El término aplasia proviene del griego y se refiere a la formación defectuosa o inexistente de células. En este artículo vamos a hablar de un campo en concreto, la hematología, y de la enfermedad conocida a nivel técnico como aplasia medular en perros.
Se trata de una dolencia rara en canes y cuyo origen muchas veces no está claro. Además, el cuadro clínico varía en función de las células sanguíneas que se vean afectadas. Si te interesa conocer más a fondo la aplasia medular, aquí tienes toda la información básica sobre la condición explicada con un lenguaje sencillo. No te lo pierdas.
¿Qué es la aplasia medular?
En la aplasia medular se produce un déficit o ausencia de formación de las células precursoras de las líneas eritroide, mieloide y megacariocítica. Estos cuerpos celulares precursores son células madre a partir de los cuales se crean los glóbulos rojos, los diferentes tipos de glóbulos blancos y las plaquetas.
No siempre se ve afectada toda la médula en este cuadro (lo que se llamaría aplasia total), sino que en ocasiones se encuentra un escenario de aplasia parcial. A medida que la médula se deteriora, el espacio sobrante se va sustituyendo por tejido adiposo (grasa) poco funcional.
Los glóbulos rojos son esenciales para transportar oxígeno, los blancos mantienen la función inmunitaria y las plaquetas permiten la coagulación. Su déficit puede ser letal.
Causas de la aplasia medular
Si bien muchas veces es imposible determinar la causa de la aplasia, existen ciertos factores que la pueden desencadenar. Los más importantes son los siguientes:
- Fármacos: un perro puede desarrollar aplasia medular si se expone a quimioterapia, estrógenos, cefalosporinas, azatioprina, trimetoprim/sulfadiazina, azatioprina o fenilbutazona. Discute con un veterinario los posibles efectos secundarios de todo medicamento que le vayas a brindar a tu perro y sigue las indicaciones.
- Toxinas ambientales: barniz, pintura, insecticida y otros químicos usados en el hogar son solo algunos ejemplos de agentes tóxicos que favorecen esta condición.
- Microorganismos: la bacteria Ehrlichia canis (causante de la ehrlichiosis), transmitida por la mordida de la garrapata, puede ocasionar aplasia medular. Ocurre lo mismo con el parvovirus canino.
- Neoplasia hematopoyética: este término se refiere a los crecimientos anormales en las células hematopoyéticas (las ya mencionadas precursoras de las células sanguíneas). Se consideran cuadros cancerígenos, a pesar de no presentarse con tumores al uso.
- Insuficiencia renal crónica: los riñones producen una hormona, la eritropoyetina, que estimula la producción de glóbulos rojos. Cuando esta hormona no se libera por la degeneración del tejido renal, se crean menos eritrocitos de los necesarios y acaba por producirse la anemia.
Síntomas de la aplasia medular en perros
Dependiendo de qué porcentaje de médula se vea afectada, los síntomas de esta enfermedad varían entre los signos clínicos típicos de la anemia, la leucopenia o la trombocitopenia. A continuación los tienes en detalle:
- Síntomas de anemia: se producen cuando el déficit mayoritario es de glóbulos rojos. Podrás observar en el can palidez de mucosas, debilidad e intolerancia al ejercicio, respiración agitada y aumento de la frecuencia cardiaca en el can afectado. Algunos de estos signos derivan de la falta de oxígeno en diversos tejidos.
- Síntomas de leucopenia: aparecen ante la ausencia o déficit de glóbulos blancos, por lo que el perro será mucho más propenso a desarrollar infecciones secundarias. También será más proclive a padecer bacteriemias (entrada de bacterias en sangre).
- Síntomas de trombocitopenia: en este caso son las plaquetas las que no se producen en cantidad suficiente, por lo que observarás que las heridas de tu perro no cicatrizan en el tiempo normal. También es posible que aparezcan hemorragias leves, como sangrados nasales, o más graves, como el desangramiento de los órganos.
¿Cómo diagnosticar la enfermedad?
Existen 2 pruebas principales para confirmar una sospecha de aplasia medular en perros: el análisis de sangre y la biopsia. Por otro lado, es necesario hacer un diagnóstico diferencial de la leucemia aguda.
Con el análisis de sangre se busca averiguar qué cantidad de eritrocitos, leucocitos y plaquetas hay y en qué proporción en el plasma del can. Una vez se confirma la reducción del número de células sanguíneas, se procede a tomar una muestra de la médula ósea.
Esta muestra se puede tomar por aspiración o realizando una biopsia. La primera es útil para valorar la morfología de las células (que se altera cuando tratan de compensar el poco número de ellas que quedan en la sangre). La biopsia, por su parte, muestra la estructura de la propia médula ósea y permite observar qué proporción de tejido adiposo se ha creado recientemente.
La biopsia es la técnica de elección cuando se observa muy poca cantidad de células sanguíneas en el análisis de sangre.
Tratamiento
El tratamiento para esta enfermedad varía en función de la línea celular que se vea afectada. No obstante, es raro que solo una de ellas esté disminuida, por lo que el abordaje suele cubrir todo el espectro de síntomas citados. Los veterinarios barajarán las siguientes opciones según el nivel de gravedad de la mascota:
- Antibióticos: se prescriben para prevenir infecciones o combatir las ya instauradas por la falta de glóbulos blancos. Las heridas abiertas deben desinfectarse a fondo y a menudo para evitar esto mismo.
- Inyección de células madre: estos cuerpos celulares modulan la creación de defensas, son antiinflamatorios y ayudan a repoblar la médula ósea. Para evitar el rechazo, se administrará en el can de forma accesoria globulina antilinfocítica o antitimocítica.
- Factores de crecimiento hematopoyético: son sustancias similares a las hormonas que estimulan a la médula ósea para que produzca células sanguíneas.
- Inmunoglobulinas o anticuerpos: la inyección de anticuerpos específicos puede facilitar que el organismo del perro combata a algunos virus y bacterias.
- Corticoides: regulan al sistema inmunitario y reducen la intensidad de los procesos inflamatorios.
- Trasplante de médula ósea: indicado para perros jóvenes con aplasia medular severa. Se administra Ciclosporina A para evitar el rechazo al trasplante.
La aplasia medular tiene un diagnóstico de reservado a grave, ya que la respuesta al tratamiento suele ser mala. Un buen diagnóstico y detectar las causas que provocan esta enfermedad (si es posible) serán claves para dar esperanzas de recuperación al perro. Por eso, no dudes nunca en acudir a tu clínica de confianza cuando notes cualquier signo de enfermedad en tu can.
Bibliografía
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