Los gatos maine coon son llamativos: son grandes, de aspecto robusto y con un pelo extremadamente bello. Te invitamos a descubrir todas las características propias de esta raza.
Historia de la raza de gatos Maine Coon
A decir verdad, no se sabe dónde está el origen de esta raza. Se sabe que se desarrolló en Norteamérica, pero no cuándo o por qué llegaron al continente. Alguna gente dice que están emparentados con los gatos Bosque de Noruega, que llegaron en barco con los vikingos. Otros dicen que surgió a partir de una pareja de gatos angora turcos en el siglo XIX.
Sabemos de la raza que se originó en el estado de Maine, Estados Unidos. Durante un tiempo fue un gato rural muy extendido por esa zona y en los años 80 se convirtió en una raza popular. Se exportó a otros países como animal de compañía y la FIFE lo reconoció como raza propia en 1982.
Características de los gatos Maine Coon
A los gatos Maine Coon se les llama cariñosamente ‘el gigante gentil’, ya que es una de las razas de felinos domésticos más grandes que existen. Los machos son un poco más grandes que las hembras: ellos pesan entre 7 y 10 kilogramos, mientras que ellas crecen hasta alcanzar los 5 o los 7 kilos.
No solamente se define la raza por el tamaño: la cabeza es cuadrada, con unos pómulos prominentes y llamativos. Las orejas tienen que ser puntiaguadas, anchas en la base y terminar en pincel, es decir, en un mechón de pelo. Los ojos son grandes y ligeramente oblicuos.
El pelo de los gatos Maine Coon se caracteriza por ser medio largo, y puede aparecer en muchos colores diferentes: sólidos, pardos, bicolor… excepto en color lila y chocolate. En el interior de las patas, el pecho y la barriga, el pelo es más largo y más denso. La cola es ancha y muy peluda.
Comportamiento de los gatos Maine Coon
A pesar de su imponente tamaño, los gatos Maine Coon son animales tranquilos y cariñosos. Sin embargo, no debemos olvidar que son gatos y que, como casi todos estos felinos, elegirán a una persona favorita en la casa con la que serán más atentos y dependientes.
No son animales especialmente activos que necesiten hacer ejercicio extra, aunque disfrutan de tener jardín y poder salir a dar paseos y perseguir pequeñas presas. Cuando son gatos caseros les gusta emplear su tiempo en dormir y jugar con su familia.
Los Maine Coon no dejan de comunicarse: además de su lenguaje corporal, son animales muy vocales que no dejan de hacer ruidos, maullidos y gorjeos, tanto entre ellos como con los humanos. Esto no quiere decir que sean animales ruidosos, sino que cuando quieren atención saben demandarla. También son inteligentes y tenaces, así que cuando necesite algo sabrá cómo conseguirlo.
Cuidados de los gatos Maine Coon
La raza de gatos Maine Coon es una raza generalmente sana en la que no suelen aparecer problemas hereditarios de salud. Sin embargo, y debido a su tamaño, son propensos a tener displasia de cadera, un problema que suele ser más frecuente en perros que en gatos.
La mayor parte de los cuidados de los gatos Maine Coon están orientados a su pelo: es largo y fuerte, y no suele enredarse, pero necesita cepillados frecuentes para ayudarle a deshacerse de todos los pelos caídos. Deben tenerse en cuenta especialmente las épocas de muda, porque se le podrían formar bolas de pelo en el estómago.
Los estudios veterinarios dicen que la mayor parte de los gatos caseros sufren de obesidad: el Maine Coon, como animal grande y tranquilo, también se ve afectado por la propensión a engordar. Por eso, deben hacerse revisiones veterinarias frecuentes y seguir las pautas de alimentación que aconsejen los sanitarios.
El gato Maine Coon ha ganado popularidad en las últimas décadas gracias a su robusta belleza: su cabeza cuadrada imponente junto a su denso manto de pelo le hacen un gato especial. Además, tiene el carácter perfecto para formar parte de una familia.