las tres subespecies, el suricato angoleño.
El suricato cuenta con abundantes censos y no se encuentra en peligro de extinción; su principal peligro es el bienestar de aquellos que se encuentran en cautividad como mascotas, ya que sus requerimientos como especie son muy altos y no se pueden cumplir en un piso. De hecho, a diferencia de lo que muchos piensan, no existen suricatos domesticados, como sí ocurre con los hurones.