Todos los animales presentan características diferentes entre sí, pues se han adaptado por sus propios medios a su ambiente. Sin embargo, algunas especies exhiben diferencias físicas evidentes entre los ejemplares de distinto sexo, lo cual se denomina dimorfismo sexual.
Un león y una leona no tienen el mismo aspecto; un ciervo macho presenta astas que la hembra no posee; un pavo real masculino cuenta con plumas más grandes y más coloridas que una fémina de la misma especie. Todas estas ‘diferencias’ están consideradas como un dimorfismo sexual. Te contaremos más sobre ellas en el siguiente artículo.
Qué es el dimorfismo sexual
Como primera medida, definiremos qué es el dimorfismo sexual: se trata del conjunto de variaciones en la fisonomía externa entre el macho y la hembra de una misma especie. En la mayoría de los animales, incluso en el hombre, estas diferencias están presentes en el tamaño, forma, colores, pelaje… Y sirven para identificarse entre los sexos.
Casi todas las especies animales presentan dimorfismo sexual. Sin embargo, en algunas los cambios son más sutiles que en otras. Es bueno aclarar también que, en el caso de las aves rapaces, los reptiles, los anfibios, las arañas y los insectos, las hembras son de mayor tamaño que los machos.
En los mamíferos y en algunas aves esta diferencia es al revés: el macho es más grande y tiene alguna característica preponderante con relación a la hembra: como por ejemplo la melena en el león o la cresta del gallo.
Los seres humanos también estamos dentro del grupo de especies con dimorfismo sexual: hombres y mujeres no tenemos el mismo ancho de caderas, ni igual tamaño de las mamas. Además, como también sucede con los demás mamíferos, los órganos reproductivos visibles son diferentes según el sexo.
Tipos de dimorfismo sexual
El dimorfismo sexual de los animales se puede catalogar en diferentes tipos, según la característica que cambie en cada especie. Entre los más habituales se encuentran los siguientes:
- Dimegetismo sexual: diferencia en el tamaño, uno de los sexos es más grande.
- Difauismo sexual: el patrón o intensidad de la luz emitida es diferente en cada sexo (por ejemplo, las luciérnagas).
- Diolpismo sexual: diferencias en las características físicas para defensa. Las hembras presentan ciertos rasgos extras para defender mejor a sus crías (garras, uñas, etc.).
- Ciclagismo sexual: diferencias en los patrones de sonidos. Ocurre en los machos de aves y de anfibios, los cuales usan sus vocalizaciones para atraer a sus parejas.
- Dicromismo sexual: cada sexo tiene un patrón de color diferente. Por lo común, los machos exhiben colores llamativos para atraer a su pareja, mientras que las hembras lucen tonalidades más apagadas. Ocurre principalmente en aves, pero ciertos reptiles y artrópodos pueden presentarlo.
¿Por qué aparece el dimorfismo sexual?
Por lo general, las diferencias en las características físicas de los animales aparecen por un cambio hormonal. Cada sexo produce ciertas hormonas, las cuales afectan el metabolismo y el desarrollo del ejemplar. Aunque esta sea la principal razón, existen otros detonantes que propician el dimorfismo sexual en los animales. Entre ellos se encuentran:
- Alimentación: las hembras de algunas especies tienden a acaparar recursos para su reproducción, por lo que sus cuerpos se observan más grandes y largos que el de los machos.
- Comportamiento: los machos tienen una tendencia a comportarse más territoriales, lo cual ocasiona conflictos sucesivos y un gasto de energía innecesario. A la larga, los machos presentan características más delgadas y pequeñas por el gasto de nutrientes, mientras que las hembras evitan este tipo de conflictos.
- Genética: ciertos genes codifican para rasgos únicos de los machos, por lo que es imposible que las hembras luzcan estas características. Un ejemplo de ello son las astas de los ciervos, cuyos genes están presentes en ambos sexos, pero que solo se activan en el macho.
- Factores ambientales: aunque parezca imposible, algunas características dimórficas aparecen únicamente durante ciertas épocas del año. Esto significa que la temperatura, la humedad, la precipitación y otros factores ambientales también pueden detonar la presencia del dimorfismo sexual.
¿Para qué sirve el dimorfismo sexual?
El dimorfismo sexual aparece para ofrecer varias herramientas a las especies. Entre los usos más habituales se encuentran los siguientes:
- Identificar a sus congéneres: ciertos rasgos aparecen solo en ciertas especies, por lo que así se identifican entre sí y evitan “equivocarse” al elegir pareja.
- Selección sexual: es la competencia entre varios individuos para demostrar que tienen los rasgos más aptos para reproducirse. Tanto hembras como machos pueden luchar entre sí para elegir a sus parejas.
- Rasgos adaptativos: algunas características dimórficas están asociadas a una adaptación formal que les permite alguna ventaja en la naturaleza. Por ejemplo: en algunas especies de lagartijas, las hembras son más grandes que los machos, ya que esto les permite producir mayor cantidad de descendencia.
Es importante remarcar que estas características pueden ser benéficas en ciertas situaciones, pero perjudiciales para otras. Las plumas coloridas de las aves son un ejemplo de esto, pues aunque les ayuda para conseguir pareja, también las hacen más visibles para los depredadores.
Ejemplos de dimorfismo sexual
El tamaño o ciertas características que tienen machos y hembras están determinados por sus hábitos. Por ejemplo, en el caso de los ciervos masculinos, estos cuentan con esos típicos cuernos para luchar con sus congéneres en la época de apareamiento: el que gana se queda con las hembras de la manada.
En el caso de las aves, el dimorfismo está relacionado con los colores del plumaje, debido a que de esa manera los machos llaman la atención de las hembras. Además, también cobra sentido que las ‘mamás’ no sean tan vistosas mientras empollan los huevos en sus nidos, pues pueden ser avistadas por los depredadores.
Algunos ejemplos de dimorfismo sexual en los animales:
1. León
Se trata de uno de los depredadores más grandes de África, el cual presenta un dimorfismo muy pronunciado. La melena en los machos es el rasgo distintivo y único entre los félidos.
Le sirve para parecer de mayor tamaño que las hembras cuando tiene que proteger a la manada, o para evitar que otros le ‘roben’ su comida. Este cabello le crece por acción de la hormona masculina, la testosterona.
2. Pavo real
Este ave muy admirada por su belleza, y es conocida por el ‘abanico’ de plumas multicolor que está presente solo en los machos. Los ejemplares masculinos de pavo real son de mayor tamaño.
Su plumaje es azul en el pecho y cabeza, gris en el pico y verde con amarillo en la cola, la cual abre durante el cortejo con la hembra.
3. Tarántula
En este caso, el dimorfismo sexual es al revés que en los ejemplos anteriores: las hembras son de mayor tamaño que los machos. Estas a su vez son más sedentarias y necesitan un cuerpo más grande para poder ‘guardar’ los huevos durante su desarrollo.
Los machos son más ágiles, viven menos y solo son necesarios para copular.
4. Luciérnagas
Las luciérnagas son conocidas por ser capaces de emitir luz. Sin embargo, esta habilidad también la utilizan para intentar conquistar a su pareja. Es más, mientras el macho vuela y realiza una danza con destellos, la hembra se queda en el suelo y puede responderle de vuelta para hacerle saber si acepta o no su cortejo.
5. Luchador de Siam
Los machos de este pez de agua dulce de Asia –específicamente de la cuenca del río Mekong– tienen una cola larga conocida como ‘velo’ de diferentes colores que las hembras no poseen. Cuando un ejemplar masculino ve a su posible pareja, danza alrededor de ella moviendo las aletas y cola para llamar su atención.
Pero esa característica no solo es reservada para ‘conquistar’, sino que también le sirve de defensa en caso de encontrarse con otro macho que también disputa una hembra. Una de las particularidades del luchador de Siam es que puede ser bastante agresivo –de ahí el nombre– con sus congéneres.
Los dimorfismos sexuales en los animales aparecen para solventar las necesidades reproductivas de las especies. Esto incluye el cortejo, el apareamiento, la defensa de la pareja e incluso la defensa de las crías. Dichas características son importantes para los animales, por lo que a veces se ponen en riesgo con tal de exhibirlas.
Bibliografía
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- Cordero Rivera, A., & Santolamazza Carbone, S. (2009). Darwin y la selección sexual después de la cópula. Revista Digital Universitaria, 10(6), 1-13.
- de Jesús Jaime, S. E. J. (1994). Manual sobre la cría y explotación del pavo real.(Tesis de grado, Universidad de Guadalajara).