Se habla mucho sobre las capacidades o habilidades de las mascotas a quienes cada vez más le otorgamos cualidades humanas. Sabemos que pueden comprender mucho de lo que les decimos y que tienen sentimientos. Pero también nos preguntamos si los perros tienen inteligencia emocional. En este artículo te lo contamos.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Los seres humanos compartimos varias cosas con los canes, como, por ejemplo, la estructura cerebral conocida como “sistema límbico”. Se trata de un conjunto de conexiones que gestionan las respuestas a ciertos estímulos. Se relaciona con la memoria, el instinto sexual, la personalidad y la conducta. Interacciona de una forma muy veloz con los sistemas nervioso y endocrino.
Por ello quizás estamos tan unidos a nuestras mascotas: porque entendemos sus emociones y sus sentimientos. Y así como nosotros tenemos esa capacidad, el peludo también la tiene. Así es: los canes pueden interpretar lo que sentimos y reaccionar en consecuencia.
Como los perros tienen inteligencia emocional, podemos vincularnos con ellos de una manera diferente. La actividad cerebral canina aumenta cuando están frente a su dueño, cuando este regresa a casa, cuando le habla o le hace un mimo.
¿Los perros tienen inteligencia emocional?
La habilidad para asimilar, percibir, comprender y regular las emociones propias y la de los demás (es decir, la inteligencia artificial, según el escritor Daniel Goleman) no es algo que atañe únicamente a los seres humanos.
Según parece, los canes tienen la capacidad para reconocer sus propias emociones (autoconsciencia), para controlar y redirigir sus estados de ánimo (autorregulación), impulsar una acción (motivación), entender las emociones de quienes nos rodean (empatía) y construir relaciones sociales.
Los perros provienen del lobo, y de allí su necesidad de vivir en compañía (manada). Dentro de este esquema hay roles bien marcados, y las relaciones se establecen para asegurar el bienestar del grupo. Para los canes, los dueños forman parte de ese clan, y por ende empatizan con nosotros para entender nuestras palabras, nuestras órdenes y, además, para poder actuar si no estamos en condiciones.
Así como hacen los lobos, los caninos también pueden detectar cuando uno de los miembros de la manada está triste, enfadado o cansado. ¡Incluso bostezan cuando nosotros lo hacemos! Esto demuestra la fuerte conexión emocional que tienen con nosotros.
Después de varios siglos de convivencia, estas mascotas se consideran un miembro más de la familia. Y para llevarse bien con los demás, debió desarrollar un “sentido” nuevo: el de la inteligencia emocional.
Por supuesto que esto no sólo atañe a los perros, sino que nosotros, como seres humanos, también hemos creado esa habilidad de comprender a un ser de otra especie con el simple hecho de mirarle a la cara.
Lecciones de inteligencia emocional de nuestro perro
No creas que eres el único que puede enseñarle cosas a tu perro. Él también puede ser un excelente maestro en cuestiones relacionadas a la inteligencia emocional:
1. Estar presente
Cuando salen a dar un paseo, en lo único que tu mascota piensa es… ¡en que está dando un paseo! Lo observa y huele todo, disfruta de los estímulos y, si es necesario, entra en alerta cuando hay peligro.
2. Alegrarse por los detalles
Al regresar después de un día estresante, nuestro perro nos recibe como si fuésemos la Reina de Inglaterra. Brincos, ladridos, cola inquieta… ¿A qué nadie de tu familia te espera de la misma manera?
3. Empatizar
Quizás se deba a que el perro sabe cómo dejar “la mente en blanco” y enfocarse en lo importante, y es que puede acurrucarse a tu lado cuando estás enfermo, cansado o triste. Te recuerda de esta manera que no estás solo… sin usar ni una palabra.
4. Buscar lo mejor del otro
Nos pasamos la vida hablando mal de los demás, basándonos en los prejuicios, y sacando a relucir los defectos del otro. ¡Todo lo contrario a lo que hace nuestra mascota! A ella no le importa si no llevas maquillaje, si estás despeinado o si tienes celulitis. Te ama de forma incondicional y eres lo más importante en su vida. Por todo ello, está claro que los perros tienen inteligencia emocional.