La termorregulación en reptiles es la herramienta conductual con la que estos animales mantienen una temperatura corporal lo más estable posible. A diferencia de otros seres vivos, los reptiles son dependientes de la temperatura ambiental, por lo que tienen estrategias para aprovecharse de ella.
Los procesos biológicos que llevan a cabo estos animales para mantener la temperatura dentro del rango óptimo son resultado de cambios conductuales y químicos. No obstante, al depender por completo del ambiente, es normal que la presencia de este tipo de animales en ciertas regiones del planeta —como las zonas polares— sea nula.
Del mismo modo, es necesaria la aplicación de fuentes de calor en el habitáculo de estos animales cuando son mantenidos como mascotas, pues requieren de un gradiente térmico, al no ser capaces de generar calor por sí mismos. A continuación, te brindamos más información sobre cómo los reptiles mantienen la temperatura corporal bajo control.
La importancia de la termorregulación
Las regiones tropicales, subtropicales y templadas del planeta albergan una gran diversidad de especies de reptiles. Esto se debe a que, en estos lugares, la mayor parte del tiempo la temperatura ambiental está dentro de unos rangos aceptables.
Como todo los animales vertebrados y muchos invertebrados, los reptiles necesitan termorregularse para que los procesos biológicos naturales del organismo sigan funcionando. Cuando la temperatura baja o sube demasiado, las proteínas pueden desnaturalizarse, lo cual o acabaría con la vida del animal —o le dejaría secuelas muy importantes—.
A diferencia de los mamíferos y aves, que son animales endotermos, los reptiles son ectotermos y no pueden producir calor a través de reacciones químicas internas. Por lo tanto, dependen totalmente de las condiciones ambientales para poder modular su tasa metabólica.
Una de las ventajas de la termorregulación en reptiles es que estos animales no necesitan comer para mantener la temperatura, así que toda la energía de los alimentos es destinada al crecimiento. Los mamíferos, por ejemplo, deben alimentarse para mantener la temperatura corporal constante.
La tasa metabólica de un mamífero es mucho más alta que la de un reptil.
Termorregulación en reptiles
La temperatura corporal en reptiles puede variar temporalmente entre individuos, según si es de día o de noche y dentro de las distintas estaciones del año. Además, muchas veces estos vertebrados se tornan inactivos cuando, debido al ambiente, es imposible alcanzar la temperatura corporal ideal.
Las fluctuaciones diarias y estacionales de temperatura tienen consecuencias en la conducta y en la biología de las especies. Tal y como sucede en el resto de vertebrados, el metabolismo de los reptiles está controlado por el ciclo circadiano, que involucra un conjunto de tejidos y hormonas.
Los cambios de comportamiento relacionados con la temperatura en reptiles están dirigidos por hormonas, en concreto la melatonina. Esta es producida por la glándula pineal e interactúa con la glándula tiroides, para influir directamente en la secreción de hormonas por parte de esta última y así aumentar o reducir la actividad.
Al igual que la melatonina, las prostaglandinas tienen un papel importante en la termorregulación de los reptiles. El comportamiento se ve afectado por las respuestas cardiovasculares, por ejemplo el ritmo cardíaco. Este, a su vez, está influenciado por la concentración de prostaglandinas.
Cuando un reptil necesita elevar la temperatura corporal, se colocará al sol o buscará otra fuente de calor radiante. En ese momento, las prostaglandinas comienzan a concentrarse y aumentan el ritmo cardíaco. El corazón moverá la sangre más rápido para calentar el cuerpo de forma más efectiva.
De este modo, los reptiles buscan el sol o áreas calientes para aumentar la temperatura corporal. Cuando necesitan disminuirla, se enterrarán, se sumergirán en el agua o buscarán una buena sombra.
Mantener la temperatura en un terrario para reptiles
En la naturaleza, los animales aprenden cómo actuar para sobrevivir. Los reptiles, además, deben saber cómo cambiar el comportamiento a la hora de buscar calor o huir de él. Sin embargo, cuando un animal vive en una instalación doméstica, no puede llevar a cabo todas estas conducta naturales.
Por este motivo, las personas que tienen reptiles como mascotas colocan en los terrarios uno o varios calentadores, que pueden ser de distintos tipos. Por ejemplo, lámparas de calor o piedras radiantes. A la hora de situar el calentador en la urna, es importante que este esté colocado en un único lugar, para permitir al animal alejarse lo máximo posible de él cuando lo necesite.
Otra cosa que se debe tener en cuenta con respecto a los calentadores es que pueden producir serias quemaduras en la piel de las mascotas. Por ello, es bueno proteger estos artilugios con mallas metálicas o cristal, para evitar percances y regular constantemente la temperatura que producen.
El término ‘sangre fría’ puede hacer que muchas personas cometan el error de sobrecalentar a sus mascotas. Si bien los reptiles necesitan tomar el calor del medio, también es cierto que después les cuesta perderlo.
Hay que observar con ojo crítico a toda mascota ectoterma, con el fin de detectar cuándo tiene calor y cuándo frío. Puede parecer tedioso, pero como ya dijimos, los reptiles son animales que de forma exclusiva muestran esta necesidad de termorregulación a través de la conducta.
Bibliografía
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