Conocido por su relación mutualista con las anémonas, el comportamiento del pez payaso ha suscitado mucho interés entre los científicos. Además de ser inmunes a su veneno, es interesante comprender cómo este pez ha organizado su vida en torno a estos pólipos.
Su salto a la pantalla del cine en la película Buscando a Nemo supuso una llamada de atención en cuanto a su conservación y biología, pero es importante no confundir las obras de ficción con la realidad. En este artículo, puedes conocer la verdadera naturaleza del pez payaso.
Características del pez payaso
Los peces payaso constituyen un variado grupo dentro de la clase Actinopterygii y la familia Pomacentridae. Clasificados en la subfamilia Amphiprioninae, se conocen unas 30 especies distribuidas en dos géneros: Premnas y Amphiprion. Su hábitat se localiza en los arrecifes de coral de las aguas tropicales del Índico y Pacifico. Suelen vivir en un rango de 1 a 15 metros de profundidad.
Dada su relación con las anémonas, el pez payaso tiene un mecanismo de defensa ante su veneno, consistente en una membrana mucosa que lo protege del nematocisto de los tentáculos del pólipo. A su vez, la anémona se beneficia de este pez consumiendo los restos de su comida y limpiando sus tentáculos con el movimiento que genera cuando entra y sale de su refugio.
Comportamiento del pez payaso
Se trata de un pez de hábitos diurnos que descansa por la noche en su refugio. No presenta picos de actividad durante el día, sino que los peces payaso se mantienen en movimiento mientras haya luz y buscan comida en las inmediaciones de sus hospedadoras.
Los peces payaso son capaces de discriminar entre anémonas y eligen la que mejor se ajusta a su comodidad en cuanto a profundidad, temperatura del agua y entrada de luz.
Las anémonas que atrapan a sus presas no se cierran sobre el pez payaso. Es muy posible que esto se deba a que los peces nadan de una forma que las anémonas reconocen. De hecho, los ejemplares jóvenes que aún no han desarrollado la membrana protectora pueden adentrarse en las anémonas sin que les piquen.
Comportamiento del pez payaso en grupos sociales
Los peces payasos establecen grupos estables y duraderos desde una fase muy temprana de su desarrollo. Suelen estar conformados por una hembra y un macho junto con juveniles no reproductores, que bien pueden no estar emparentados. La jerarquía es matriarcal y se organiza según el tamaño del pez.
Las hembras dominantes mantienen su posición a través de comportamientos agonísticos, como la preferencia en la alimentación o las agresiones. A pesar de ello, es raro que un juvenil gamma —en un estrato jerárquico más bajo— intente desplazar a la pareja reproductora, pues sus integrantes son más grandes y agresivos que el resto.
Hasta que algún miembro de la pareja dominante muera o salga del sistema, el resto no serán capaces de subir de rango y reproducirse.
El tamaño de los grupos de peces payaso está relacionado con el tamaño de la anémona que sirve como hospedadora. Por esta razón, los peces que están buscando grupo evitan las anémonas vacías.
Territorialidad del pez payaso
Una vez que un grupo de peces payaso ha fijado su residencia en una anémona, la defienden con ahínco y no suelen alejarse más de 30 centímetros de ella. Tanto machos como hembras custodian el territorio, pero cuando se trata de plantar cara a otros peces payaso, son más agresivos con aquellos de su mismo sexo.
Comportamiento reproductivo del pez payaso
Los machos son los encargados de elegir un lugar adecuado dentro de la anémona de mar para colocar los huevos pocos días antes del desove. Durante este periodo, la pareja pasará un tiempo considerable limpiando el sitio. El pez payaso puede poner de 300 a 1000 huevos en intervalos de 15 días.
Tanto la hembra como el macho participan en el cuidado de los huevos hasta que eclosionan, pero la hembra se involucra gradualmente.
El comportamiento del pez payaso durante este periodo consiste en abanicar los huevos con las aletas pectorales y limpiar el nido de suciedad y huevos muertos con la boca. Si el macho es extraído antes de que nazcan las crías, otros adultos reproductores no emparentados pueden asumir los cuidados.
Cortejo del pez payaso
Los peces payasos suelen reproducirse cuando existe un incremento de la temperatura del agua, normalmente en verano. El cortejo se inicia cuando una pareja se establece en una anémona y comienza a limpiarla para depositar los huevos. También se les puede ver nadando activamente entre los tentáculos de la misma.
Este comportamiento se cree que es una demostración de las capacidades de defensa del territorio y de manutención del nido. Si la pareja se acepta, la hembra desovará durante la noche y el macho fecundará los huevos.
Cambio de sexo
Esta es la otra característica más famosa del pez payaso. Estos peces presentan gónadas ambisexuales, capaces de diferenciarse bajo ciertas presiones ambientales, como el tipo de hábitat, disponibilidad de anémonas anfitrionas, densidad poblacional y ausencia de adultos reproductores.
Si la hembra dominante fallece o es extraída de su ecosistema, el macho reproductor cambiará de sexo y se convertirá en una hembra. Su puesto lo ocupará uno de los juveniles ambisexuales, que pasará a ser macho dominante.
Comportamiento alimenticio
Los peces payasos son omnívoros oportunistas, ya que su dieta abarca desde zooplancton y algas hasta los tentáculos de las anémonas que les sirven de hospedadoras. Los individuos más grandes son los que más se aventuran fuera de la anémona en busca de comida, por lo que encuentran más alimento que los pequeños.
Los jóvenes, por el contrario, son más reservados a la hora de salir, de forma que obtienen menos alimento —pero están más seguros—. El comportamiento del pez payaso a este respecto está diseñado para mantener la jerarquía al mismo tiempo que la seguridad, pues son los más grandes los que defienden el territorio.
Una responsabilidad común
Aunque el ser humano no consume la carne del pez payaso debido a su pequeño tamaño, sí lo ha extraído de su medio para meterlo en un acuario. Su creciente popularidad hizo saltar las alarmas cuando muchas familias capturaban un pequeño “Nemo” para tenerlo en casa, dañando los arrecifes en el en el proceso.
Ante este fenómeno, los gobiernos locales restringieron el número de peces payaso que se pueden extraer el medio. Sin embargo, mientras la idea de que una persona tiene derecho a sacar un pez de su hogar siga vigente, muchos animales tendrán que luchar para mantener un número de individuos que no les precipite a la extinción.
Bibliografía
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