Simbiosis del reino animal

Se trata de una relación biológica entre dos ejemplares, por la cual una parte o ambas sacan beneficio; en ocasiones, una de las especies puede salir perjudicada de esta 'asociación'

Simbiosis en animales: ejemplos

‘Simbiosis’ es un término derivado del griego cuyo significado es, literalmente, “vivir juntos”. En la naturaleza, estos medios de subsistencia permiten que diferentes seres vivos establezcan relaciones biológicas interactivas. A continuación, analizaremos la simbiosis del reino animal y su importancia para la supervivencia de numerosas especies.

Definición de simbiosis

A menudo escuchamos que algunas personas demuestran una interacción tan fuerte y natural que mantienen una relación simbiótica. De esta forma, la cultura popular puede ayudarnos a entender de forma sencilla qué es la simbiosis del reino animal.

Hay que recordar que, en la realidad, no todas las relaciones simbióticas sean positivas para todo tipo de especies; en muchos casos, alguna de las especies puede salir dañada de esta relación.

La simbiosis del reino animal engloba un conjunto de relaciones biológicas interactivas que producen beneficios para alguna de las especies involucradas. Dichas interacciones deben ser establecidas entre seres vivos similares, incluso entre seres vivos y plantas, y persistir en el tiempo para ser consideradas como simbiosis.

Simbiosis en animales: pez payaso y anémona

Existen diversas clases de simbiosis, de forma genérica, que son divididas en dos grandes grupos:

  • Las endosimbiosis. Ocurren cuando uno de los seres que participan en esta relación vive en el interior del organismo del otro. Normalmente se instalan en el interior de las células, en su aparato digestivo.
  • Por otro lado, tenemos las interacciones ectosimbióticas, donde los seres simbiontes viven en conjunto, pero sin estar dentro de sus organismos.  Generalmente, uno de las especies vive sobre o debajo del cuerpo de su anfitrión.

Tipos de simbiosis del reino animal

El grado de integración desarrollado entre los seres simbiontes genera diferentes tipos de simbiosis. Muchos animales viven conjuntamente para beneficiarse de sus respectivas presencias, mediante el establecimiento de una relación simple.

No obstante, algunas especies llegan a realizar transferencias genéticas y generar nuevos individuos, que se concreta en una intensa interacción. A continuación, resumimos las principales características de los tres principales tipos de simbiosis del reino animal:

Mutualismo

El mutualismo es la forma de simbiosis más benéfica en la que dos animales pueden establecer en su convivencia. En dichas interacciones está inspirado el uso popular de la expresión ‘relación simbiótica’, que presupone una interacción ‘positiva-positiva’.

Anémona marina y pez payaso

Puede establecerse como un trueque directo de recursos o servicios o como una interacción entre recurso natural y servicio. Pero las dos especies siempre salen igualmente beneficiadas del mutualismo y mejoran su aptitud biológica a través de dicha relación.

Comensalismo

En el comensalismo, la interacción biológica genera beneficio para una de las especies involucradas. Sin embargo, el otro animal no sufre cualquier perjuicio a partir del beneficio que proporciona directa o indirectamente. Sería un tipo de relación ‘positiva-neutral’.

Parasitismo

El parasitismo presupone una relación desigual, donde una de las especies es perjudicada mientras otra sale beneficiada. O sea, una interacción ‘positiva-negativa’. Generalmente, las simbiosis parasitarias representan un riesgo severo para la salud del animal que está hospedando.

Perro rascando

Ejemplos de simbiosis del mundo animal

Para mejorar la comprensión sobre los tipos de simbiosis del reino animal, vemos algunos ejemplos reales de mutualismo, parasitismo y comensalismo.

Relaciones simbióticas de mutualismo

Los mamíferos rumiantes poseen diversos microorganismos en las cavidades de su estómago. La acción natural de estos microorganismos permite que los animales herbívoros digieran la celulosa presente en los vegetales.

Al mismo tiempo que se produce la digestión, se garantiza la nutrición de estos minúsculos seres vivos. Por ello, esta relación simbiótica es de mutualismo y no de parasitismo.

Algo muy similar ocurre en la flora intestinal de los seres humanos que está repleta de bacterias beneficiosas. Estos minúsculos seres favorecen la digestión de los alimentos y protegen el colon del intestino.

Por otro lado reciben un refugio seguro, donde abundan las moléculas necesarias para su buena nutrición; como vemos, es otra demostración de mutualismo endosimbiótico.

Simbiosis del reino animal: relaciones de parasitismo

Un ejemplo común de esta relación simbiótica ocurre cuando ciertos parásitos afectan a animales domésticos, silvestres en su ecosistema y a los seres humanos.

Cuando hablamos de los endoparásitos, como tenias o gusanos, tenemos una endosimbiosis parasitaria. En el caso de que consideremos las garrapatas o pulgas, obtenemos un ejemplo de ectosimbiosis parasitaria.

El comensalismo en el reino animal

El ejemplo más clásico de comensalismo sucede cuando los buitres se alimentan de las presas abatidas por otros depredadores. Como estas aves no pueden cazar, deben consumir estos restos de carne para sobrevivir. Aunque beneficie apenas a una especie, esta relación comensal no perjudica o interfiere en el bienestar de los demás animales.

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