Los peces suelen ser comedores voraces y siempre se abalanzan rápidamente cuando se esparce comida sobre el acuario. No verlos…
Los cinco peces más agresivos de la naturaleza
En el mundo natural, si un animal no sabe defenderse otro individuo vendrá y tomará sus recursos. Una de las estrategias más extendidas para que esto no ocurra es el uso de la agresividad.

Sobrevivir en la naturaleza puede llevar a los animales a desplegar una amplia gama de conductas con el fin de conseguir y preservar recursos, así como para evitar ser comidos. Estos comportamientos están muy arraigados en la genética de ciertos animales. Por ello, aquí te mostramos a los peces más agresivos que existen en la naturaleza.
Si eres fan de la acuariofilia, estos datos son de suma importancia a la hora de seleccionar el tipo de especie que quieres introducir en tu acuario. Si en la naturaleza estos peces ya son muy agresivos, dentro de un tanque con un espacio limitado pueden llegar a ser implacables.
Pirañas de vientre rojo, los peces más agresivos
A pesar de lo que el cine y la televisión nos han querido mostrar, las pirañas de vientre rojo (Pygocentrus nattereri) no son tan peligrosas para los humanos como para otros peces. A pesar de esto, su conducta alimenticia es única a la vez de voraz.
Según diversos estudios, en el cerebro de las pirañas de vientre rojo se encuentran una serie de neurotransmisores y receptores muy ligados al hambre y al comportamiento agresivo.
Así, cuando una piraña está hambrienta, no dudará en atacar a cualquier víctima. Además, estos peces también pueden alimentarse de restos vegetales, pues son animales omnívoros.
Si decides introducir pirañas en un acuario, siempre y cuando estén bien alimentadas no deberías preocuparte porque se coman a otros peces. No obstante, son animales que terminan alcanzando un tamaño considerable, por lo que deberán tener suficiente espacio.
Cíclidos convictos
Los cíclidos convictos (Amatitlania nigrofasciata) son unos de los peces más agresivos que existen y su nombre les hace justicia. Esta especie de pez es monógama en serie, es decir, durante cada época reproductiva se crea una pareja que se mantendrá unida hasta el quinto día de la eclosión de los huevos.
Resulta impresionante conocer que tanto machos como hembras son realmente agresivos y devorarán cualquier pez con un tamaño inferior al de ellos. Lo mismo harán con sus alevines si no son lo suficientemente rápidos para alejarse.
Aunque siempre muestran agresividad, el momento en el que más cuidado hay que tener con estos cíclidos es justo cuando la hembra pone los huevos.
Justo ahí, el macho disminuye su rango de territorio y defenderá a los huevos a cualquier precio. Si se tiene esta especie en un acuario, siempre es preferible que el resto de peces sean de mayor tamaño que los cíclidos.
El pez escalar, entre los peces más agresivos cuando se trata de comida
Aunque puedan parecer muy apacibles, los peces escalares o peces ángel (Pterophyllum scalare) llegan a ser muy agresivos con sus congéneres y otros peces del acuario si no se les da suficiente espacio.
Por otro lado, al igual que les pasa a algunos de los peces más agresivos que existen, todo está mediado por el hambre. Por esta razón, es importante mantener sus barrigas siempre llenas, sin olvidar que el resto de peces también deben comer.
Peces gurami
Todos los peces llamados gurami, de la familia Osphronemidae, sea cual sea su especie son animales muy territoriales y a la vez agresivos. Una vez establecido su territorio, los peces guramis atacarán a cualquier individuo que ose introducirse en su espacio.
Son animales que parecen querer siempre establecer una fuerte jerarquía en la que ellos son los más dominantes. Por lo tanto, si introduces cualquier pez que supere en tamaño al gurami, este no dudará en atacar.
Por otro lado, están muy acostumbrados a la falta de espacio, ya que en la naturaleza pueden sobrevivir en charcas estancadas. Sin embargo, este hecho predispone al pez a mostrar mucha más agresividad.
Pez betta
En su origen, el pez betta o luchador de siam (Betta splendens) era uno de los peces menos agresivos que existía en la naturaleza. Su forma de defenderse consistía en la imitación de un animal de mayor tamaño gracias a sus espectaculares aletas.
La cría masiva y selección de los peces betta durante siglos han hecho de este animal uno de los peces más agresivos que pueden encontrarse. Tanto es así que es prácticamente imposible que un pez betta conviva con otro pez dentro de un acuario sin que uno de los dos termine muerto.
En conclusión y como habréis podido ver, en la naturaleza cada animal sigue sus propias estrategias para sobrevivir. En muchas ocasiones, la agresividad y la defensa del territorio son dos buenas armas para lograr la supervivencia en un mundo tan hostil.
Graduada en Biología por la Universidad de Sevilla (2015). Especializada en conducta animal a través del Máster en Etología Aplicada y Comportamiento Animal por la Universidad Pablo de Olavide (2016). Parte de su trayectoria profesional se ha enfocado en la conservación y recuperación de animales silvestres, trabajando en la Fundación para la investigación de la Etología y Biodiversidad y en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres, ambos en Madrid. También ha trabajado como auxiliar técnico veterinario en un centro especializado en animales exóticos, ya que realizó el Curso Superior en Asistencia a la Atención en Centros Veterinarios, impartido por Máster-D. Su trayectoria como creadora de contenidos se inicia en el año 2015, con la publicación de un artículo científico en la revista Forest Ecology and Management. Desde entonces ha colaborado con revistas impresas, diversas plataformas digitales y, además, es co-autora de un blog. Actualmente trabaja para Vivotecnia Research, empresa pionera en bienestar animal, colaborando en la investigación de nuevos fármacos.