El caballo, como cualquier otro animal, goza de una individualidad que lo diferencia del resto, lo hace único dentro de sus congéneres. Uno de los elementos que caracterizan esta peculiaridad es su carácter. Conocer el carácter del caballo es importante tanto para los jinetes, como para los dueños o amantes de este hermoso animal.
Creer que los animales no poseen los mismos rasgos que los seres humanos es una idea errónea. Al menos, en lo que a carácter y temperamento se refiere. Y es útil diferenciarlos y saberlos identificar a la hora de establecer una relación con la raza equina. Sobre todo, porque de estos rasgos dependerá la manera en la que se produzca el acercamiento.
Características más habituales del carácter del caballo
Cuando se habla de carácter, se hace referencia a aquello que identifica al animal y está presente durante todo el día. Tanto sea en el box, o en las horas de trabajo, en el caso que se dedique al deporte o al entrenamiento.
Por lo general, el carácter del caballo tiende a ser manso, y con seguridad y respeto, es posible abordarlo y adiestrarlo.
Al ser un animal de presa, se guía por instintos y el más común de ellos es el de supervivencia. Ante la posibilidad de una amenaza, reacciona. Y por eso la importancia de generar una relación de confianza y conocer cómo responde ante las conductas humanas.
El caballo es un animal social, que vive en manadas cuando se encuentra en estado natural y que manifiesta sus emociones. Tiende a ser dominante y establece una jerarquía de dominio, sin ser violento. La agresividad no forma parte de su naturaleza y prefiere huir antes que combatir. Sin embargo, si se siente en peligro, reacciona dando coces o incluso mordiendo.
La conducta corporal, base para la comunicación
Como el ser humano, el caballo se comunica con los de su especie. Al no emitir casi sonidos, lo hace a través de los movimientos de su cuerpo. La observación de las maneras en las que se comporta, de los movimientos de sus orejas, hocico, cola y postura del cuerpo, ayudará a conocer qué formas tiene de comunicar. De esa forma será más fácil generar confianza e identificar su carácter.
¿Existe el mal carácter de los caballos?
El mal carácter entre los caballos existe, aunque no es la situación más común. Este rasgo se demuestra fundamentalmente a partir de ciertas actitudes particulares. Es el caso de cuando agacha o mueve las orejas, cuando mueve las manos y boca, estira los labios y arruga las quijadas. O también cuando enseña la grupa o los dientes.
No todos demuestran este comportamiento. Es más, generalmente, no manifiestan un carácter problemático, sino que se caracterizan por ser mansos y amigables. Lo importante es el vínculo que se genere con el ser humano y el grado de conocimiento mutuo.
Carácter y temperamento
Aunque muchas veces se los trate como rasgos idénticos, éstos se diferencian sustancialmente.
Como vemos, el carácter del caballo se relaciona a aquello que caracteriza al animal durante la mayor parte del tiempo y que puede educarse. Se relaciona a su disponibilidad para aprender. También a la voluntad para entrenar, a la docilidad, entre otras.
El temperamento, en cambio, tiene que ver con el tipo de raza o línea de sangre. Por su temperamento, los caballos pueden ser nerviosos e hiperactivos, y necesitarán más o menos espacio para vivir.
Según el temperamento, existen tres tipos de caballos, a saber:
- De sangre caliente: llamados también de pura raza; son los más activos, nerviosos y alertas. Con mejor “montabilidad”.
- De sangre tibia: son aquellos producto de la cruza entre los de sangre caliente y fría.
- De sangre fría: son por lo general tranquilos, mansos, provienen de razas pesadas de tiro.
El carácter ideal para caballos de deporte
Una de las cualidades por las que es valorado el caballo, es por su capacidad para el deporte y el carácter es un rasgo importante a considerar. Por tanto, es ideal para esta actividad:
- Si demuestra buena disponibilidad, capacidad para comprender y seguir las órdenes del jinete.
- Cuando reacciona de manera positiva ante las dificultades o los errores cometidos.
- Si tiene buena “montabilidad”, capacidad para trabajar bajo presión y buen nivel de nervio.
El caballo es un animal fascinante, en sus distintas razas, cuyo carácter puede comprenderse con observación y buena predisposición. Con una interacción positiva, basada en el respeto y bajo la premisa de aumentar la confianza mutua, es posible lograr interpretar aquellos rasgos que lo definen.