El manejo de murciélagos en cautividad es muy importante. Son pacientes habituales en los centros de recuperación de fauna, sobre todo las crías que son encontradas por los viandantes fuera de sus nidos, o los individuos enfermos.
Generalidades sobre el manejo de murciélagos
En primer lugar, cualquier persona que vaya a estar en contacto con murciélagos debe recibir vacunación antirrábica como método preventivo. Estos animales tienden a morder y pueden estar infectados, por lo que toda prevención es poca. Es por eso que se recomienda también el uso de guantes de cuero en todo momento.
A la hora de ir a recogerlos, el uso de grandes sacos de tela puede ser útil para contenerlos durante varias horas. El tamaño ideal de estos sacos varía en función de la especie presente en el área de rescate. En cualquier caso, cada saco debería contener únicamente un individuo. Y se colocarán en suspensión, bien sujetos, dentro de cajas de cartón o madera cuando vayan a recogerse, para facilitar su transporte y evitar los golpes.
Los sacos pueden ser útiles para envolver al animal y dejar expuestas las partes del cuerpo que queramos examinar en una primera inspección.
Murciélagos en cautividad
Instalaciones
Los murciélagos requieren de grandes instalaciones, sobre todo las especies de mayor tamaño. De ser así, lo más sencillo para capturarlos para examinarlos será utilizar cazamariposas.
Dentro de esas instalaciones se recomienda colocar refugios –de madera– donde puedan colgarse y esconderse. Lo ideal sería, al menos, tres o cuatro por instalación. Aquellos murciélagos obligados a estar en instalaciones pequeñas y formando grupos numerosos suelen sufrir heridas y alopecia, derivadas del estrés y las peleas con otros individuos.
Pese a que son animales sociales, la alimentación la suelen realizar en soledad. Por tanto, hay que facilitarles la disponibilidad de espacios para alejarse del resto de individuos. Por ejemplo, en grupos numerosos hay que disponer varias bandejas de comida en diferentes puntos del recinto, alejadas unas de otras. Además, de esta manera prevenimos las posibles colisiones a la hora de ‘aterrizar’.
Se recomienda cubrir la superficie de la instalación para reducir el peligro de que los animales se hagan daño cuando se posan en el suelo.
Puesto que los murciélagos toleran bastante mal el frío, se recomienda proporcionarles una temperatura en las instalaciones cercana a los 38 ºC. Y por las noches hay que mantener el radiador apagado para que exista esa dualidad día-noche. Con estas medidas, los animales han demostrado mayores ratios de supervivencia y un mayor consumo de alimento.
Para tenerlos identificados individualmente, muchos centros optan por el uso de anillas o collares con un código de colores.
Alimentación
Muchos murciélagos tienden a capturar su presa o a recoger las piezas de fruta durante el vuelo. Pero aquellos que hayan sido capturados hace poco, y mantenidos en recipientes no lo suficientemente grandes, pueden mostrar dificultades a la hora de volar.
En los primeros días tras la captura, el alimento deberá colocarse accesible en el suelo de la instalación; de otra manera, podría producirse una muerte prematura. Algunos individuos incluso deberán ser alimentados manualmente hasta que sean capaces de hacerlo por sí mismos.
El agua de bebida siempre debe estar disponible.
Enfermedades y causas de mortandad
La primera causa de mortalidad en los murciélagos en cautividad es el estrés de la propia captura, que sobreviene en las primeras horas. Aquellos que sobreviven pueden desarrollar salmonelosis y otras infecciones derivadas de las heridas que se generan durante el transporte y las peleas con otros individuos. También son bastante comunes los ectoparásitos, que en individuos jóvenes puede ser causa, incluso, de muerte.
Murciélagos en cautividad: la época de cría
En caso de que lleguen a la clínica murciélagos recién nacidos, habrá que administrarles una fórmula especial mediante una jeringuilla. Se alimentarán cuatro veces al día, con la cantidad correspondiente al 5 % de su peso. Y es importante mantenerlos a temperaturas entre lo 36 y los 40 ºC durante al menos dos horas antes de ser alimentados.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Fowler M, Cubas Z. Biology, Medicine, and Surgery of South American Wild Animals. Hoboken: John Wiley & Sons; 2008. Pages: 219-222