La reproducción es un evento biológico que ocasiona diferentes modificaciones fisiológicas. Aunque los cambios son internos, las repercusiones llegan a ser tan fuertes que impactan en toda la vida del can. Por esta razón, es normal ver que los perros presenten síntomas evidentes que delaten su estado de celo.
Cuando nuestra mascota está preparada para reproducirse, ‘sufre’ algunos cambios en su comportamiento. Asimismo, podemos detectar ciertos síntomas físicos y emocionales durante el celo en perros. Te contamos más en este artículo.
¿Qué es el celo?
Como primera medida tenemos que aprender, aunque sea lo básico, sobre el celo en perros. Se trata de una etapa en la cual la hembra comienza a ovular y, posteriormente, a llevar a cabo la reproducción.
El primer celo en las perras aparece entre los seis y los ocho meses de vida, y se repite una o dos veces al año. Esto es así para garantizar la supervivencia de los cachorros, una ‘herencia’ que han recibido de sus familiares directos los lobos.
A pesar de que se parecen mucho, la menstruación humana y el celo son procesos completamente diferentes. Mientras el primero se produce de manera mensual, el segundo toma lugar en un tiempo variable de entre 4 y 6 meses. Por esta razón, es incorrecto decir que las perras menstrúan, pues su ciclo reproductivo no se acopla a esta descripción.
Ver también:: Fases de celo en los perros
Celo en perros: qué saber
Durante este periodo, la perra intentará llamar la atención de los machos de diferentes maneras. Los cambios hormonales interfieren en la conducta y comportamiento del animal, y podemos darnos cuenta de que ‘algo sucede’ con nuestra perra mucho antes de ver manchas de sangre en sus mantas o almohadas.
No hay una época exacta del año para la aparición de celo, aunque es más frecuente que se produzca a finales del invierno e inicios de la primavera.
El ‘periodo’ de los canes puede tener una duración de hasta 23 días, pero no en todo ese tiempo la hembra tiene la posibilidad de procrear. Además, se repite por lo menos dos veces al año. Por ello, es bueno saber que si la perra es castrada, todos los síntomas del celo desaparecerán.
Signos de celo en perros
Tal y como sucede con todos los mamíferos, las hembras atraviesan diferentes cambios hormonales, físicos y emocionales durante el celo. Podemos observar entonces que nuestra perra se comporta de forma diferente en estos días, e incluso que de una mañana esté de una manera y por la tarde de otra. Algunos de los síntomas de celo en perros son:
1. Más cariñosa
Durante los primeros días del celo es probable que la perra se muestre mucho más cariñosa de lo que es habitualmente. También estará más ‘pegada’ a los dueños y buscará mimos y caricias continuamente: puede sufrir ansiedad por separación si la dejamos muchas horas sola.
2. Órganos sexuales inflamados
Este es uno de los signos físicos de las perras cuando entran en celo. La inflamación de la vulva es normal durante las dos primeras semanas del periodo. En algunas perras también esa zona se oscurece y es probable que veas que se lame con mayor asiduidad.
3. Búsqueda de machos
Debemos ser muy cuidadosos en caso de que no queramos que nuestra perra procree, si observamos que durante un paseo por la calle o el parque se acerca más a los machos que a las hembras. Cuando está cerca de una posible pareja, es probable que quiera jugar solo con ella y no prestar atención al resto.
4. Sangrado
Otro de los signos típicos del celo en las perras es la pérdida de sangre, igual que sucede con las mujeres durante la menstruación. En este caso, el sangrado se produce junto con la inflamación de vulva y se utiliza para llamar la atención de los machos. Hay que tener en cuenta que ellos se guían por el olfato y, a través de la sangre, la hembra suelta feromonas para atraer a sus posibles parejas.
5. Cambios en la alimentación
Algunas perras, cuando están en celo, no comen como de costumbre. Quizás se quedan echadas más horas que lo habitual y muestren un poco de desgano.
6. Se limpia la vulva de manera continua
Aunque no lo parezca, a las perras les gusta mantenerse limpias mientras se encuentran en su ‘periodo’. Por esta razón, se lamen de manera constante la vulva para evitar que el sangrado o las secreciones asociadas a su ciclo reproductivo ensucien su entorno.
7. Menean bastante su cola
La cola de las perras también juega un papel importante en la reproducción, pues les sirve para atraer visualmente a los machos. Es por ello que durante el celo tienden a moverla con más encanto.
¿Y qué sucede con los machos?
Los machos no entran en celo como las hembras, pero sí cambian su comportamiento cuando detectan que muy cerca hay una posible pareja de apareamiento. En pocas palabras, los machos se encuentran preparados para la cópula durante todo el año, pero su conducta sexual solo se detona cuando existe una hembra en celo.
Las hormonas sexuales son las verdaderas responsables de los cambios que sufren los machos, aunque son más sutiles que en las perras. Por esta razón, pueden o no presentar cambios en su comportamiento y en diversos grados de intensidad. Algunos de los signos más habituales de que están receptivos para reproducirse son los siguientes:
- Comportamiento inquieto.
- Hiperactividad.
- Ladridos y aullidos por las noches.
- Intenta escapar de su hogar.
- Marca territorio de manera constante.
- Se muestra más agresivo o territorial.
- Intenta montar diversos objetos.
A su vez, los machos también pueden padecer depresión cuando no salen de casa, sentirse algo confusos o distraídos y que se peleen entre sí.
Cómo proteger a un perro en celo
Por regla general, se recomienda evitar que la hembra tenga contacto con los machos durante su celo, puesto que es muy probable que quede embarazada. Aunque para muchas personas este proceso es “normal”, la realidad es que significa un desgaste excesivo para la mascota. Es por ello que muchos tutores optan por la castración para proteger su integridad.
Algunos otros consejos que se pueden utilizar para proteger a los perros de los síntomas o consecuencias del celo son:
- Reducir la cantidad de paseos o cambiar los horarios de salida.
- Separar a machos y hembras durante el celo.
- Mantener todas las entradas y salidas bien cerradas, pues los canes podrían intentar salirse por culpa de sus hormonas.
- Utilizar pañales para perros.
Para evitar todos estos signos y los problemas de la reproducción, tanto en machos como en hembras, la mejor alternativa es la castración. Esto interrumpe la producción de hormonas y detiene por completo los cambios en el metabolismo. Además, tiene el beneficio de prevenir grandes camadas que puedan derivar en perros abandonados en las calles.
Bibliografía
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- Freeman, S. (2009). Reproducciòn animal. Biologìa.
- Páramo, R. & Balcázar, J. (2013) Manual de prácticas en manejo reproductivo de perros. Recuperado el 6 de marzo de 2022, disponible en: https://fmvz.unam.mx/fmvz/licenciatura/coepa/archivos/manuales_2013/Manual%20de%20Practicas%20de%20Profundizacion%20en%20Reproduccion%20Animal%20Perros.pdf