Centollo: hábitat, características y reproducción

El centollo es un animal fascinante, mucho más de lo que se muestra en las fichas gastronómicas. Ven a conocerle de verdad.

Lo más probable es que, si alguna vez has visto un centollo, haya sido en las peceras de los escaparates de las marisquerías. Y es que este animal no se conoce más allá de eso, e incluso la mayoría de los estudios se centran en su cría en cautividad para consumo humano.

Sin embargo, en su hábitat es un ser vivo que puede dar tantas sorpresas como cualquier otro. Como parte fundamental de los ecosistemas bentónicos, también resulta esencial mostrar la cara natural de este crustáceo, y no solo la parte que interesa para cultivarlo y comérselo. Por eso, en este espacio encontrarás todas las características biológicas que reúne, sin filtro. Vamos con ello.

Taxonomía y características

Maja squinado.

El centollo (o centolla, si es hembra), al igual que el resto de animales generalmente conocidos como cangrejos, pertenece al orden de los decápodos, esto es, de animales con 10 patas. Su nombre científico es Maja squinado y se engloba dentro de la familia Majidae, en la que se encuentran otras 200 especies caracterizadas por las espinas frontales de su exoesqueleto.

De sus 10 patas, 2 han evolucionado en las pinzas delanteras características, pero en sus antepasados tenían solo función locomotora. Los machos las tienen más grandes que las hembras y ambos las usan para atrapar a sus presas y manejar la comida en general. Los ejemplares femeninos, por su parte, tienen el vientre más abultado para poder alojar los huevos.

Son crustáceos grandes de casi 6 kilogramos de pesos y 60 centímetros de diámetro. Su caparazón calcáreo forma espículas por todo su dorso, dándole una protección extra contra depredadores. Su color varía de pardo a rojizo según el hábitat, ya que es su manera de camuflarse contra el fondo marino y las rocas.

Alimentación del centollo

Este crustáceo se considera omnívoro, puesto que se alimenta de una gran variedad de organismos de su medio. Su dieta, además, varía con la estación. Suele escoger algas y otros moluscos en invierno, pero tiende más a alimentarse de equinodermos y pepinos de mar durante las estaciones cálidas.

Además, también suelen consumir detritus que encuentran en el fondo marino. Aquí es donde radica su papel más importante para el ecosistema, la eliminación de residuos, pues sin organismos como él no sería posible el equilibrio del bioma que habitan.

Hábitat

Como se ha dicho, se trata de un animal que se mueve por el fondo marino. No nada, sino que camina por esta superficie y busca refugio en zonas rocosas. Se le puede encontrar hasta los 150 metros de profundidad.

Se trata de los invertebrados más abundantes de la plataforma y talud continentales.

El centollo europeo, la especie que nos ocupa, se encuentra en el noroeste del océano atlántico y en el mar Mediterráneo, así como en la costa africana hasta Guinea. Son exclusivos, por tanto, de las aguas saladas, por lo que nunca se les va a encontrar en ningún río que desemboque en estas aguas.

Comportamiento del centollo

El centollo es un crustáceo de hábitos migratorios. Aunque dichas migraciones no son especialmente largas (no suelen exceder los 100 kilómetros), sí destaca que se vuelven gregarios durante este período, ya que se encaminan a sus puntos de cría para aparearse y necesitan protección.

En este momento son vulnerables, pues acaban de mudar el caparazón, de forma que congregarse incrementa la protección de los individuos.

Es curioso también su comportamiento de camuflaje, pues suelen colocarse encima algas, conchas y otros elementos del entorno para pasar desapercibidos. Dependiendo de su edad habitan más cerca o más lejos de la costa, siendo los adultos los que se desplazan mar adentro.

Reproducción

Las hembras se aparean tras la muda, en otoño, momento en que su caparazón nuevo está más blando, lo que a su vez facilita el almacenamiento de los huevos y la cópula. Las congregaciones de centollos para migrar, que suelen sumar unos 20 individuos, se desplazan hasta los lugares de cría y allí las hembras ponen alrededor de 15 000 huevos, aunque esta cifra puede aumentar hasta 30 000.

Las hembras pueden llegar a hacer 4 puestas cada año.

En el momento de la puesta, la hembra deja salir también el semen que el macho ha depositado en el llamado pozo seminal, donde se acumula y se almacena hasta 6 meses. De esta forma se produce una fecundación externa. Después los adhiere a su vientre y los transporta durante 7-8 semanas hasta su eclosión.

Conservación del centollo

Maja squinado.

En la actualidad no se considera que el centollo esté en peligro de extinción. Aun así, su pesca está regulada en la mayoría de los países y también se cría en cautividad para el consumo humano, pues algunas poblaciones comenzaron a reducirse.

Sin embargo, la sobreexplotación siempre es un peligro patente, pues estos crustáceos alcanzan un gran valor monetario en el mercado. Es por esto mismo que nunca se deben quitar los ojos de las acciones que los humanos realizan en su propio beneficio, pues todo aquello que vale dinero tiende a desaparecer en algún momento si no se somete a control.

Bibliografía

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  • Centollo. (s. f.). Ministerio de Agricultura y Pesca de España. Recuperado 18 de noviembre de 2022, de https://www.mapa.gob.es/es/ministerio/servicios/informacion/centollo_tcm30-102473.pdf
  • WoRMS - World Register of Marine Species. (s. f.). https://www.marinespecies.org/aphia.php?p=taxdetails
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  • Hines, A. H., Wolcott, T. G., González-Gurriarán, E., González-Escalante, J. L., & Freire, J. (1995). Movement patterns and migrations in crabs: telemetry of juvenile and adult behaviour in Callinectes sapidus and Maja squinado. Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom75(1), 27-42.
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