Las arañas pavo real constituyen el género de arañas saltarinas Maratus, que pertenece a la familia Salticidae. Actualmente, según evidencia basada en la morfología, se han descrito 59 especies diferentes para este género.
Notablemente, todas las arañas del género son pequeñas, pues oscilan los 0,4 a 0,6 centímetros de longitud. Además, los machos son exquisitamente vistosos, ya que poseen unas «aletas» de colores brillantes en su abdomen u opistosoma, que extienden en una exhibición vívida durante el cortejo.
¿Dónde habitan las arañas pavo real?
Las especies del género Maratus son endémicas del sur del continente australiano. Además, mientras algunas especies están muy restringidas a nichos particulares, otras tienen distribuciones en una amplia variedad de hábitats. Estos incluyen dunas de arena, praderas, brezales y hojarasca debajo de bosques de eucaliptos en la región.
En este sentido, debido a que las arañas pavo real viven en muchos hábitats diferentes, sus respectivas temporadas de cría y períodos de mayor actividad difieren en cada especie. En general, estas arañas pasan el periodo de reproducción durante la primavera australiana.
Comportamiento estas pequeñas arañas
Las especies de arañas pavo real no tejen telarañas, sino que mantienen una alta movilidad y cazan constantemente. Como casi todos los arácnidos, las arañas pavo real son venenosas. De todas formas, eso no significa que sean peligrosas para los humanos: sus pequeños quelíceros son tan diminutos que ni siquiera pueden perforar nuestra piel.
Diversos estudios han descrito que las arañas del género Maratus poseen fertilización sexual interna ovípara. Los machos maduran antes que las hembras y comienzan la búsqueda de compañeras sexuales desde agosto hasta diciembre.
Por otro lado, las hembras maduras aparecen más tarde y sobreviven a los machos. Luego del apareamiento, las futuras madres anidan en el suelo, donde ponen sacos de huevos, cada uno formado por cientos de arañas.
El danzante cortejo de las arañas pavo real: literalmente un baile por la vida
Resulta interesante conocer que los machos usan su coloración vibrante y un baile elaborado para cortejar a las hembras. La danza de cada especie es única, pero la mayoría de ellas implican agitar las patas delanteras y dar pequeños saltos.
El ritual de cortejo comienza con los machos encaramándose sobre una superficie alta y agitando su tercer par de patas sobre su vientre. Este golpeteo produce vibraciones que la hembra puede detectar. Una vez capta la atención de la hembra, el macho despliega sus colgajos opitostomales, que ordinariamente lleva doblados.
Curiosamente, los colgajos opitostómicos se despliegan de una manera que imita la muestra de la cola de los pavos reales. El macho continúa su exhibición bailando y tamborileando su vientre con el tercer par de extremidades. La duración de exhibición puede alcanzar 50 minutos o hasta que la hembra decida aparearse —o no—.
Es importante conocer que los machos no solo bailan por sexo, pues compiten por sus vidas. Ciertamente, el cortejo es un negocio arriesgado, ya que la hembra no dudará en comerse a sus pretendientes si no le convencen tras la exhibición.
Curiosamente, las futuras madres solo parecen comerse a los malos bailarines. Aquellos que logren aparearse suelen quedar libres para repetir su exhibición con cuantas hembras les sea posible.
La extraordinaria coloración de las arañas pavo real tiene su secreto
Las especies de arañas pavo real tienen un marcado dimorfismo sexual. Mientras las hembras carecen de colores vivos y en su mayoría son de un marrón claro, los machos exhiben tonalidades y patrones diversos.
La coloración de la araña macho se debe tanto a pigmentos como a colores estructurales. Específicamente, los últimos se obtienen por las escamas microscópicas, o pelos modificados, que cubren su cuerpo. Los estudios han demostrado que las escamas de color blanco, crema y rojo suelen tener formas elaboradas con espinas.
La comunicación y la percepción de los pequeños pavos reales
Las arañas Maratus tienen 8 ojos que ayudan a percibir el movimiento y la profundidad. De hecho, sus ojos son sensibles a los rayos UV. Diversos estudios han determinado que sus retinas escalonadas les permiten percibir los colores de una manera más similar a la forma en que las aves los observan.
Adicionalmente, la comunicación entre machos y hembras solo se produce en el momento del apareamiento. Principalmente, esta ocurre a través de vibraciones de los machos y de la liberación en el aire de feromonas —señales químicas— por parte de las hembras.
Las vibraciones pueden ser detectadas por la hembra a través de sistemas sensoriales en sus patas. Por otro lado, las feromonas se perciben por quimiorreceptores, ubicados en las extremidades del macho. Esto desencadena el cortejo masculino en ausencia de sus señales visuales normales.
En suma, la biología y el estado de conservación de estas maravillosas criaturas aún no se conoce enteramente, debido a la falta de estudios realizados sobre este género. Según la opinión de especialistas, la principal amenaza para Maratus es la destrucción del hábitat a través de las continuas quemas de las tierras en Australia.
Bibliografía
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