La reproducción y el celo en los gatos

La reproducción y el celo en los gatos puede ser un proceso bastante doloroso para la hembra. Sin embargo, esto no les impide aparearse con varios machos en una sola noche.
La reproducción y el celo en los gatos

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 07 noviembre, 2022

La época de reproducción y el celo es un periodo que puede modificar el comportamiento habitual de los gatos. Sin embargo, no muchos dueños son conscientes del ciclo reproductivo de su compañero, lo que puede ocasionar diferentes conflictos sin razón aparente.

Los gatos son una de las especies domésticas más inclinadas hacia la sexualidad que existen. Esto puede suponer un problema para los dueños con gatos, sobre todo si viven en un piso. Lo mejor para adaptarse a este periodo es conocerlo y por eso aquí te contamos algunas cosas sobre la reproducción y el celo en los gatos.

Características generales de la reproducción y el celo de los gatos

gatos enamorados

Los gatos son animales muy sexuales y lo primero que hay que saber es que su sexualidad va por ciclos. Las hembras felinas son poliéstricas estacionales, y en sus periodos más fértiles hace todo lo posible por atraer al macho. A esto se conoce como periodo de celo.



La sexualidad es más fuerte en las hembras que en los machos. Esto se debe a que las hembras empiezan a madurar sexualmente en torno a los 6 meses de edad y alcanzan la madurez sexual en torno a los nueve o diez meses, mientras que los machos no maduran hasta el año de vida.

A la hora de aparear a una gata es mejor elegir a un macho que tenga más de un año y a una hembra de más de 10 meses, para asegurarse de que ambos hayan madurado sexualmente de forma completa. Las relaciones entre ejemplares excesivamente jóvenes no son aconsejables y siempre es conveniente contar con un ejemplar con experiencia, ya sea la hembra o el macho.

Factores genéticos o ambientales

El ciclo sexual de los gatos no depende solo de su fisiología, sino también de factores externos y ambientales. Aunque los machos son capaces de aparearse siempre, las hembras necesitan pasar por ciertos periodos que se dan cada dos o tres semanas.

A pesar de que las épocas álgidas de celo son de septiembre a marzo, siendo las épocas ideales la primavera y principios de verano, el gato doméstico puede aparearse cualquier día del año. Esto se debe a que de manera natural deberían tener ciertas limitantes nutricionales, pero al ser cuidadas como mascotas, la comida no es un impedimento y pueden reproducirse sin problema.

Además, hay ciertos factores que determinan la activación del sistema hormonal, como son la duración del día, la temperatura ambiente y la presencia de otros gatos dentro del mismo recinto. El cariño que proporcionan los dueños, el calor de la calefacción, una alimentación completa, el lugar donde vive y la luz recibida son factores que determinan el comportamiento especial de la hembra.

Asimismo, las mascotas que viven dentro de casa pueden estar en celo todo el año, aunque los ejemplares del hemisferio sur tienen su ciclo opuesto a los del hemisferio norte. Debido a la domesticación, esta diferencia parece ser poco clara o inexistente.

Como ocurre en los humanos, los ciclos dependen también de cada gata en particular, aunque existen diferencias generales, como por ejemplo una diferencia en la maduración sexual entre las hembras de razas de pelo largo y las de pelo corto. Así, las siamesas pueden tener su primer ciclo a los 5 meses y las persas a los 10 meses.

Periodos del ciclo sexual

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El ciclo sexual de los felinos se divide en cuatro fases: proestro, estro, metaestro y anestro.

El proestro dura entre uno y tres días y también se conoce como la etapa del cortejo. En este periodo, el apetito de la gata aumenta considerablemente, así como su cariño hacia el dueño. Su vulva se hace más grande y sus maullidos son más agudos y cortos. Estará más inquieta y comenzará a insinuarse a los machos, pero no se dejará montar. A este periodo también se le suele denominar precelo.

La siguiente etapa es el estro o mejor conocido como celo, dura de cuatro a seis días si se produce el apareamiento y de diez a catorce si no se produce. Este es el periodo de mayor receptividad sexual en la gata, sus maullidos son más altos y fuertes y los utiliza para llamar al macho. Tiene cambios de conducta bruscos y apreciables, y orina frecuentemente en esquinas y rincones para atraer a los machos.

El metaestro es la etapa más corta. Dura 24 horas y muchas veces se considera parte del estro. En esta etapa la hembra rechaza de manera agresiva a todos los machos que intenten acercarse. La última etapa es el anestro, que si la hembra ha sido fecundada dura dos meses y si no de dos a tres semanas, que es el descanso del ciclo sexual.



Signos de que una gata está en celo

Contrario a los perros, las hembras de los gatos no presentan el típico enrojecimiento de la vulva o la hemorragia ligera durante su celo. No obstante, presenta signos más sutiles que podrían identificarse de inmediato si se pone mucha atención. Algunos de ellos son:

  • Tiene mayor apetito o lo pierden por completo.
  • Se muestran activos durante la noche.
  • Tiende a maullar con más frecuencia.
  • Se tornan más sociables o interactivos con otros gatos del sexo opuesto.

Comportamiento de la gata en celo

Las gatas en general comienzan a ser mucho más cariñosas y juguetonas a partir de los seis meses, cuando comienzan a desarrollarse sexualmente. Sin embargo, cuando están en celo propiamente dicho, sus maullidos son intensos y orinan por toda la casa en las esquinas y rincones escondidos porque la orina dispersa las feromonas que llaman la atención de otros gatos.

De hecho, los felinos domésticos son uno de los grupos animales que utilizan el reflejo de Flehmen. Dicho acto consiste en retraer los labios para poder facilitar la entrada de olores al órgano vomeronasal, el cual se encarga de percibir e interpretar químicos como las feromonas. Esto es importante porque desencadena los comportamientos sexuales como la territorialidad, el cortejo y la búsqueda de pareja.

Apareamiento de los gatos

Las gatas son ovuladoras reflejas, por lo que solo liberan su óvulo si se encuentran en la época adecuada y si el macho se aparea con ellas. Si la estación del año es la correcta, la reproducción y el celo en los gatos finaliza con el apareamiento o copula. Dicho evento tiende a presentarse en la noche, razón por la cual es tan común escuchar a los felinos callejeros hacer tanto ruido al oscurecer.

Durante este momento, las hembras maúllan demasiado para atraer a su pareja y comienzan una especie de juegos o cortejos. Finalmente, el macho inmoviliza a la hembra y muerde su cuello para comenzar el apareamiento. Este acto suele ser bastante ruidoso, pues la gata emite varios chillidos de dolor.

Para que el mecanismo ovulatorio de la hembra funcione de manera adecuada, el pene del gato tiene una serie de púas que desgarran las paredes de la vagina. Esta es la señal que necesita el cuerpo de la gata para ovular, aunque produce un gran dolor en el proceso. Si todo sale bien, la reproducción y el celo de los gatos finaliza con el embarazo, pero si no ocurre, en unos cuantos meses el proceso se repite de nuevo.

A pesar de esto, el gato es una de las especies domésticas más orientadas hacia la sexualidad, la esterilización y castración son opciones que deben de tenerse en cuenta. Los veterinarios aseguran que no tienen efectos secundarios para el gato y es recomendable y beneficiosa porque evita enfermedades y comportamientos no deseados.


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