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¿Los perros pueden comer jícama?

5 minutos
La jícama es un refrigerio delicioso y dulce que a los perros les encanta, pero: ¿pueden comerlo sin problemas? Conoce los beneficios y riesgos asociados a su consumo.
¿Los perros pueden comer jícama?
Georgelin Espinoza Medina

Revisado y aprobado por la bióloga Georgelin Espinoza Medina

Última actualización: 06 junio, 2024

La jícama (Pachyrhizus erosus) es un tubérculo conocido por su textura crujiente, su sabor dulce y sus múltiples beneficios nutricionales. En los seres humanos, esta verdura originaria de América Central aporta cantidades importantes de fibra, vitamina C y antioxidantes que contribuyen a una dieta equilibrada y saludable.

Muchas personas se preguntan si pueden darle jícama al perro. ¿Es este refrigerio una opción segura para nuestros amigos peludos? A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre la jícama en perros y cuáles son los beneficios y riesgos asociados.

¿Pueden los perros comer jícama?

La jícama, también conocida como «nabo mexicano» o «patata mexicana», es un tubérculo de sabor dulzón, con una textura similar a la de una patata cruda, aunque más jugosa y crujiente. A muchos perros (y a sus dueños) les encanta esta golosina saludable, pero ¿es seguro para los canes?

La respuesta corta es sí: los perros pueden comer jícama con seguridad y aprovechar sus beneficios. Sin embargo, no lo deben consumir de la misma forma que las personas, pues algunos componentes de esta verdura pueden resultar tóxicos para ellos.

Es importante darles la jícama pelada (esto es, solo el tubérculo), sin semillas, tallos, frutos ni hojas.

Por otra parte, la jícama en perros debe darse de forma moderada y nunca como sustituto de su pienso. Su consumo excesivo podría provocar problemas de salud en el animal, además de toxicidad.

Te recomendamos que solo le des jícama a tu mascota en momentos puntuales; por ejemplo, cuando quieres recompensar a tu perro por un comportamiento deseado. Esto reforzará esa actitud positiva y hará que tu amigo de cuatro patas asocie la jícama con momentos de alegría.

Beneficios asociados al consumo de jícama en perros

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Los perros pueden comer jícama, pero debe estar pelada y sin semillas. Solo la raíz tuberosa es comestible.

En primera instancia, la jícama es muy saludable para los seres humanos. Tiene un alto contenido de polifenoles que bloquean los radicales libres y protegen contra el daño celular. Por otra parte, la fibra que contiene reduce los niveles de colesterol y favorece la digestión, de acuerdo con estudios realizados por la revista Food & Function. Por último, está repleta de nutrientes esenciales, como potasio, magnesio o vitaminas A y C.

Pero, ¿qué pasa en los perros? ¿Aplican los mismos beneficios? Lo cierto es que antioxidantes como el betacaroteno pueden ayudar a mantener el sistema inmunológico de los peludos más saludable. Además, los componentes de este tubérculo pueden ayudar a reducir el riesgo de que el animal desarrolle enfermedades potencialmente mortales o inflamatorias.

Por último, su contenido rico en fibra dietética ayuda a la digestión, y sus pocas calorías (tiene un 90 % de agua) lo convierten en un snack perfecto para perros con problemas de sobrepeso.

¿Cuáles son los riesgos de consumir jícama en perros?

Aunque hay una lista de verduras que pueden y no pueden comer los perros, la jícama no representa —en principio— ningún problema. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunos riesgos asociados a su consumo. Estos son los más comunes:

1. Intoxicación

La piel, las hojas, los tallos, los frutos y las semillas de la jícama contienen una toxina natural, llamada rotenona, que puede ser perjudicial para los perros. Puede provocarles diarrea, vómitos o problemas neurológicos. Por eso, es crucial darles el tubérculo pelado y cortado en trozos muy pequeño, pues este es la única parte comestible de la planta.

2. Estreñimiento

La jícama también tiene un alto contenido en fibra. Si bien esto, en principio, puede ser efectivo para mejorar la digestión de tu amigo peludo, una cantidad excesiva podría ocasionar el efecto contrario.

Esto se debe a que es un tubérculo de difícil descomposición, por lo que un exceso de su ingesta podría causarla problemas para hacer sus necesidades.

3. Problemas gastrointestinales

La inulina es un carbohidrato no digerible que se encuentra presente en la jícama. Su consumo, sobre todo en exceso, puede provocar hinchazón, malestar estomacal y otros problemas gastrointestinales.

¿Cómo debes darle jícama a tu perro?

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Puedes darle jícama a tu perro para recompensarlo por portarse bien.

Para darle jícama a tu perro como un premio, sigue los siguientes pasos:

  • Lava muy bien la verdura. Esto eliminará toda la suciedad o los pesticidas que puedan estar impregnados.
  • Prepara la jícama. Quítale la piel, las hojas, los tallos y las semillas.
  • Corta los pedazos. Es importante que sean trozos pequeños para que los puedan ingerir en bocados. Córtalos aún más si tu perro es pequeño, como un chihuahua.
  • Vigila la reacción del perro. Después de darle jícama, pon atención a si presenta algún tipo de reacción extraña.

Por otra parte, aunque la jícama no forme parte de los snacks que no debes dar a tu perro, aun así, debes tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de dársela. Además de quitar las partes tóxicas, dale esta verdura en cantidades moderadas.

Consulta a tu veterinario si el perro tiene alguna condición específica, requisitos alimenticios o si tienes cualquier duda.

Con moderación, la jícama puede ser un snack saludable para tu perro

Es clave que tu perro tenga una combinación de proteínas, grasa, calcio y fósforo, y que combines alimentos secos con alimentos húmedos. La jícama puede ser un delicioso y nutritivo refrigerio, pero nunca deberá reemplazar la dieta del animal.

Te animamos a que le des jícama a tu amigo de cuatro patas solo en ciertos momentos, como cuando lo quieras recompensar, y te recordamos que debes dársela sin piel ni semillas, tallos u hojas.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.