Sin duda, cuidar a un gato con cáncer es bastante difícil, pero cuando su apetito comienza a disminuir, saltan las alarmas sobre su calidad de vida.
Mantenerse alerta sobre la ingesta de alimentos de un gato enfermo es vital por dos razones: en primer lugar, los gatos a menudo pierden el apetito cuando no se sienten bien, así que la ingesta se puede usar como un indicador de su calidad de vida; en segundo lugar, la buena nutrición para un gato con cáncer es primordial.
Combatir la inapetencia en el gato con cáncer
El primer paso para mejorar el apetito de un gato con cáncer es tratar de identificar cualquier cosa ‘reparable’ que pueda afectar negativamente su disposición o su capacidad de comer. Así, debemos estar atentos al efecto de los medicamentos. Si se administra alguno que esté deprimiendo su apetito, ¿es posible suspenderlo o cambiar a otro medicamento?
Igualmente importante es contemplar las opciones de tratamiento paliativo, ya sea de alivio del dolor, cirugía o radioterapia que podrían mejorar el apetito del gato o su capacidad de comer. Los dueños de una mascota enferma deben estar abiertos a tratamientos paliativos, incluso si no se esperan beneficios curativos.
El cáncer altera el metabolismo normal
Se conoce que las células cancerosas alteran el metabolismo del cuerpo. En general, estas células metabolizan la glucosa y producen lactato que el cuerpo intenta volver a convertir en glucosa. Este procesamiento de los carbohidratos le quita energía a las funciones corporales normales y se las adjudica al cáncer.
Además, los cánceres también metabolizan los aminoácidos para obtener energía. Sabiendo que los aminoácidos conforman las proteínas, entendemos cómo ese metabolismo del cáncer consumidor de aminoácidos causa el desgaste muscular, disminuye la función inmune y enlentece la curación de tejidos.
Las células cancerosas no parecen ser muy eficientes en el uso de la grasa como fuente de energía.
La propuesta de dieta óptima para un gato con cáncer
Con base a estos cambios metabólicos arriba mencionados, muchos veterinarios recomiendan alimentar a los gatos con cáncer con dietas relativamente bajas en carbohidratos –particularmente carbohidratos simples– y altas en proteínas y grasas.
Es importante que todos los ingredientes utilizados para hacer la comida del gato sean altamente digeribles y absorbibles. Debe incluirse suficiente fibra para mantener la función intestinal normal. Los ácidos grasos omega-3, a menudo, se agregan a estas dietas porque son una buena fuente de grasas y calorías y pueden tener efectos ‘anticancerígenos’.
Los alimentos preparados comercialmente están ampliamente disponibles y se ajustan a estos parámetros. Las variedades enlatadas son las mejores, pero la seca es una opción si eso es lo que prefiere tu gato.
Los peligros de las dietas crudas
Algunas fuentes recomiendan las dietas crudas para mascotas con cáncer, ¡pero estas dietas podrían ser muy peligrosas para tu mascota! Es muy importante evitar alimentos crudos para las mascotas con cáncer. La carne cruda, los huevos y la leche conllevan un alto riesgo de contaminación bacteriana potencialmente peligrosa.
Ten en cuenta que la congelación o la liofilización no hacen que las dietas crudas sean seguras. Si bien estas bacterias pueden infectar a las mascotas sanas, las mascotas con cáncer pueden estar en mayor riesgo debido a alteraciones en sus sistemas inmunes.
Qué se conoce sobre los suplementos nutritivos
Existen datos que muestran algún efecto, y es que muchos antioxidantes, vitaminas, minerales, inhibidores de la proteasa, ajo, cúrcuma, enzimas y té verde tienen cierto potencial para reducir el riesgo de cáncer o el crecimiento y metástasis de algunas enfermedades malignas establecidas. Sin embargo, falta aún establecer las dosis ideales y las aplicaciones óptimas de estos nutrientes.
Bibliografía
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