Uno pudiera suponer que todos los felinos son capaces de emitir ronroneos y rugidos. Los gatos domésticos comparten casi el 96 % de su carga genética con los tigres, hecho que prueba que existen enormes similitudes entre los félidos domesticados y los salvajes. Entonces, ¿por qué los felinos grandes rugen y los gatos domesticados no pueden hacerlo?
A pesar de las grandes similitudes entre gatos domesticados y sus parientes salvajes, los primeros solamente pueden ronronear y los segundos rugir. Aquí te contamos lo que se sabe de los ronroneos y rugidos en felinos.
La capacidad de emitir ronroneos y rugidos
La familia de gatos (Felidae) se divide en dos subfamilias: Panthera y Felinae. La primera incluye a los 4 grandes felinos que rugen —leones, tigres, jaguares y leopardos—. La segunda subfamilia abarca a los félidos que solo pueden ronronear, como el gato domesticado, el lince, el guepardo, el león de montaña y otros pequeños gatos salvajes.
Los felinos que rugen no pueden ronronear y los gatos que ronronean nunca pueden rugir. El león de montaña es la más grande de las especies de gatos pequeños, mientras que el tigre es el más imponente de los 4 gatos grandes que rugen.
Todo se reduce a un hueso pequeño
Todas las especies que pertenecen a la familia Felidae comparten mucho de comportamiento instintivo. En general, se comportan igual ante su comida y usan un cabezazo como saludo. Todos los gatos, sin importar su tamaño, silban, aullan y gruñen. Además, independientemente de la especie, les encanta jugar: los gatos salvajes están obsesionados con las cajas.
Sin embargo, cuando se trata de la capacidad de rugir, no todos los gatos pueden hacerlo, debido a un hueso pequeño llamado hioides. Este se puede definir como una estructura ósea en forma de U en la garganta, que se encuentra por encima de la laringe.
La diferencia entre ronroneos y rugidos
El hueso hioides es distinto en los felinos que emiten ronroneos y rugidos. En los gatos rugientes el hioides es flexible y, junto con un ligamento especializado que se estira, permite a estos animales producir un rango más amplio de tono.
A medida que el aire pasa a través de las cuerdas vocales, el ligamento se estira y, cuanto más lo hace, más profundo e intimidante es el tono generado. En los felinos que no rugen, el hioides es un hueso duro y completamente calcificado.
La forma de las cuerdas vocales también importa
El reporte de un felino único dio nuevas luces sobre el rugido: el leopardo de las nieves: posee el hioides flexible y, sin embargo, no puede rugir. El análisis de sus características concluyó en una segunda distinción definitiva entre gatos y tigres o leones: las cuerdas vocales en los felinos que rugen son mucho más gruesas, carnosas y tienen forma cuadrada.
La forma cuadrada de las cuerdas vocales ayuda al tejido alrededor de los cordones a soportar el estiramiento. Esto les da a los gatos rugientes un sonido mucho más profundo al usar menos presión pulmonar para producir el sonido, que puede ser tan potente como 114 decibelios. El rugido de un león adulto se puede escuchar a 5 millas de distancia.
Los gatos que ronronean tienen estas cuerdas mucho más finas. Estas estructuras tienen pliegues especializados, que se dividen y vibran durante la inhalación y la exhalación, pero limitan su rango de tono e imposibilitan la capacidad de rugir. Los felinos domesticados ronronean a una potencia de 25 decibelios.
Para qué les sirve el ronroneo
La frecuencia en la que el gato ronronea se corresponde a las frecuencias establecidas en la medicina terapéutica humana. Esto significa que el tejido óseo responde a esas frecuencias para regenerase.
Así, existe la teoría que el ronroneo de los gatos es una especie de mecanismo de autocuración. Se cree que se desarrolló como una manera de baja energía de mantener a los huesos y los tejidos del gato en buena condición mientras descansa. Incluso, es posible que ronronear tenga un efecto analgésico.
Esto podría explicar el hecho de que los gatos domésticos enfermos tienden a ronronear más de lo habitual. También es común observar que la recuperación es mayor y las complicaciones son menos frecuentes en los felinos que ronronean.
Un beneficio extendido a los dueños de gatos
Quienes tienen gatos saben que acariciarlos es una forma de aliviar el estrés. Existe un reporte científico que concluyó que las personas que conviven con felinos tienen probabilidades menores de morir de enfermedades cardiovasculares, en comparación las que no tienen gatos. ¡Se trata de reducción de 1/3 del riesgo de padecer estas patologías!
Actualmente, se especula que este efecto beneficioso podría estar asociado a la exposición al ronroneo de los felinos. Ahora ya sabes las razones por la que los ronroneos son algo buenísimo y debes sentirte dichoso si tu gato te los obsequia.
Bibliografía
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