Vivimos en una sociedad antropocéntrica, en la cual el ser humano no solo es el centro de todo, también la medida. Esto ha hecho que a lo largo de la historia viésemos al resto de animales por encima del hombro.
Los humanos no somos únicos
Y es que no debemos olvidar que somos animales; animales excepcionales y diferentes al resto: es decir, los humanos somos como muchas especies animales, pero lo cierto es que cada vez vemos que ciertas características que se creían humanas no son exclusivamente nuestras.
Un ejemplo es la práctica de usar herramientas: hace 50 años el ser humano era definido por su capacidad para fabricar y utilizar herramientas, hasta que Jane Goodall descubrió como los chimpancés podían hacerlo. Cuando Goodall llamó a su mentor, Louis Leakey, este le aseguró que ahora solo podían cambiar la definición de hombre, de herramienta o conceder a los chimpancés el estatus de persona.
¿Qué es la cultura?
Este es solo un ejemplo de las numerosas ocasiones en las que una característica que se tomaba por exclusivamente humana se ha convertido en un comportamiento que compartimos con otros seres vivos. La cultura en los animales es otro ejemplo de esto.
La cultura se podría definir como ciertos saberes y conductas de un grupo social, transmitidos de generación en generación. Es decir, no es un comportamiento que necesariamente comparta toda la especie, sino un comportamiento transmitido dentro de un mismo grupo en una región.
Cultura en los animales: primates no humanos
Este concepto de cultura lo poseen muchos animales; probablemente uno de los primeros casos fueron los estudios en macacos japoneses, que evidenciaron comportamientos diferenciados. Algunos macacos, que vivían en la playa, limpiaban las patatas en agua marina, mientras que otros no lo hacían.
Aunque los ejemplos de cultura en los animales no suelen llegar a la complejidad de las culturas humanas, muchos resultan sorprendentes. Las diferentes culturas de los chimpancés han sido bastante estudiadas, y se ha visto cómo algunos grupos cazan con palos, mientras que otros usan hojas para beber o piedras para cascar nueces.
Aunque esto es un ejemplo de uso de herramientas en animales, lo sorprendente es que las diferentes poblaciones de chimpancé realizan diferentes usos de estos objetos, lo que lo constituye un ejemplo de cultura en los animales.
La cultura en los animales: cetáceos
Sin duda, otro de los grupos animales donde se ha estudiado más la cultura en los animales son los mamíferos marinos, y en particular los cetáceos. Orcas, delfines, ballenas o marsopas son animales con comportamientos sorprendentes, que tienen un enorme componente cultural.
Un ejemplo claro son las orcas: a día de hoy no tenemos claro que solo exista una sola especie de orca, pero actualmente se las conoce como diferentes ecotipos. Y es que los diferentes grupos de orcas del planeta tienen comportamientos diferenciados.
Las orcas se pueden incluso organizar de formas distintas, con grupos conformados de diferentes formas. Sorprendentemente, entre estos grupos de orcas pueden existir distintos dialectos, como si estos animales tuvieran diferentes idiomas, al igual que todos los humanos usamos el habla para comunicarnos pero a través de diferentes idiomas.
Otro ejemplo de la cultura en los animales, y en concreto en las orcas, es el uso de sus diferentes técnicas de caza: unas orcas se lanzan a la playa a la caza de focas, mientras que otras inundan placas de hielo o aturden bancos de peces en grupo.
Otro gran ejemplo son los delfines: se ha visto que algunos de estos animales colaboran con los humanos en la pesca, cosa que solo se hace en algunos lugares. Estos animales atraen el pescado a las redes y señalan a los pescadores cuando lanzarlas; a cambio los delfines salvajes son premiados.
La cultura en los animales, aún sin explorar
Además de los primates, otros mamíferos han demostrado ser un ejemplo de cultura en los animales: por ejemplo, Joseph Terkel descubrió cómo las ratas negras se enseñan unas a otras a pelar una piña para comerla, algo que se transmite entre las diferentes generaciones de ratas.
Incluso ciertos pájaros han demostrado tener conductas culturales; los estorninos parecen tener dialectos regionales y realizar distintos patrones de vuelo. En general, existen bastantes dialectos distintivos en muchas especies de aves como tordos y gorriones.
Lo cierto es que existen cientos de especies con conductas culturales sorprendentes, y en este artículo no tratamos muchas de ellas, como las que se pueden ver en loros o elefantes. Lo que está claro es que aún quedan por descubrir muchos comportamientos sorprendentes en el mundo animal, que nos recuerdan que no somos tan únicos y especiales como pensábamos.