El conocimiento que tenemos de los huevos de dinosaurio es limitado, pues lo que sabemos lo hemos aprendido en base al registro fósil. Por su frágil naturaleza, es fácil comprender que la preservación de huevos a través de los tiempos haya sido un evento raro.
De hecho, hasta la década de 1920 los científicos aún no estaban seguros de que la reproducción de los dinosaurios fuera ovípara. Además, otro dato a tener en cuenta es que los expertos estiman que existieron entre 1700 y 1900 diferentes especies de dinosaurios.
Sin embargo, solamente han sido descritas alrededor de 1000 y quedan muchas especies por conocer, pues aquellas que no se fosilizaron están fuera de nuestro alcance. Por lo tanto, ¿qué sabemos acerca de los huevos de dinosaurio? Aquí te damos la respuesta.
Los huevos de dinosaurio representaron una estrategia de éxito
Una diferencia importante entre animales vivíparos —de crías nacidas vivas— y los ovíparos —que ponen huevos— es la cantidad de descendencia producida. Aún dentro del grupo de los vivíparos, el tamaño de la especie influye en el número de crías que nacen en un evento reproductor.
Así, mientras el elefante tiene una sola cría, animales pequeños como gatos y cerdos dan lugar a camadas de siete u ocho crías en un solo evento.
En el caso de los ovíparos de antaño —al igual que los reptiles modernos— estos podían poner docenas de huevos en una sola sesión. Según paleontólogos, la hembra del dinosaurio Seismosaurus depositaba en su nido hasta 20 o 30 huevos en un mismo evento de parto.
Esta estrategia aseguraba que, a pesar del posible ataque de tiranosaurios y otras rapaces, algunas crías sobrevivieran, un mecanismo de selección natural que promueve la perpetuación de la especie.
Desde una perspectiva evolutiva, poner huevos es «más barato» y menos exigentes que dar a luz a las crías nacidas vivas. Así pues, el animal requiere poco esfuerzo adicional para poner numerosos huevos al mismo tiempo.
Las sorprendentes formas de los huevos de dinosaurio
Como regla general, en comparación con los ovales huevos de aves, los de saurópodos, ornitópodos y otros herbívoros destacan por tener una forma casi esférica.
De entre todos los huevos de dinosaurio, son especialmente reseñables los de los terópodos, con una forma mucho más larga que ancha. Hasta ahora no sabemos la razón de esta rara morfología.
Según opiniones de expertos, es posible que esta geometría característica tenga algo que ver con la forma en la que los huevos se agrupaban en las zonas de anidación, pues quizás los huevos alargados eran más resistentes a rodar o a ser cazados por depredadores.
Madurez de las crías de dinosaurio al nacer
Si pensamos en ello, uno esperaría que los huevos de grandes saurópodos y titanosaurios produjeran crías «listas para correr» o precoces. Cabe recordar que los términos altricial y precocial se usan, respectivamente, para describir el grado de madurez de la cría al momento del nacimiento.
En las especies altriciales los recién nacidos son incapaces de cuidarse a sí mismos y su supervivencia depende del cuidado materno. Esto no sucede así en los animales precociales, pues las crías pueden valerse por sí solas desde que emergen del cascarón.
¿Qué nos pueden decir los huevos sobre las familias de dinosaurios?
Durante décadas, los paleontólogos asumieron que, de forma similar a las tortugas actuales, los dinosaurios abandonaban a los huevos a su suerte tras el desove.
Aunque esto pudo pasar en algunas especies, no es una generalidad. En la década de 1970, un paleontólogo estadounidense descubrió extensas zonas de anidación, a las que llamó «Egg Mountain». Se trataban de nidos del dinosaurio con pico de pato al que llamaron Maiasaura, nombre que significa «buena madre lagarto».
Según el estudio de los cientos de fósiles de Egg Mountain, se cree que cada hembra Maiasaura ponía unos 30 o 40 huevos en su nido circular. Además, el análisis más detallado demostró que los Maiasaura recién nacidos poseían músculos y dientes inmaduros. Esto sugiere que las crías recibían el cuidado materno.
Desde estos hallazgos, se ha aducido un comportamiento similar para los Psittacosaurus, los Hypacrosaurus y varias otras especies de dinosaurios ornitisquios.
¿Qué se conoce del cuidado parental de los huevos de dinosaurio?
Hasta la fecha, el único género de terópodos trodóntidos en el que se ha demostrado que sus integrantes practicaban cuidado parental es el Troodon norteamericano. Un análisis de las garras fosilizadas de este dinosaurio insinúa que los machos, en lugar de las hembras, eran los que incubaban los huevos.
Esta hipótesis no es tan sorprendente si piensas que los machos de muchas especies de aves existentes también son cuidadores expertos, como es el caso del curioso cucal negro africano (Centropus grillii).
Además, existe evidencia de incubación masculina en otras especies relacionadas: el Oviraptor y el Citipati. Sin embargo, se desconoce si alguno de estos dinosaurios se ocupaba de sus crías después de la eclosión.
El hallazgo de huevos de dinosaurio fosilizados es raro
Sabemos que miles de millones de dinosaurios vagaron por todo el planeta durante la era Mesozoica. De este hecho se desprende que las hembras, a lo largo de esta era, pusieron literalmente billones de huevos.
Por esta razón, es común pensar que los huevos de dinosaurio fosilizados deberían ser un hallazgo frecuente. Nada más lejos de la realidad, pues eventos como la depredación y la dificultad de conservación hacen que el hallazgo de una nidada de huevos de dinosaurio sea una rareza.
Más aún, los huevos de dinosaurio sin eclosionar que lograron escapar de la atención de los depredadores tendrían que quedar enterrados en el sedimento y resistir el ataque de bacterias para fosilizarse, lo que complica aún más su preservación durante los años.
Por esta razón, los embriones de dinosaurios conservados son extremadamente raros. Hasta ahora, existe registro de especímenes de embriones de Massospondylus, un prosaurópodo del Triásico tardío.
¿Todos los dinosaurios fueron ovíparos?
Vista la diversidad de estos animales, no sorprende que se distingan a las especies acuáticas del resto, las cuales poblaron los lagos, ríos y océanos durante los períodos Jurásico y Cretácico.
Existe evidencia fósil de hembras con pequeños embriones dentro de los cuerpos. Este hallazgo sustenta la hipótesis de que la mayoría —sino todos— los ictiosaurios fueron vivíparos acuáticos.
Enterrados en el tiempo, todavía hay mucho que no sabemos sobre los huevos de dinosaurio, pues todo lo que conocemos lo hemos aprendido del registro fósil descubierto en las últimas décadas. Por ejemplo, el hecho que las hembras depositaran los huevos de dinosaurio en grandes lotes o «nidadas».
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Horner, J. R. (1999). Egg clutches and embryos of two hadrosaurian dinosaurs. Journal of Vertebrate Paleontology, 19(4), 607-611.
- Horner, J. R. (2000). Dinosaur reproduction and parenting. Annual Review of Earth and Planetary Sciences, 28(1), 19-45.
- Grellet-Tinner, G., Chiappe, L., Norell, M., & Bottjer, D. (2006). Dinosaur eggs and nesting behaviors: a paleobiological investigation. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 232(2-4), 294-321. https://www.academia.edu/download/49733551/Dinosaur_eggs_and_nesting_behaviors_A_pa20161020-6532-1rz9bt5.pdf
- Erickson, G. M., Zelenitsky, D. K., Kay, D. I., & Norell, M. A. (2017). Dinosaur incubation periods directly determined from growth-line counts in embryonic teeth show reptilian-grade development. Proceedings of the National Academy of Sciences, 114(3), 540-545. https://www.pnas.org/content/114/3/540