Los patos y sus parientes

Los patos y sus parientes (cercetas, porrones, tarros, etc.), son un grupo de aves conocidas por todos los pueblos que han ido habitando la Tierra a lo largo de generaciones. Constituyen la familia de las anátidas, de la cual han sido descritas muchas especies. Las anátidas son aves migratorias acuáticas que muestran múltiples adaptaciones a este medio: por ejemplo, los pies palmeados, las plumas impermeables o el pico plano.

Algunas de las especies más curiosas

El pato mandarín

Aix galericulata, cuyo nombre se debe a lo vistoso de su plumaje, presenta varias características que lo diferencian de otras especies de anátidas. En primer lugar, forma parejas para toda la vida. En segundo lugar corre, nada y vuela mal, y está por tanto muy expuesto al ataque de depredadores, en particular cuervos, halcones o zorros.

Los patos mandarines son considerados animales portadores de buena fortuna, y de amor y afecto conyugal en el Asia oriental. Por esa razón, se regala una pareja de estos patos en las bodas más importantes.

El pato de Florida

También conocido como “huyuyo”, Aix sponsa es otro ánade de plumaje ornamental. Vive exclusivamente en aguas dulces, alimentándose de plantas acuáticas, aunque también de bellotas y castañas caídas. En verano su dieta se compone de insectos, caracoles y animalillos acuáticos.

Los patos y sus parientes: serretas o patos serrucho

Son patos caracterizados por tener un pico largo y estrecho con el borde dentado (de ahí su nombre). Con este pico son capaces de retener a los escurridizos peces de los que se alimentan. Hoy en día perviven cinco especies.

Una característica de su exhibición de galanteo es el uso de la mímica. Primero chapotea en el agua para luego alargar su cuello hacia arriba, igual que cuando bebe agua y traga, pero en movimientos simbólicos.

Los ánsares

Son los parientes de mayor tamaño de la familia Anatidae. Esquivos y desconfiados, suelen ser inabordables y, mientras comen, siempre hay un par de individuos en el grupo que no cesan de vigilar. Si uno de ellos se retira, otro pasa a relevarle sin demora.

El ansar común (Anser anser) camina con facilidad, sin el contoneo propio del ansar doméstico. Corre con ligereza, nada bien, y puede incluso bucear para eludir un peligro.

Este ansar dio origen al ganso doméstico. Ya los romanos comenzaron hipertrofiando su hígado con harina, leche y miel, para obtener lo que hoy conocemos como foie-gras. Y sus plumas han sido utilizadas desde siempre para escribir.

Los colimbos

Estas aves pertenecen al orden de los gaviformes, es decir, no son exactamente anátidas sino sus parientes. Se tratan de aves también acuáticas, que vuelan de vez en cuando a gran velocidad. Se han llegado a medir vuelos de velocidades cercanas a los 100 kilómetros por hora.

Las vocalizaciones entre individuos son muy curiosas: tan pronto suenan como aullidos de lobo, que suenan como una risa.

Los patos y sus parientes: somormujos y zampullines

Estas dos especies pertenecen al orden de los podicipediformes. Los somormujos se diferencian de los colimbos por su menor tamaño y por las plumas horizontales que le sobresalen de la cabeza. Pero, como aquellos, duermen en el agua, con la cabeza bajo un ala. Viven en lagunas y pantanos litorales, donde construyen nidos flotantes.

Un extraño hábito de los somormujos consiste en la ingestión de sus propias plumas, que comen o dan de comer a sus crías. En el estómago, las plumas se convierten en una masa blanda y espesa que, según se cree, facilita la regurgitación de las agudas espinas de los peces.

Los zampullines, por su parte, al igual que los somormujos, no tienen pies palmeados, pero cada uno de sus dedos presenta un reborde córneo que actúa a modo de remo. También destacan porque, en caso de que el agua esté turbia o removida, nadan manteniendo la cabeza sumergida para descubrir las presas.

Los patos y sus parientes

Todas las aves mencionadas y muchas otras, son englobadas dentro del saco coloquialmente conocido como “patos”. Pero como hemos vistos, existen muchísimas especies  y no todas ellas lo son. De hecho, algunos parientes no son ni si quiera anátidas, que sería lo más próximo al término “pato”.

Esto no es más que un ejemplo de la cantidad de especies que se encuentran “ocultas” tras los términos coloquiales, de las cuales nos queda aún mucho que aprender.