Picadura de mantarraya: ¿es mortal?

¿Te ha picado una mantarraya? ¿Hay riesgo de mortalidad? ¿Qué se debe hacer ante esta situación? Te contamos todos los detalles a continuación.
Picadura de mantarraya: ¿es mortal?
Cesar Paul Gonzalez Gonzalez

Escrito y verificado por el biólogo Cesar Paul Gonzalez Gonzalez.

Última actualización: 02 mayo, 2023

¿Necesitas saber todos los detalles sobre la picadura de mantarraya? Las rayas y las mantarrayas pertenecen al grupo de los peces cartilaginosos. Se caracterizan por tener un cuerpo aplanado con forma de rombo que les ayuda a «planear» dentro del agua. A pesar de tener una apariencia poco atemorizante, algunas especies poseen un aguijón venenoso que es capaz de provocar un dolor intenso en las víctimas.

Los accidentes por picadura de una raya o una mantarraya suceden cerca de la costa. Ciertas especies suelen descansar sobre la arena del fondo marítimo, de modo que los bañistas pueden llegar a pisarlas y ocasionar el percance. Aunque es fácil atender estos problemas, esto no significa que no tengan repercusiones. Sigue leyendo este espacio y descubre si las lesiones que provocan estos animales son letales.

¿Las mantarrayas y las rayas son lo mismo?

Es normal escuchar que se utilicen los términos mantarraya y raya como sinónimos. Esto no es del todo incorrecto, pues ambos son nombres coloquiales que hacen referencia a las increíbles especies del orden Rajiformes. Sin embargo, ante la perspectiva de la taxonomía, existen diferencias irreconciliables que no deben ser pasadas por alto.

La palabra «raya» identifica a cualquier especie dentro del grupo de los Rajiformes, mientras que el término «mantarraya» solo hace referencia a las especies del género Mobula, un grupo pequeño y específico de las rayas. Por el momento, los también llamados mobúlidos, se componen de 8 especies distintas, tal como lo menciona el Advisory Committee of the Memorandum of Understanding on the Conservation of Migratory Sharks.

Es importante señalar que el nombre de «mantarraya» se usaba solo para dos especies concretas: mantarraya alfredi (Manta alfredi) y mantarraya gigante (Manta birostris). Sin embargo, un estudio publicado en Zoological Journal of the Linnean Society reclasificaba a dichos organismos en el género Mobula.

Esto no cambia el uso del término «mantarraya», pues de manera informal se conocía a las otras especies del género Mobula como mantas o mantarrayas. Al contrario, este hecho le dio un sentido taxonómico preciso a su nombre.

Diferencias entre rayas y mantarrayas

A pesar de que las características de las rayas y las mantarrayas son bastante parecidas, es posible distinguirlas si se pone atención a su forma física. Entre sus diferencias más evidentes se encuentran las siguientes.

  • Apariencia: las mantarrayas se caracterizan por tener sus aletas laterales más alargadas (como si fueran alas), mientras que en las rayas su cuerpo parece una manta homogénea y con forma de rombo.
  • Tamaño: las especies del género Mobula alcanzan una longitud corporal de entre 5 y 7 metros. Por otro lado, la mayoría de los Rajiformes no sobrepasan los 2 metros de largo.
  • Dieta: las mantarrayas tienen una boca sin dientes especializada en comer kril, plancton y algunos huevos de pescado por medio de la filtración. No obstante, las rayas exhiben dentaduras aplanadas y se alimentan de moluscos, crustáceos y ciertos peces.
  • Aguijón: las mantarrayas no presentan el aguijón venenoso, de modo que utilizan su gran habilidad para nadar como mecanismo de defensa. Las rayas sí pueden suponer un problema en este ámbito, tal y como veremos a continuación.
  • Hábito de natación: las rayas se caracterizan por nadar sobre el lecho oceánico (son animales bentónicos) y esconderse entre el sustrato, mientras que las mantarrayas tienden a bucear cerca de la superficie para obtener su alimento.


Matarraya nadando en el océano.
Las mantarrayas tienen unas aletas flexibles y alargadas que les facilita nadar en el océano.

¿Las mantarrayas pican?

Como te podrás dar cuenta, las mantarrayas no tienen la capacidad de ocasionar una picadura. Estos animales carecen del aguijón y el veneno para poder lastimar a los bañistas, por lo que les es imposible producir algún tipo de herida. De hecho, tienen un comportamiento tímido y huyen ante cualquier indicio de peligro.

El comportamiento dócil y asustadizo de las mantarrayas las hace inofensivos para el ser humano. No obstante, su apariencia física es tan llamativa que existen varios programas de turismo enfocados en nadar con ellas. Por supuesto, como lo menciona la organización Manta Trust, se necesitan seguir varias reglas para evitar lastimarlas o ahuyentarlas, pero la experiencia es segura e interesante.

¿Las rayas pican?

Por su parte, las rayas sí son capaces de picar y lastimar de seriedad a las personas. Esto no solo es posible por el veneno que inyectan, sino porque algunas emplean sus largas colas a modo de látigo. Aunque no parezca amenazante, la fuerza con la que impacta esta estructura hace que pueda penetrar profundo en la piel de la víctima (lesiones de lanza).

Aunque es cierto que las lesiones tipo «lanza» ocasionadas por la cola de las rayas son poco frecuentes, la fuerza que tiene el impacto es tal que puede fracturar vertebras. Al menos así lo menciona un reporte de caso publicado en la revista Child’s Nervous System.

¿La picadura de la raya es mortal?

La picadura de la raya, a veces mal llamada mantarraya, no suele ser mortal. Sin embargo, es bastante dolorosa y puede llegar a sangrar demasiado según la zona en la que se produzca la lesión. Los síntomas del veneno no son graves, pero el paciente requiere atención médica en todos los casos (sin excepciones).

Contrario a lo que se podría pensar, el aguijón de las rayas no se encuentra en la punta de la cola, sino en el primer tercio de su longitud. Esto significa que para picar a sus víctimas necesita doblar su cuerpo con rapidez. Según un estudio de caso publicado en la revista Journal of Human Growth and Development, este movimiento es tan rápido e inexacto que perfora y rasga la piel de las personas.

Aparte del dolor que provocan las toxinas, la profundidad de la herida es uno de los factores más graves que tiende a complicar la situación. Esta es la razón por la que se necesita la atención médica inmediata, incluso a pesar de que a simple vista no se observe un daño severo.

Según un estudio publicado en la revista Journal of Travel Medicine, en Estados Unidos, las picaduras por rayas tienen una frecuencia de entre 750 y 2.000 casos por año. No obstante, se considera que la cifra podría estar subestimada debido a la falta de reportes.

Si bien es cierto que aún no es claro cuál es el mecanismo de acción del veneno de las rayas, se cree que las toxinas tienen un efecto citotóxico en el organismo. Algunos de los síntomas más frecuentes que ocasiona la picadura de la mal llamada «mantarraya» son los siguientes, como bien mencionan los especialistas de las universidades de Illinois y Chicago en el Manual MSD.

  • Desvanecimiento.
  • Debilidad muscular.
  • Náuseas.
  • Ansiedad.
  • Problemas cardiacos.
  • Hipotensión.
  • Problemas para respirar.

¿Qué hacer en caso de picadura de mantarraya?

La tasa de mortalidad por picadura de «mantarraya» es bastante baja. Por doloroso que resulte, el veneno no se considera letal en humanos.

En caso de que se produzca cualquier picadura por rayas, los primeros auxilios consisten en lavar la herida con un poco de agua salada. Esto ayudará a visibilizar la gravedad de la lesión y retirará algunos fragmentos sueltos de la púa del animal.

Es probable que el sangrado sea bastante abundante, por lo que se deberá hacer presión en la zona para reducirlo. No se debe exagerar la fuerza ni realizar torniquetes.

«Lo primero es irrigar, inmediata y completamente, la lesión con agua salada fría o suero salino frío, con el fin de producir una vasoconstricción y reducir la cantidad de veneno que pasa a la sangre, además de conseguir limpiar la herida».

MM. Garrido Picazoa & M. Valdeavero Pastor (2009)

Una raya en el fondo marino.
Las rayas tienden a mantenerse en el suelo arenoso cerca de la superficie. Esta es la razón por la que la mayoría de las picaduras ocurren porque los bañistas las pisan por accidente.

Es crucial recalcar que la herida necesita mantenerse limpia en todo momento, así que evita aplicar cremas o sustancias con anestésicos. Asimismo, la púa de la raya puede quedarse adherida en la piel y propiciar que se infecte la lesión. A pesar de ello, no es recomendable retirarla bajo ningún motivo. Existe el riesgo de que haya dañado un vaso sanguíneo. Así que al intentar quitarla se podría ocasionar una hemorragia.

En cualquier caso, lo primero que se debe pensar es en acudir al médico con urgencia. Sobre todo si la picadura de la mal llamada mantarraya ocurrió en la cabeza, el cuello o el tórax. Aunque el veneno de la raya no es letal, es normal que estas heridas presenten infecciones secundarias, de modo que se precisa de un tratamiento farmacológico preventivo completo.

¿Tengo que preocuparme por la picadura?

La mayoría de los casos se solucionan con curaciones sencillas y tratamientos paliativos. Claro está, siempre que la picadura no haya ocasionado daños severos y se haya recibido la atención médica adecuada. Algunas personas afectadas podrían incluso necesitar cirugía para remediar el daño de la herida, pero todo depende de la situación.



Recuerda que las lesiones pueden llegar a infectarse y complicar el pronóstico de recuperación. Por ello es tan importante contar con el seguimiento de un médico, pues solo los profesionales en salud son capaces de evaluar la evolución de la lesión. Aunque tu vida no suele correr riesgo por la picadura de la raya o «mantarraya», ten por seguro que no será una experiencia nada agradable.


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