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Gato Savannah

Este enorme felino –puede llegar a medir un metro– es una raza híbrida, es decir, producto del cruce entre mininos domésticos y salvajes; destaca por su gran agilidad y potencia de salto hasta el punto de que hay que pasearlo con correa por la alta posibilidad de que se escape

Origen del gato Savannah: historia

Al ser humano le gusta manipular y muchas veces juega a ser dios. Es así que, por ejemplo, cruza animales de distintas especies. Es el caso del gato Savannah, una raza híbrida creada para dar a los mininos un aspecto de felinos salvajes, pero con el carácter de una mascota dócil y cariñosa, casi parecida a un perro.

Conoce al minino con sangre salvaje

Podemos decir que el origen de este hermoso y gran gato se remonta a los años ‘80 del siglo pasado. Sus creadores cruzaron distintos ejemplares de gato doméstico con otros de serval africano, un animal de mayor tamaño que el felis catu, y con patas largas y delgadas.

Las principales razas de mininos utilizadas para la cruza fueron:

  • Siamés
  • Gato común de pelo corto
  • Oriental de pelo corto
  • Mau Egipcio
  • Ocicat

Y aunque en algunos lugares está prohibido tener gatos de esta raza (es el caso de algunos estados de EE.UU), ciertas asociaciones empezaron a reconocerlo, como es el caso de TICA (The International Cat Association).

Conoce al gato Savannah, una raza híbrida surgida del cruce de distintos gatos domésticos con el serval africano.

Un felino de gran tamaño y hermoso pelaje

El gato Savannah, amén de su aspecto salvaje, destaca por su gran tamaño, mucho mayor que el de un minino común. Puede medir entre 67 y 100 centímetros y pesar entre 8 y 18 kilogramos, aunque hay ejemplares que han alcanzado hasta los 23 kilos.

Gato Savannah: características

Sin embargo, hay que aclarar que, a medida que la parte de su ancestro salvaje va disminuyendo en sus genes –las actuales cruzas se realizan solo entre mininos de la raza– el tamaño va disminuyendo y se acerca más al de un gato doméstico.

Llama también la atención su pelaje. Si bien es corto, presenta un color de fondo –que va desde el naranja al ámbar– con toques parduscos, y rayas y puntos negros. Y cuando lo acaricias, parece que fuera de terciopelo.

Además, existe el llamado gato Savannah blanco, que es el que tiene un fondo de pelaje crema o blanquecino y el que mantiene el patrón moteado.

En cuanto a su morfología, cabe señalar que su cuerpo es fuerte y estilizado y sus patas esbeltas y ágiles. La cabeza tiene un tamaño mediano y sus ojos son ligeramente redondeados y de color verde, marrón o amarillo; y sus orejas son grandes. Por su parte, la cola es larga, fina y con aros oscuros bien definidos.

Comportamiento del Gato Savannah

Si quieres un gato Savannah debemos advertirte de que no es demasiado aconsejable como mascota para personas que no han tenido relación con los gatos con anterioridad; si bien puede convivir con niños sin mayores inconvenientes.

Inteligentes, curiosos y movedizos, resultan expertos en dar saltos y son ágiles trepadores. También son especialistas en escaparse de la casa por los lugares más insólitos y así cazar alguna pequeña presa, por lo que hay que tener extremo cuidado en este aspecto.

Gato Savannah: comportamiento

Por eso, más allá de su tamaño, no es recomendable que vivan en un apartamento de pequeñas dimensiones; y se aconseja sacarlo a pasear a diario, con correa, tal como si fuera un perro.

Activo e intrépido, le gusta jugar con su dueño y seguirlo a dónde vaya. Por lo general, muestra preferencia por un solo miembro de su familia humana y hasta lo lame en señal de afecto.

Además, las generaciones más cercanas al serval que dio origen a la raza suelen ser menos apegadas y cariñosas. Los ejemplares con menos ‘porcentaje’ de felino salvaje en su sangre son más calmados y su carácter se asemeja al del minino común.

Un animal que goza de buena salud

La alimentación del gato Savannah debe ser de calidad. Es preferible evitar los piensos que contengan cereales o algunos subproductos industriales.

En cuanto a la higiene, bastará con cepillarlo cada tanto. También puede ser necesario limpiarle los ojos, de vez en cuando, con una gasa humedecida.

Es un minino que tiene buena salud, lo que no quita que debas estar atento a cualquier cambio que denote que el animal no se encuentra bien.

Por supuesto, debes cumplir con las visitas periódicas al veterinario, así como vacunarlo y desparasitarlo según te indique el profesional.

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