¿Cómo eran las cuadrigas de caballos?

Los equinos participaban en unos violentos espectáculos que se celebraban el circo romano
¿Cómo eran las cuadrigas de caballos?
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 26 agosto, 2018

Probablemente, las tradicionales cuadrigas de caballos de Roma nos hacen recordar películas muy famosas, como Ben-Hur. En ella, el personaje Judah Ben-Hur, interpretado por Charlton Heston, se ve obligado a encararse con su enemigo, Tribuno Messala, en una carrera en cuadrigas a toda velocidad. Mientras los personajes de la película dejan todo en la arena, los espectadores ponen su atención en torno a lo que sucede en torno al circo romano.

Aunque se trate de una ficción, la adaptación cinematográfica de la novela de Lew Wallace nos transmite con mucha veracidad cómo eran las cuadrigas de caballos. En tiempos del Imperio Romano, esta actividad deportiva representaba uno de los principales puntos de encuentro y entretenimiento.

¿Cómo se originan las cuadrigas de caballos?

Según los relatos romanos, las carreras en cuadrigas de caballos remontan a los tiempos de Rómulo y Remo, los fundadores de Roma. Como cuenta la leyenda, el dios de la guerra (Marte) engendró a los mellizos Rómulo y Remo en Rea Silvia. Tras su nacimiento, fueron lanzados al río para protegerles.

Los pequeños fueron rescatados por una loba llamada Luperca, que les cría y amamanta en el Monte Palatino. Cuando son adultos, Rómulo y Remo son los que devuelven el trono a Numitor y fundan Roma en el mismo lugar donde habían sido salvados por Luperca.

La historia también nos cuenta que esta actividad empieza a ser realizada en el Campo de Marte, en ocasión del festejo de la Esquirria y la Consualia. Estas dos celebraciones anuales han sido muy populares durante el Imperio Romano, pero han perdido importancia durante la modernidad.

Cuadrigas de caballos

En esta época, las cuadrigas eran tiradas por mulas, que luego se sustituyen por caballos, para dar mayor velocidad y mejor estética a las carreras. No obstante, las carreras de cuadrigas adquieren fama como entretenimiento popular después de la creación de los circus.

¿Cuándo se realizaban carreras en cuadrigas de caballos?

En el circo romano, las carreras en cuadrigas de caballos se realizaban en el contexto de los juegos llamados Ludi Circensis. En este evento también se realizaban otras actividades como representaciones de batallas, acrobacias, exhibiciones de monta y ejercicios a caballo, boxeo, etc.

No obstante, la mayoría de estos pasatiempos resultaron aburridos y poco interesantes para el pueblo con el paso del tiempo. Por ello, las carreras de cuadrigas y las batallas se volvieron cada vez más violentas, para captar la atención de los espectadores.

Para comprender la intensidad de las cuadrigas a caballo en el circo romano podemos recurrir una vez más a las escenas de la película Ben-Hur.

La violencia se convirtió en el principal recurso para crear juegos más excitantes y ganar la preferencia del pueblo. Además, las carreras sangrientas atraían más apuestas, lo que resultaba rentable para quienes se dedicaban a administrarlas.

Con el crecimiento del interés, las cuadrigas de caballos empiezan a correr en el anfiteatro más antiguo e importante del Imperio Romano, el Circo Máximo. Su ubicación nuevamente remonta a la leyenda de Rómulo y Remo, ya que el anfiteatro está en el valle Murcia, entre el monte Aventino y el Palatino.

El caballo en la antigua Roma

El caballo en la antigua Roma

El caballo que más se encontraba en la Roma de hace más de 2 000 años era muy parecido a la raza asturcón, que actualmente podemos encontrar en los prados del norte de España, sobre todo en Asturias.

Este ejemplar equino era como un pony (recordemos que la estatura de los antiguos romanos era bastante baja). Entre las características de este caballo está un cuerpo fuerte y robusto, de ancho cuello, pelaje largo y miembros cortos.

En la actualidad tenemos ejemplos de este caballo tipo pony romano en la raza shetland, el islandés, el garrano portugués, el pottok vasco o el faco de Galicia. Entre las peculiaridades de estos equinos, su dureza y resistencia para marchar durante tiempo sin cansarse.

Junto a todas estas ventajas también hay algunos inconvenientes. Como son animales cortos en su alzada, no son muy operativos para arremeter en batallas contra formaciones cerradas. Entre otras cosas, porque no tienen el peso y la altura suficientes.

Otra dificultad a tener en cuenta con estos pequeños caballos era la referente a su carácter. Tienen un temperamento más rebelde que cualquier otro caballo, y no son fáciles de domar.


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