El síndrome de Down en gatos: ¿es posible?

A partir de la viralización de algunos gatos con condiciones especiales, se ha difundido la creencia de que los felinos pueden padecer de síndrome de Down. Pero, ¿qué tan cierto es? ¡Descubre la respuesta en este contenido!
El síndrome de Down en gatos: ¿es posible?
Sebastian Ramirez Ocampo

Escrito y verificado por el médico veterinario y zootecnista Sebastian Ramirez Ocampo.

Última actualización: 25 agosto, 2023

La influencia del hombre sobre la genética de los animales domésticos —a través de prácticas como la endogamia— ha incrementado el riesgo de que se presenten enfermedades congénitas, que se manifiestan desde el desarrollo del feto.

En los seres humanos, una de las patologías de mayor importancia es el síndrome de Down. Esta condición se caracteriza por los cambios físicos y mentales que genera en quien la padece. No obstante, por la similitud de ciertas afecciones felinas con este síndrome, algunas personas han sugerido que los gatos también pueden presentarlo.

Continúa la lectura de este contenido y descubre si es posible que existan gatos con síndrome de Down o si se trata de otro tipo de enfermedades. ¡No te pierdas esta información sobre los felinos!

¿Qué es el síndrome de Down?

Por lo general, cada humano posee en su material genético un total de 23 pares de cromosomas (46 cromosomas en total). De estos, 22 son autosomas —numerados según su tamaño— y un último par que define el sexo: XX o XY (hembra o macho, respectivamente).

Durante el proceso de fecundación, la mitad es aportada por la madre y la otra mitad por el padre. Sin embargo, como bien lo explica una publicación de la revista Nature, en el síndrome de Down se presenta un cromosoma adicional en el par número 21.

Esta anomalía congénita —mejor conocida como trisomía 21— se considera como el principal trastorno genómico, asociado a problemas de discapacidad intelectual en los seres humanos.

Se calcula que en Europa afecta a 4.9 individuos de cada 10.000, mientras que en Estados Unidos asciende hasta 6.7 en el mismo número de habitantes.

Por otra parte, de acuerdo con un artículo de la revista Primates, algunos simios, como el chimpancé, también presentan el síndrome de Down. No obstante, la trisomía se da en el cromosoma 22, que se considera homólogo o similar al número 21 en los seres humanos.

¿Los gatos pueden tener este síndrome?

Aunque algunas condiciones hacen pensar que un felino padece de este síndrome, la realidad es que en términos biológicos es imposible. En esencia, no pueden existir gatos con síndrome de Down, pues esta especie solo presenta 19 pares de cromosomas en su material genético.

Además, según un documento divulgado en la revista Molecular and Cellular Probes, los gatos no tienen un sitio frágil en el cromosoma X, como para que se presente un retraso mental. Sumado a esto, no existe un gen análogo del síndrome de Down en los felinos, pues los genes del cromosoma 21 humano están representados en el cromosoma metacéntrico C2, que es diferente.

Por lo tanto, no se dan las condiciones biológicas ni genéticas para que se manifieste la anomalía en esta especie animal. A pesar de ello, los gatos no están exentos de padecer alteraciones en sus cromosomas.

Una muestra de esto son los felinos con el síndrome Klinefelter, en donde los machos presentan un cromosoma X adicional. En consecuencia, no son XY sino XXY. Esta patología se caracteriza por la infertilidad de los machos y la exhibición de tres coloraciones en su pelaje, un aspecto exclusivo de las hembras en condiciones normales.

Gato tricolor macho.
Los gatos macho con síndrome de Klinefelter presentan tres colores en su pelaje y pueden manifestar problemas cognitivos y de desarrollo. Crédito: Yurii Kifor/iStockphoto.


¿Por qué se ha considerado que existen gatos con síndrome de Down?

Esta creencia se ha extendido por el aspecto que presentan algunos felinos con enfermedades heredadas o que han sufrido problemas durante el embarazo. Entre los principales signos, que han llevado a considerar la existencia de gatos con síndrome de Down, se encuentran los siguientes:

  • Enanismo
  • Estrabismo
  • Microftalmía
  • Rostro achatado
  • Tono muscular bajo
  • Malformación del hueso nasal
  • Dificultad para coordinar movimientos
  • Ojos separados y curvados hacia arriba
Si bien algunos de estos signos son compartidos con humanos que tienen el síndrome, en los gatos se producen como consecuencia de otras patologías.

¿Qué condiciones hacen que un gato parezca tener este síndrome?

De acuerdo con el citado estudio de la revista Molecular and Cellular Probes, los gatos poseen un estimado de 35 genes que contienen más de 50 mutaciones, relacionadas con problemas en la salud o en la apariencia.

A modo de ejemplo, existen reportes sobre los efectos de los cruces selectivos en la raza burmese. Los hallazgos son reveladores: cerca del 25 % de la descendencia nace con malformaciones físicas, como la ausencia de la prominencia nasal.

No obstante, los problemas genéticos no son la única causa de que un gato presente fallas en su estructura.

Conforme a lo expuesto en el artículo Congenital Defects of Kittens, durante la preñez pueden ocurrir ciertas situaciones que producen defectos físicos y cognitivos en los felinos que están por nacer. De ellas, las de mayor importancia son las siguientes:

  • Infecciones intrauterinas: por ejemplo, las madres que se contagian con el virus de la panleucopenia felina durante el embarazo, dan a luz gatos con hipoplasia cerebral. Esta condición hace que los neonatos no controlen ni coordinen bien sus movimientos. Además, manifiestan temblores y balanceo al caminar.
  • Medicamentos: el suministro de drogas —como la griseofulvina, durante la preñez— causa el paladar hendido y otras malformaciones en los gatos.
  • Químicos y toxinas ambientales: pesticidas, herbicidas y otros agentes químicos tienen efectos teratogénicos. Por lo tanto, pueden producir anormalidades físicas y cognitivas.
  • Hipertermia: el aumento de la temperatura corporal de la madre, durante el embarazo, puede ocasionar defectos congénitos.
  • Factores nutricionales: la deficiencia de taurina se relaciona con malformaciones musculoesqueléticas en los gatos.

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¿Y si mi gato es diferente al resto?

Si tu mascota presenta alguna de estas deformidades físicas o cognitivas, puedes estar seguro de que no se trata de un síndrome de Down. En la mayoría de los casos, las malformaciones físicas no interfieren con el normal desarrollo de la vida de los gatos, por lo que pueden realizar las actividades de un felino sano.

Sin embargo, si el defecto afecta su movilidad, es posible que requiera de ciertos cuidados especiales. Por ejemplo, se debe evitar que el animal alcance superficies altas. El objetivo de esta recomendación es disminuir el riesgo de una caída y un trauma que comprometa su bienestar.

De igual manera, los chequeos con el médico veterinario deben ser constantes, para asegurar que su condición no comprometa órganos vitales. En cualquier caso, como todo animal de compañía, requerirá de la atención, el cuidado y el amor de su tutor.


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