Los 5 sapos más extraños del mundo

Si bien los sapos como tal pertenecen a la familia de los bufónidos, lo cierto es que algunas ranas también reciben nombre de sapo. En cualquier caso, hablar de los sapos más extraños del mundo es citar a varias especies de anuros que tienen alguna característica que sorprende.

Los rasgos de los anuros que te vamos a mostrar destacan porque no concuerdan con la morfología o biología habitual de estos anfibios. Sigue leyendo si quieres conocer a los 5 sapos más extraños del mundo

Los 5 sapos más extraños del mundo: ¿existe un sapo con cola?

El sapo de cola era una especie de anuro primitivo que aún presentaba este apéndice, como vestigio de sus antecesores pisciformes. Pertenecía a la familia a la familia de los leiopelmátidos, que cuenta hoy en día con 4 especies, todas ellas en Nueva Zelanda.

Además, estas especies se diferencian de otros anuros en que no pasan por la fase de renacuajo. La hembra pone los huevos en tierra y el embrión se desarrolla dentro, para luego salir completamente formado. De hecho el sapillo, al nacer, rompe la cáscara del huevo con esa misma cola vestigial.

En el continente americano, sin embargo, permanece el sapo rabudo (Ascaphus truei). Al igual que su antecesor, su nombre alude a la rareza de poseer cola, aunque sea vestigial. Habita en zonas frías de las montañas Rocosas, allí donde otras especies más evolucionadas son incapaces de vivir.

Durante la época de cría, machos y hembras bajan a copular a los torrentes de agua que discurren entre la piedra. Es ahí donde la hembra pone lo huevos, de manera que los renacuajos, al nacer, tienen que adherirse a las rocas para que no se los lleve la corriente.

Para ello, estos anfibios desarrollan una ventosa en la superficie de sus cabezas, que luego les sirve para trepar por el margen del torrente y alcanzar la orilla.

Un sapo con una lengua «especial»

En este caso nos referimos al sapo excavador mexicano (Rhinophrynus dorsalis) que, entre otras cosas, muestra un aspecto bastante singular. Su anatomía externa es algo extraña para ser un sapo. Con una cabeza encogida y picuda, un cuerpo grande y unas desmesuradas patas posteriores, se parece bien poco a la mayoría de sus parientes.

Lo verdaderamente curioso de esta especie es su lengua que, al contrario de la mayoría de anuros, está unida a la boca en su parte posterior. Es decir, como la lengua de cualquier ave o mamífero. En otros anuros, la lengua o bien ha desaparecido, o está unida a la boca por la porción delantera.

Puesto que son animales de vida subterránea, rara vez son vistos por los humanos. Si acaso se puede tener la suerte de detectar a un ejemplar después de las lluvias, cuando se congregan bastantes individuos cerca de las charcas para dar comienzo a la época de apareamiento.

El sapo partero, una rarísima nodriza

Algunos miembros de la familia Alytidae han desarrollado capacidades de cría bastante extrañas. El macho del sapo partero (Alytes obstetrician) introduce su extremidades en la masa de huevos que la hembra acaba de depositar.

De esta manera, los huevos se adhieren a su piel y son transportados durante 3 semanas por este curioso comadrón. De día se esconde en lugares oscuros y húmedos y trata de pasar desapercibido. Transcurridas las 3 semanas, este se zambulle en el agua para que los huevos se rompan y las larvas salgan para completar su desarrollo.

Los cinco sapos más extraños del mundo: un sapo contorsionista

Otro anuro curioso es el sapo de vientre de fuego (Bombina bombina), del cual hay al 4 cuatro géneros: 2 en Europa y 2 en China. Suele frecuentar estanques y pantanos, en los cuales se deja ir a la deriva arrastrado por la corriente. Eso sí, nunca lejos de la orilla y siempre con la cabeza fuera del agua, por si surgiese algún peligro.

Si detecta que algo va mal, en vez de escapar, este sapo se limita a quedar inmóvil con su llamativo vientre bien visible, para disuadir a los depredadores. Por la posición que adopta es por lo que se le conoce como sapo contorsionista.

Esto desconcierta al intruso, que suele alejarse pensando que puede ser peligroso. No se equivoca, puesto que la piel de este anfibio segrega una sustancia tóxica que puede resultar incluso mortal.

El sapo más venenoso del mundo

El sapo Zetek o rana dorada de Panamá (Atelopus zeteki) es un pequeño anuro que vive en los bosques tropicales de Latinoamérica. Abunda, como indica su nombre, en tierras panameñas, una de las regiones más cálidas del planeta.

Allí debe resguardarse del fuerte calor y de la luz intensa. De hecho, media hora de exposición directa al sol podría bastar para matarlo. Por eso, en cuanto amanece, se refugia bajo las plantas acuáticas.

Su piel dorada segrega un líquido ponzoñoso que le protege de ser devorado por sus enemigos naturales. Eso sí, posee una voz poderosa que atrae a los nativos de la zona, quienes lo cazan para utilizar su veneno como arma.

Los sapos más extraños del mundo y el peligro que eso conlleva

En el reino animal, ser extraño significa tener características que llaman la atención, que te diferencian de tus parientes. Eso, para el ser humano, suscita interés y pone al animal en el punto de mira. Un punto de mira que muchas veces significa capturas ilegales, caza furtiva o tráfico de especies.

La rana dorada de Panamá, por ejemplo, se considera extinta desde 2007 en su medio natural debido a las capturas furtivas. Los únicos ejemplares que quedan son aquellos criados en cautividad.