Mortalidad neonatal en cachorros: 4 causas

La mortalidad neonatal en cachorros es un problema al que no se le da la importancia que merece, pero con unos consejos se puede reducir considerablemente
Mortalidad neonatal en cachorros: 4 causas

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 16 octubre, 2019

La mortalidad neonatal en cachorros es la causante del 20 al 30 % de las muertes de los perros hasta el momento del destete, lo que nos lleva a plantearnos cuáles son las causas y cómo podemos reducir ese dramático porcentaje.

Lo más importante que hay que saber es que la pediatría canina no empieza después del destete, sino que debemos acudir al veterinario periódicamente desde que la hembra está embarazada para realizar revisiones que puedan prevenir problemas futuros; es mejor prevenir que curar.

La salud de un cachorro va a depender de varios factores: en algunos no podemos hacer nada, pero en otros podemos intervenir para mejorar la esperanza de vida en las primeras semanas:

  1. Influencia genética: muchos de los problemas con los que los cachorros nacen provienen de herencia directa de los progenitores y, si esta dolencia llega demasiado pronto, el recién nacido no estará preparado para combatirla porque su sistema inmunológico no está 100 % desarrollado.
  2. Habilidades de la madre: que la madre haga un buen trabajo en lo que respecta a la lactancia y la gestación de los cachorros va a suponer una gran diferencia. Además, ella se encarga de su limpieza y los mantiene aseados.
  3. Limpieza: preparar un lugar limpio y tranquilo para el parto es esencial para evitar la aparición de bacterias y gérmenes.
  4. Temperatura: durante los primeros 15 días, los cachorros son muy sensibles a la temperatura, por lo que se debe tener cuidado, ya que la madre a veces no es capaz de dar el calor que necesitan. En los casos en los que la hembra tiene a las crías en una caseta exterior, es más aconsejable cambiarlos a una zona de interior, lo que mejorará las posibilidades de supervivencia; crecerán con más energía por no tener que combatir con el frío.
Mortalidad neonatal en cachorros

¿Cómo podemos reducir la mortalidad neonatal en cachorros desde el periodo de gestación?

Para evitar que la mortalidad neonatal en cachorros siga causando estragos en el mundo canino, podemos llevar a cabo una serie medidas durante la gestación que reducirán dichas muertes.

Una actuación a tiempo y efectiva del veterinario en el período perinatal puede aumentar la supervivencia en la etapa neonatal; se controlan o eliminan los factores que contribuyen a la morbilidad y la mortalidad de los cachorros.

La buena salud de la perra es algo que va a marcar la diferencia durante el embarazo, el parto y las cuatro semanas posteriores a este. La desnutrición, los parásitos, lesiones o malformaciones van a lastrar sus habilidades como madre y estará falta de la energía que necesita para realizar esta tarea, por lo que la salud de los cachorros empieza con los cuidados a la madre desde las primeras semanas de embarazo.

Lactancia canina

Por otra parte, se deben adaptar los tratamientos que pueda estar recibiendo la perra anteriores al embarazo, ya que estos pueden ser ofensivos desde que esta queda embarazada y puede afectar a la larga a los cachorros.

Los antibióticos también pueden afectar indirectamente a los cachorros, tanto en el embarazo como en la época de lactancia, ya que son medicamentos teratógenos, por lo que se debe consultar a un profesional si son compatibles con la situación actual de la hembra.

Otro de los factores que no se tiene en cuenta tanto como merece es el estado de las glándulas mamarias y los pezones de la madre, ya que, en muchas ocasiones, las anomalías en alguna de estas puede suponer la desnutrición del cachorro más débil, lo que provocaría su muerte. Un examen médico completo de la hembra y los cachorros es básico para el bienestar de todos y cada uno de ellos.

Es muy importante el control del peso de los cachorros en sus primeras horas de vida, ya que la reducción no puede superar el 10 % del peso total, lo que nos indicaría una falta de leche. En caso de que esto sucediera, se debe aplicar agua glucosada por vía subcutánea y, si a las 48 horas no ha recuperado el peso perdido, se pasaría a la lactancia artificial.


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