En la actualidad, los mininos son unos de los animales de compañía más populares en todo el mundo. Pero pocas especies han tenido una relación tan controversial con el hombre como el gato. Desde dioses venerados hasta símbolos de brujería: la mitología del gato ha cambiado radicalmente con el paso de los siglos.
En este artículo, hablaremos un poco más sobre la mitología de gato. Ponemos especial enfoque en las deidades felinas que fueron adoradas por las antiguas civilizaciones orientales.
La mitología del gato y las deidades felinas
Durante la Edad Media, los gatos, en especial los de color negro, fueron asociados a los supuestos rituales de brujería. Por esta razón, su imagen fue relacionada con la magia negra y los felinos fueron perseguidos por siglos.
Este tipo de historias y leyendas han generado incontables falsos mitos con respecto de los mininos y su tenencia ha tardado años para liberarse del estigma de la ‘mala suerte’.
No obstante, las civilizaciones antiguas han demostrado una gran admiración por los mininos. De hecho, la figura del gato solía representar deidades adoradas principalmente por las culturas orientales.
Sin lugar a dudas, la diosa egipcia conocida como Bastet es la más reconocida entre todas las deidades felinas. Pero la mitología del gato incluye también otras representaciones divinas que ocupaban un rol central en la religión y cultura del Lejano Oriente.
Bastet, la diosa egipcia de la felicidad
Las representaciones de la ‘diosa gato’ Bastet, también conocida como ‘la estrella Sirio’, siempre estuvieron relacionadas con los felinos. Algunas veces, Bastet era representada como una minina negra, otras se le atribuía un cuerpo de mujer y la cabeza de una gata.
La antigua ciudad de Bubastis se consagró por el culto a la diosa Bastet, y en ella se han encontrado numerosos felinos momificados. Se supone que los gatos eran considerados como las encarnaciones de la mismísima diosa Bastet. Por ello, eran honrados tras su muerte con el ritual de momificación, al cual solo tenían acceso los nobles y los faraones.
Para los egipcios, la diosa Bastet era la protectora de los hogares y de las mujeres embarazadas, pues tenía el poder de alejar los malos espíritus. También se asociaba a todo lo positivo de la luz solar, como la felicidad y la armonía.
Por su gran espíritu guardián, Bastet tenía un lado amoroso y pacífico, pero también poseía una faceta feroz y determinada, que se revelaba especialmente frente a injusticias y amenazas a sus protegidos; esta deidad felina era amada, temida y respetada en iguales medidas.
La mitología del gato en China y la deidad felina Li Shou
La mitología del gato en China es una de las más fascinantes, aunque no sea tan reconocida como la egipcia. Uno de los mitos cosmológicos chinos dice que, después de completar la creación del mundo, los dioses han nombrado a los gatos como los guardianes divinos del orden.
Los chinos atribuyeron a los felinos el privilegiado don de la palabra, para que pudieran comunicarles cómo se encontraba su creación. A pesar de ofrecerles una función tan importante, los dioses siempre sorprendían a los gatos divirtiéndose o relajándose.
Al ser interrogados por los dioses, los gatos guardianes terminarían confesando que no les interesaba controlar el orden del mundo. También sugerirían que esta función debería ser dada a los humanos, ya que estos estaban ávidos de poder.
Entonces, el don de la palabra fue retirado a los felinos y concedido a los seres humanos. Pero al percibir que los hombres comprendían muy poco sobre lo divino, los dioses obligaron a los gatos a convertirse en guardianes del tiempo.
Li Shou fue la más popular deidad felina en la antigua China, asociado a la protección de los hogares y la fertilidad de la tierra. A él se le solían brindar ofrendas para mejorar las cosechas y evitar las malezas.
Los bakeneko en Japón y sus poderos sobrenaturales
A pesar de no ser considerados como dioses, los bakeneko componen la mitología del gato en el lejano Oriente. Las antiguas civilizaciones de Japón atribuían poderes sobrenaturales a estos gatos. Como ejemplos, está la habilidad de cambiar de forma, volar, lanzar bolas de fuego, e incluso resucitar a los muertos.
Los antiguos mitos japoneses describen a los bakeneko como gatos fantasmas o transformistas, que eran capaces incluso de adoptar la forma humana e incorporarse entre las personas. También exaltan la inteligencia felina, y atribuyen a los gatos el don de leer, escribir, caminar en dos patas y comprender el lenguaje humano.
Bibliografía
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- Dr. Jaume Camps. Origen del gato en el antiguo Egipto. Extraído de: https://core.ac.uk/download/pdf/78517608.pdf
- Jaume Camps Rabadà – Veterinario. Origen de los gatos domésticos. Extraído de: https://ddd.uab.cat/pub/jcamps/jcampsapu/jcampsapu_140.pdf