El comportamiento afectivo en las nutrias

Como animales solitarios que son, la conducta afectiva de las nutrias se limita a la crianza.
El comportamiento afectivo en las nutrias
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 07 diciembre, 2020

Con un carácter primariamente solitario, el comportamiento afectivo en las nutrias se centra, básicamente, en la relación entre las madres y sus crías. Los individuos adultos, tanto machos como hembras, pasan sus días en soledad. A pesar de que pueden compartir un territorio espacial, evitan verse fuera de la época de celo. 

Más allá de este carácter ermitaño, las nutrias hembras deben cuidar de su descendencia para asegurar su permanencia genética en el tiempo. Si quieres saber más sobre estas conductas tan especiales, sigue leyendo.

Características de la nutria

La nutria euroasiática común es un mamífero de la familia de los mustélidos. Estos animales son de pequeño tamaño, pelaje impermeable y ágiles nadadores. Aunque sus patas son cortas, tienen una larga cola que les ayuda a moverse en el agua, su medio natural.

Las nutrias viven en ríos, lagos, lagunas y marismas a lo largo del continente europeo y asiático. Sin embargo, debido a la contaminación de las aguas y la destrucción de su medio natural, este taxón de mamíferos son una especie amenazada. 

Como el resto de mustélidos, las nutrias suelen entrar en actividad al atardecer o anochecer, cuando aprovechan para cazar peces o macroinvertebrados. El resto del tiempo, lo ocupan en descansar en sus madrigueras, que suelen ser varias entorno al margen del agua.

Unas nutrias de un río miran con curiosidad.

Demostraciones de afecto entre nutrias adultas

Las nutrias son animales de vida solitaria. Una vez se separan de su madre, emprenden una vida ermitaña hasta que llega el momento de la reproducción. Este puede darse en cualquier época del año, una vez que el individuo alcanza la edad adulta y tiene el primer celo.

En este momento, las nutrias dejan de lado la nocturnidad y comienzan a salir durante el día.  Cuando una pareja se establece, comienza el cortejo. Este puede durar varios días, durante los cuales hembra y macho no se separan.

En estos momentos, las nutrias no paran de jugar, perseguirse por el agua y acicalarse mutuamente. Podríamos decir que, fuera de la relación madre-hijo, este es el único comportamiento afectivo entre nutrias adultas.

Comportamiento afectivo entre nutrias y sus crías

Tras la cópula, los adultos se separan y el periodo de gestación en nutrias tiene una duración de nueve semanas aproximadamente. Los nacimientos, como el celo, pueden producirse en cualquier momento del año, aunque existe una mayor tendencia en primavera o principios del verano.

Habitualmente, cada hembra suele tener entre dos y tres cachorros, pero puede llegar a parir hasta seis. La mortalidad en los primeros meses de vida es muy reducida, por lo que casi todas las crías llegan al momento de abandonar a su madre.

Como muchos mamíferos, sobre todo los carnívoros, las crías de nutria nacen con los ojos cerrados y no los abren hasta la cuarta o quinta semana de vida.

Desde que nacen hasta que tienen poco más de dos meses, las crías son totalmente dependientes de los cuidados de su madre. Esta pasará horas amamantándolas, acicalándolas y protegiéndolas.

A las siete semanas, las pequeñas nutrias saldrán, por vez primera, de la madriguera. La madre es la encargada de enseñar a las crías a desenvolverse en el mundo. Para enseñarles a nadar, las nutrias llevan a sus bebés en la espalda hasta la mitad del río. Una vez allí, los suelta para que vuelvan solos hasta la orilla.

El periodo de lactancia en las nutrias dura entre seis u ocho meses y, pasado este tiempo, las crías dejarán a su madre para emprender una vida en solitario.

¿Las nutrias pueden ser cariñosas con los humanos?

En primer lugar, las nutrias son animales salvajes muy amenazados por la destrucción de su hábitat. Por ello, están protegidas por el acuerdo internacional CITES —Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres—. Debido a esta ley, no se pueden tener nutrias como mascotas ni traficar con ellas.

Una nutria lleva a una cría en su boca.
Una nutria llevando a su cría en la boca.

Por otro lado, las nutrias pueden parecer animales tiernos y adorables, no obstante, son seres silvestres que, cuando entran en celo —estado en el que pasan gran parte del año— se vuelven realmente agresivas.

Existen lugares del mundo donde estos animales y las poblaciones locales humanas conviven. Las nutrias son seres realmente inteligentes y no dudan en acercarse a las personas en busca de alimento u otros recursos. A pesar de ello, no dudarán en atacar si se sienten amenazadas.


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