Entrenamiento con correa: cuando tu perro se niega a caminar

Que tu perro no quiera caminar puede llegar a ser un problema; te contamos el secreto del entrenamiento con correa y cómo ponerlo en práctica
Entrenamiento con correa: cuando tu perro se niega a caminar
Alejandro Rodríguez

Escrito y verificado por el biotecnólogo Alejandro Rodríguez.

Última actualización: 14 octubre, 2022

Los paseos son una parte esencial en la vida de los perros, pues esta es una forma de mantenerlos en forma y reducir su estrés. Sin embargo, se necesita enseñarles a caminar de manera adecuada junto con sus tutores. De lo contrario, el can podría ser propenso a jalar su correa, agredir a otros perros o incluso negarse a caminar. Por ello, es esencial tener un buen entrenamiento con correa para tu perro.

Sales con tu perro a pasear, de repente se para y se niega a seguir caminando. ¿Te ha pasado alguna vez? Vamos a hablarte sobre el entrenamiento con correa, una técnica que puede ayudaros a disfrutar de los paseos con nuestros amigos caninos.

Beneficios de enseñarle al perro a caminar con correa

La correa es una herramienta esencial para mantener el control de la mascota en el exterior. Por ello, debe ser una obligación enseñarle al can a caminar con ella puesta, ya que de lo contrario tanto el tutor como el animal podrían resultar lastimados. Algunos de los beneficios de adiestrar al can para que use bien su correa son:

  • Menos frustración: el tutor y la mascota se sienten más tranquilos y disfrutan el paseo cuando caminan en armonía.
  • Evita lesiones en el cuello o las articulaciones: el forcejeo constante podría lastimar bastante el cuerpo de la mascota.
  • Evita agresiones a otros perros o personas: al adiestrar al perro para caminar con su correa no solo le ayuda a acatar las órdenes, sino que también le permite gestionar mejor sus emociones. Esto permite evadir las conductas agresivas.

¿Por qué no quiere caminar mi perro?

Puede llegar a ser una situación frustrante cuando tu perro se niega a caminar. Lo más habitual es que empecemos a tirar de la correa, y nos pongamos cada vez más nerviosos. Y es que son muchas las causas que pueden propiciar que nuestro perro se detenga cuando estamos paseando.

Entre las causas más frecuentes se encuentran:

  • Está en estado de estrés o tiene miedo.
  • No ha aprendido a caminar correctamente.
  • Se distrae con facilidad con el entorno.
  • Sufre algún tipo de dolor que le impide caminar.
  • Es un cachorro o un perro de avanzada edad.

Identificar cuál de estas causas impiden a nuestro perro caminar no siempre es fácil. De igual forma, la solución para algunos de estos problemas pueden necesitar de un etólogo canino cualificado.

Por qué no quiere caminar mi perro

¿Qué es el entrenamiento con correa?

En muchas ocasiones, es probable que el problema sea la relación de nuestro perro con la correa. Para que la acepte y la asocie como una extensión más de nuestro brazo, es necesario que nuestro perro se familiarice con la correa antes de comenzar a pasear.

El entrenamiento con correa consiste en realizar diferentes actividades encaminadas a mejorar la confianza de nuestro animal con la correa. El primer paso comienza en casa: dejaremos que el perro descubra la correa y la olisquee. Para reforzar, podemos esconder la correa y premiar a nuestro perro si logra encontrarla.

Ante todo, es importante no perder la paciencia. Una vez dado el primer paso, podemos empezar a ponerle la correa de forma gradual, y a premiarle si es necesario.

Si hemos avanzado hasta aquí, pero nuestro perro sigue resistiéndose a pasear, entonces quizá tenemos que aplicar el entrenamiento con correa durante el paseo. Ante todo, debemos evitar gritarle o tirar de la correa. Hay que ser pacientes y empezar a avanzar por nuestra cuenta. Si el perro nos sigue, podemos usar el refuerzo positivo y recompensarle.



Tirones de correa

Muchos de los casos de perros que no quieren andar tienen que ver con una educación insuficiente. En estos casos, ir acompañado de un ‘perro guía’ experimentado da muy buenos resultados.

Consejos adicionales

Durante todo el proceso de adiestramiento, trata de llamarlo por su nombre con una voz alegre, dinámica y enérgica. Bajo ningún concepto lo regañes, le pegues o jales fuerte la correa, puesto que solo empeorarás la situación y crearás una asociación negativa con el paseo.

Asimismo, trata de practicar la obediencia de tu perro para que acate mejor las órdenes. Para ello, hazle aprender diferentes trucos sencillos por medio del reforzamiento positivo. Esto hará que comience a estar más atento a ti y será fácil controlarlo con la correa.

Por último, sé muy perseverante. El entrenamiento con correa no siempre se logra en poco tiempo, sino que tarda varias semanas e incluso meses lograr que el perro acate las órdenes. Esto significa que debes intentar no rendirte durante los primeros días. Recuerda que el objetivo es mejorar la convivencia entre tú y tu mascota, así que es un beneficio a largo plazo.



¿Y si tiene miedo o está enfermo?

En estas situaciones, lo mejor es acudir a un etólogo canino. Este experto nos guiará y ayudará a nuestro amigo canino a superar los miedos que les paralizan. Es crucial recalcar que la ansiedad, el miedo y la agresión son conductas que pueden poner en riesgo la integridad del tutor y del can. Por ello, no demores en atenderlo y acude con un profesional que te ayude a resolver esta situación.

Si bien es cierto que existen algunas estrategias caseras para evitar estos comportamientos, lo mejor siempre será que lo trate un experto. Cualquier error durante el manejo de sus emociones podría derivar en varios accidentes, así que no expongas a tu mascota ni a tu familia.

Si, por el contrario, notamos que nuestro perro sufre dolor al caminar o tiene muchos años, debemos consultar con más frecuencia a nuestro veterinario de confianza. Debemos hacer todo lo que está en nuestras manos para que nuestras mascotas estén lo más sanas posibles.


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