Las ranas son anfibios que despiertan ternura gracias a sus tamaños pequeños, sus ojos saltones y su aparente fragilidad. Tienen una piel muy fina y una boca grande si se compara con el resto de su cuerpo, lo cual les otorga una forma cómica digna de un dibujo animado. De todas formas, sus hábitos alimenticios no tienen nada de adorable: ¿quieres saber qué comen las ranas?
Estos animales son eminentemente depredadores, aunque sus hábitos alimenticios cambian a lo largo de su vida, observándose diferencias notables entre antes y después de la metamorfosis. A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre la dieta de estos simpáticos animales. No te lo pierdas.
¿Qué son las ranas?
Antes de sumergirnos en el menú de las ranas, vemos de interés situarlas a nivel taxonómico, pues suele haber mucho desconocimiento sobre ellas. Las ranas pertenecen a la clase Amphibia, que también engloba a salamandras, tritones y cecilias. Son específicamente anfibios anuros, ya que carecen de cola y su cuerpo es achatado, a diferencia de los urodelos.
Se estima que el 88 % de los anfibios son clasificados como anuros, grupo en el que se incluyen a más de 7100 especies repartidas en 55 familias. En este punto, cabe destacar que una rana es toda especie dentro del orden Anura, sin importar sus características vitales o la rugosidad de su piel. Efectivamente, diferenciar entre “sapo” y “rana” por sus rasgos corporales es erróneo desde un punto de vista científico.
Se suele decir que las ranas son más esbeltas, con extremidades traseras más evidentes, una piel más lisa y hábitos eminentemente acuáticos. Por otro lado, los sapos tienen la piel más rugosa, son más achatados y se mueven por ecosistemas más secos. Esto no es del todo cierto, ya que algunos “sapos” (como el género Atelopus) tienen una conformación lisa y esbelta, casi igual a la de una “rana” al uso.
Así pues, podemos decir que los únicos “sapos verdaderos” son los pertenecientes a la familia Bufonidae, mientras que todos los demás anuros podrían considerarse como ranas, aunque esto tampoco sea verídico a nivel taxonómico. Los grupos que engloban a la mayoría de “ranas” típicas son los siguientes: Craugastoridae (850 especies), Hylidae (724 especies) y Microhylidae (688 especies).
¿Qué comen las ranas?
Ahora que conoces cómo se encuadran estos tipos de anfibios a nivel taxonómico, estamos preparados para responder a la pregunta de qué comen las ranas. Distinguiremos sus elecciones dietéticas según su etapa vital, pues nada tiene que ver la dieta de un renacuajo con la de un individuo adulto. Vamos a ello.
¿Qué comen los renacuajos?
El término “renacuajo” designa la etapa larvaria de los anfibios anuros. Estas larvas son completamente acuáticas, presentan unas branquias cubiertas por piel (formando una cámara opercular) y tienen una cola muy evidente, con la que se ayudan para nadar con movimientos ondulatorios laterales. El tamaño de los renacuajos varía mucho entre especies.
La mayoría de renacuajos son herbívoros y se alimentan de las algas que se acumulan en las rocas y sedimentos de ríos, lagos o fuentes de agua perecederas. También se pueden nutrir de materia orgánica animal en descomposición, como trozos de vertebrados o insectos ahogados. Tienen un intestino muy elongado en espiral, lo que les permite un mayor grado de absorción nutricional.
Diversas larvas de la familia Microhylidae se alimentan mediante filtración, nadando por la columna de agua y obteniendo el plancton microscópico en suspensión. Por otro lado, algunas de las pocas ranas que tienen renacuajos depredadores son las de la familia Ceratophryidae. Gracias a sus enormes bocas, estos son capaces de comer insectos, peces pequeños y artrópodos.
¿Qué comen las ranas adultas?
La respuesta en esta ocasión es mucho más sencilla: todas las ranas son depredadoras. Esto quiere decir que se alimentan de animales vivos, cazándolos generalmente mediante una estrategia de tipo sit and wait. Como son seres muy torpes, los anfibios suelen quedarse quietos y esperan a que una presa pase frente a ellos, atrapándola con sus lenguas pegajosas u otros mecanismos.
Sea como fuere, la dieta de una rana variará drásticamente dependiendo del medio que habite. A continuación, diseccionamos las elecciones dietéticas de estos anuros dependiendo del hábitat en el que se encuentren, poniendo como ejemplos a algunas especies abanderadas.
Alimentación de las ranas acuáticas
La rana acuática por excelencia es Xenopus laevis. Este anuro nunca sale del agua, aunque sí puede aguantar periodos de desecación bastante largos enterrándose en el barro. Esta especie en concreto es depredadora y carroñera, ya que se lleva a la boca todo tipo de carne que se encuentre, esté viva o muerta.
Xenopus laevis se guía por su línea lateral sensorial, sus dedos extremadamente sensibles y su olfato para detectar a sus presas. Gracias a la bomba hiobranquial que presenta en su boca, aspira a sus víctimas al “tragar” agua sin mucha dificultad. Se alimenta sobre todo de peces, larvas de insectos, artrópodos caídos en el agua y trozos de carne muerta.
Alimentación de las ranas terrestres
¿Qué comen las ranas que ocupan ambientes acuáticos y terrestres por igual? Si cogemos como ejemplo a la especie Rana temporaria, veremos que este simpático anuro se alimenta de larvas de insectos, isópodos, arañas, caracoles y gusanos. Además de invertebrados acuáticos, también recurre a los terrestres que se esconden bajo rocas y en el sustrato.
La dieta de esta especie depende ampliamente de la época del año.
Alimentación de las ranas arborícolas
A diferencia de los ejemplos citados, algunos anuros pasan gran parte del tiempo en las ramas de los árboles y arbustos cercanos a fuentes de agua, siendo Hyla cinerea uno de los ejemplos más citados. Estas ranas, debido a su nicho biológico, se alimentan sobre todo de moscas, mosquitos y otros insectos alados.
Como puedes ver, responder a qué comen las ranas es un poco más complejo de lo que en un principio se podría pensar. En resumen, los renacuajos suelen ser herbívoros, mientras que todos los anuros son depredadores de artrópodos y de pequeños vertebrados, aunque sus hábitos alimenticios varían según su localización geográfica y su labor ecosistémica.
Bibliografía
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