Ostras: alimentación y reproducción

Conoce algo más sobre el mundo de las ostras, de qué y cómo se alimentan, así como su reproducción

Ostreidae

Probablemente conozcas a las ostras como un manjar solo apto para algunos bolsillos o como esos animales que fabrican perlas. En Mis Animales vamos a mostrarte más aspectos sobre la vida de este molusco marino.

Las ostras son moluscos bivalvos. Es decir, que presentan una especie de caparazón dividido en dos valvas que se unen y cierran a través de uno o dos músculos aductores. Todas las ostras se agrupan en la familia Ostreidae, cuyos géneros principales son Ostrea, Crassostrea y Pycnodonta. Cada uno de estos cuentan con alrededor de 100 especies repartidas por todo el mundo.

Cada género tiene sus particularidades físicas que lo distinguen unos de otros, pero también tienen diferentes requerimientos de hábitat. El género Ostrea es el más extendido, adaptado a aguas limpias con poco sedimento y alta salinidad.

Crassostrea habita en estuarios con alto sedimento y salinidad baja, mientras que Pycnodonta se da principalmente en la alta mar tropical con salinidad, elevada pero no es abundante.

Ostras

Esto es importante porque las condiciones del hábitat afecta a su supervivencia, alimentación y reproducción. Las especies comúnmente cultivadas pertenecen a los géneros Ostrea y Crassostrea.

¿De qué se alimentan las ostras?

Las ostras, como otros bivalvos (mejillones, almejas, berberechos…), son organismos filtradores y se alimentan del fitoplancton presente en el agua que pasa a través de unas estructuras filtradoras de su aparato digestivo.

Estas estructuras se denominan cilios y su movimiento crea una pequeña corriente de agua que llega a una especie de moco que atrapa el plancton, y lo conduce como si de una cinta transportadora se tratase hasta la boca.

La mayoría de las ostras se alimentan de partículas microscópicas de fitoplancton (algas) u otros organismos microscópicos. Las partículas no alimenticias y los desechos también son expulsados gracias al movimiento de este moco y los cilios.

Es un proceso filtrador del agua muy eficiente, y es por este proceso de alimentación por el que existe el problema de bioacumulación de metales pesados. Los animales filtradores al pasar el agua por su sistema digestivo pueden absorber los metales pesados que contenga el líquido vital.

Las aguas continentales y oceánicas cada vez están más contaminadas, así que los metales pasan a la cadena alimenticia para acabar en el ser humano.

Reproducción de las ostras

Cada género cuenta con diferencias en sus hábitos de reproducción. En el género Ostrea los óvulos permanecen en la cavidad del manto, dentro de la concha, y los espermatozoides son descargados externamente. Una vez fertilizados los óvulos, la larva pasa las primeras etapas de su desarrollo dentro de la concha hasta ser expulsadas en el agua.

En el género Crassostrea tanto los óvulos como los espermatozoides se liberan en el agua, donde ocurre la fecundación y el desarrollo de la larva.

Asentamiento o fijación

Pasadas unas 24 horas, el embrión o larva desarrolla dos conchas diminutas y ya es capaz de nadar. Al poco tiempo se desarrolla su sistema digestivo, los filamentos branquiales, músculos aductores que cierran la concha y una pata con la que puede arrastrarse.

Cuando la larva alcanza determinada longitud, ya está lista para adherirse al medio marino. Este periodo de tiempo puede variar con la temperatura del agua.

Si al nadar toca un objeto limpio y duro como una concha de ostra, comienza a arrastrarse sobre su pata. Cuando encuentra un punto apropiado, segrega una especie de cemento que se endurece rápidamente y la ostra se adhiere entonces de por vida. Este proceso se denomina asentamiento o fijación.

Bivalvo

El sexo de la ostra también puede variar según el género y el momento de su vida, y es que puede actuar como macho o hembra. En los cultivos de ostras dan vital importancia a las condiciones de temperatura y salinidad propicias para el momento de la reproducción.

La presencia de productos sexuales en el agua donde otras ostras se alimentan es a menudo suficiente para estimular el desove si las gónadas están suficientemente maduras y la temperatura y la salinidad son las adecuadas. También se facilita la fijación mediante la colocación de camas de conchas viejas que forman un área de cría artificial.

Bibliografía

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  • D.B. Quayle. Ostras tropicales: Cultivos y métodos.
  • B. Andreu. Pesquería y cultivo de mejillones y ostras en España.
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