8 curiosidades de los camaleones

Los camaleones destacan por su variedad de estructuras llamativas, así como por sus curiosos mecanismos para conseguir alimento y evitar ser depredados.
8 curiosidades de los camaleones
Francisco Morata Carramolino

Escrito y verificado por el biólogo Francisco Morata Carramolino.

Última actualización: 15 febrero, 2021

Los camaleones presentan innumerables curiosidades, derivadas de las especializaciones singulares que les permiten llevar su modo de vida característico, que destaca entre el resto de taxones de herpetos.

Estos interesantes reptiles conforman una familia estrechamente emparentada con las iguanas, agamas y basiliscos, y cuentan con más de 200 especies descritas, que habitan mayoritariamente en Madagascar y África continental.

Existen también algunas especies fuera de ese rango, como el camaleón común (Chamaeleo chamaeleon), que puede encontrarse en el sur de la península ibérica. Si quieres aprender más sobre estos característicos reptiles, te invitamos a continuar leyendo.

Las curiosidades más llamativas de los camaleones

Los camaleones destacan en muchos frentes, que abarcan desde sus métodos de obtención del alimento, a su locomoción y su habilidad la comunicación visual. Te contamos algunos de sus rasgos más definitorios.

1. Ojos independientes

Mientras que para muchos reptiles el olfato es primordial, los camaleones se guían principalmente por la vista. Sus ojos sobresalen de los laterales de la cabeza, permitiéndolos tener una visión panorámica. Además, se mueven independientemente el uno del otro, por lo que alcanzan ángulos de amplitud enormes para los vertebrados.

No solo eso, sino que pueden enfocarse independientemente en distintos objetos, gracias a su singular anatomía. Esto los permite centrarse en depredadores o presas, al mismo tiempo que exploran el resto de sus alrededores. Su visión también es extraordinaria, ya que pueden ver la luz ultravioleta, además de colores que detectan los humanos.

Los ojos de un camaleón.

2. Lengua protráctil

Estos reptiles no destacan por su velocidad, pero se alimentan de presas muy móviles, como los insectos. Para ello, se mantienen emboscados y, cuando detectan una presa, lanzan su lengua flexible a modo de proyectil, que puede alcanzar el doble de la longitud de su cuerpo.

Este proceso es más rápido y potente cuanto más pequeña es la especie, ya que el mecanismo proyector de la lengua es mayor con respecto a la talla del camaleón a medida que esta disminuye. Por lo tanto, se trata de una proporción anatómica inversa a la longitud.

Para asegurarse de que sus capturas sean exitosas, los camaleones cuentan también con saliva extraordinariamente viscosa, con la que la lengua se adhiere a las presas.

3. Pies arborícolas

Los camaleones pasan la mayor parte de su vida desplazándose entre las ramas de los árboles. Para ello, se ayudan de pies altamente especializados, que les permiten agarrarse mejor a las ramas. Los dedos de los pies de estos reptiles se han fusionado en dos grupos, lo que les da un aspecto de pinzas o manoplas.

Curiosamente, dichos grupos incluyen dedos distintos en las patas traseras y delanteras. Además de esta organización tan peculiar, los camaleones se ayudan al trepar de las garras —que tienen al final de los dedos— y de estructuras microscópicas en las plantas de los pies, que aumentan la fricción.

4. Cola prensil

A parte de las patas, los camaleones también utilizan la cola como parte de su locomoción arborícola. Con ella, pueden agarrar ramas mientras avanzan, colgarse para salvar huecos en la vegetación y mantener el equilibrio. Además, las especies más terrestres la utilizan como una quinta pata al caminar.

Sin embargo, esto ha llevado a un posible trueque evolutivo. Su cola es útil al desplazarse, pero estos reptiles no pueden perderla para escapar de un depredador ni regenerarla si la pierden, como muchos otros lagartos.

5. Cambio de color

Una de las curiosidades más destacables de los camaleones es su capacidad para cambiar de color. Esto es posible gracias a pigmentos y compuestos cristalizados que contienen en las células de su superficie, cuya organización pueden alterar a voluntad.

Cambios sutiles de color los permiten confundirse con su entorno, ya que usan tonos más apagados o más vivos dependiendo de la luminosidad del medio.

Los despliegues más radicales por los que son conocidos los permiten comunicarse entre sí o con otros animales. Cambios bruscos de color pueden servir para mostrar agresividad ante otros machos que quieran invadir su territorio, para repeler enemigos o durante el cortejo de la reproducción. También son utilizados para regular la temperatura, entre otras funciones.

6. Huesos que brillan en la oscuridad

Como seres visuales, se ha descubierto recientemente que los camaleones hacen aún más hincapié en el color de lo esperado. Varias especies muestran estructuras en su esqueleto —proyecciones, tubérculos y puntos—, que reflejan la luz ultravioleta a través de la piel.

Aunque invisibles para los humanos, estas estructuras forman patrones que otros camaleones sí pueden ver. Están presentes sobre todo en la cabeza —pero también a lo largo de la columna y otras partes del cuerpo— y son más marcados en los machos que en las hembras. Es posible que esta coloración intervenga también en la comunicación.

7. Una gran variedad de tamaños

Las especies de camaleones presentan muchas diferencias. Algunas tienen cuernos en la cabeza y otras crestas a lo largo de la espalda. En cambio, una de las más notables es simplemente su variación en tamaño corporal. 

En Madagascar se encuentran los camaleones de Parson (Calumma parsonii) y Oustalet (Furcifer oustaleti), que, aproximándose a los 70 centímetros de longitud, son los más grandes de su familia. Comparten isla con los camaleones enanos, cuyo representante más pequeño (Brookesia nana) no llega a los 3 centímetros y es uno de los amniotas de menos tamaño.

8. No todos los camaleones ponen huevos

La mayoría de camaleones, al igual que el resto de reptiles, son ovíparos. Tras la cópula, las hembra bajan de su lugar habitual en los árboles y excavan un agujero en el que entierran la puesta, cuyo número de huevos varía según la especie.

Sin embargo, una de las curiosidades de los camaleones es que no todos no ponen huevos. Este es el caso del camaleón de Jackson, que es ovovivíparo. Las hembras de esta especie gestan los huevos en su interior y, tras un proceso de 5 a 7 meses, dan a luz a las crías ya desarrolladas.

Estas nacen cubiertas de los restos gelatinosos del huevo, del que se liberan para comenzar su vida independiente.

La enfermedad ósea metabólica es común en camaleones.

Los camaleones son criaturas de gran belleza, singulares en muchos de sus aspectos de su biología. Sin embargo, muchos de ellos están desapareciendo. Es crucial preservar sus ecosistemas para que las generaciones futuras puedan seguir maravillándose con ellos.


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