Si te gustan los felinos grandes, tener uno de esta raza en casa será una prioridad. No obstante, es precisamente este gran tamaño lo que hace tan importante conocer las enfermedades del gato maine coon, pues muchas de ellas tienen que ver con esta característica.
Si estás pensando en adoptar un gato de esta raza, no te pierdas nada de lo que viene a continuación. Aunque se trata de animales con buena salud, prevenir estas enfermedades requiere cuidados especiales. Sigue leyendo.
Enfermedades más comunes del maine coon
Si tienes información sobre los padres de tu ejemplar, llevarás ventaja en este tema. La mayoría de dolencias de este gato son congénitas o bien relacionadas con el tamaño de la raza, pues un ejemplar puede llegar a los 11 kilogramos de peso y los 120 centímetros de longitud. A continuación tienes las dolencias más frecuentes que aquejan a estos felinos.
Cardiomiopatía hipertrófica felina
La primera y más frecuente de las enfermedades del maine coon es la cardiomiopatía hipertrófica. En esta patología, la pared del ventrículo izquierdo del corazón se engrosa, lo que provoca fallos en su contracción y deterioro del miocardio.
Si bien es una enfermedad que no es exclusiva de esta raza, sí que se identificaron en el pasado algunas líneas genéticas que llevaban asociada esta dolencia con mayor frecuencia. Aparte de la predisposición genética, puede estar causada por otras patologías subyacentes, como el hipertiroidismo.
Deformación del esternón
Esta anomalía anatómica también recibe el nombre de Pectus excavatum y se caracteriza por mostrar el esternón hundido, formando un valle con las costillas. De esta forma, el hueso comprime el corazón y los pulmones del animal, dificultando su funcionamiento normal.
Si la condición no se opera el gato verá muy reducida su calidad de vida, pues será intolerante al ejercicio y tendrá infecciones respiratorias recurrentes, entre otros problemas. La cirugía es bastante invasiva, pero garantiza que el animal pueda vivir en condiciones dignas.
Displasia de cadera
Esta patología está relacionada con el gran tamaño del animal. La displasia de cadera ocurre cuando la cabeza del fémur se desplaza del hueco de la articulación, el acetábulo. Esto, además de un gran dolor al animal, produce que las patas traseras se coloquen en disposición de X.
El tratamiento suele ir encaminado a darle calidad de vida al felino y evitar que la lesión avance para que no derive en problemas de movilidad. También se administran condroprotectores y medicamentos para el dolor si se hacen necesarios.
Obesidad
Como se decía más arriba, los gatos maine coon son muy grandes: los machos rondan los 11 kilogramos de peso y las hembras los 7. A este factor se le añade que no son felinos muy activos y, además, tienen tendencias alimenticias muy glotonas. Es decir, que es muy fácil subir de peso para un ejemplar de esta raza.
La obesidad lleva consigo toda una batería de problemas, desde las patologías cardiacas hasta los problemas articulares, pasando por la diabetes. Por tanto, no se debe dejar pienso a disposición de estos gatos, sino dosificarlo en varias tomas y no pasarse con los premios y la comida húmeda.
También conviene darle al animal una alimentación baja en grasas y carbohidratos. Por suerte, existen piensos especializados para este tipo de felinos que, además, contemplan la circunstancia de la castración. Además, es necesario que el gato se ejercite diariamente.
Poliquistosis renal
La poliquistosis renal o riñón poliquístico es una de las enfermedades del gato maine coon que vienen con su carga genética. En ella, se desarrollan quistes en la superficie de los riñones que con el tiempo se agrandan y dificultan su funcionamiento.
Los síntomas son los de la insuficiencia renal: pérdida de peso, poliuria y polidipsia, halitosis, anorexia, letargia, vómitos, diarrea y dolor. Es una enfermedad sin cura, por lo que solo queda darle tratamiento paliativo al animal para que tenga calidad de vida durante el tiempo que le quede. Por suerte, la mayoría de gatos son diagnosticados en etapas adultas.
El riñón poliquístico se debe a una anormalidad genética que es heredable.
Atrofia muscular espinal
Esta patología es congénita y se hereda como autosómica recesiva. Es bastante infrecuente, pues 2 progenitores que porten este gen tienen un 25 % de posibilidades de transmitírsela a la descendencia. Aun así, no se puede descartar su presencia ante la aparición de síntomas.
La atrofia muscular espinal consiste en la pérdida de las neuronas motoras de la parte caudal de la médula espinal, lo que produce inestabilidad progresiva y debilidad en las extremidades posteriores. El músculo se atrofia poco a poco y desemboca en la parálisis de los miembros posteriores.
Esta condición se manifiesta desde los 3-4 meses de edad, pero el gato puede llevar una vida digna con esta dolencia. Eso sí, necesitará cuidados especiales, si bien no es una dolencia mortal o dolorosa.
Es posible que toda esta lista te asuste, pues son muchas las enfermedades del gato maine coon que van ligadas a su genética y su morfología. Sin embargo, si le procuras ciertos cuidados podrás prevenir muchas de ellas. Una buena dieta, ejercicio diario y revisiones periódicas con el veterinario son la clave para asegurar que el maine coon lleva una vida maravillosa a tu lado. No dudes en adoptar uno de estos felinos.
Bibliografía
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