El término lagartija no tiene un análogo taxonómico. Dicho de otro modo, no hace referencia a un grupo concreto y multitud de reptiles de pequeño tamaño y cuerpo alargado pueden recibir este denominativo. En países como España las lagartijas pertenecen a la familia Lacertidae, pero en otras regiones pueden ser de los taxones Gekkonidae, Teiidae y Tropiduridae, entre otros.
Los cuidados de una lagartija como mascota dependen en cada caso, sobre todo según la especie que se vaya a cuidar y el ambiente en el que se encuentre el terrario. De todas formas, hay una serie de parámetros y conocimientos generales que todo tutor debe tener claros antes de hacerse con uno de estos reptiles. Aquí te los contamos.
1. Nunca cojas al animal del patio o del parque
Puede parecer tentador “salvar” a una lagartija de un ambiente hostil y llevarla a casa. Sin embargo, debes tener en cuenta que ese es su hogar y la sustracción le hará mucho más mal que bien. Todo animal salvaje está acostumbrado a vivir en su entorno natural, así que meterlo en un terrario es una sentencia de muerte segura.
Además de los componentes éticos que conlleva sustraer a un animal del campo, cabe destacar que en la mayoría de países este acto se considera ilegal y punible. El comercio directo o indirecto con reptiles exóticos sacados de su entorno es un verdadero problema y no hay que fomentarlo de ningún modo.
Si tienes una lagartija viviendo en tu casa o en tu jardín, lo mejor que puedes hacer es ofrecerle un pequeño cuenco con agua y algún insecto vivo de forma esporádica. Déjala libre.
2. Elige una fuente de confianza e infórmate sobre la especie
La única opción para tener una lagartija como mascota es comprarla en una instalación de cría legal o adoptarla en algún centro de protección animal. Una vez decidas hacerte con una, pide el certificado que indique la procedencia cautiva del animal.
Como hemos dicho antes, el término lagartija hace referencia a la familia Lacertidae, pero también a varios grupos de geckos y otros reptiles. En la mayoría de los casos, los ejemplares que se venden bajo este nombre pertenecen a la familia Gekkonidae (como el gecko tokay o el gecko leopardo) y a la familia Scincidae (como la tiliqua o los eslizones del desierto).
Cada reptil tiene unos cuidados muy específicos y propios. Infórmate sobre ellos antes de hacerte con cualquier especie.
3. Elige el terrario con base en las necesidades del animal
Uno de los cuidados más importantes a la hora de tener a una lagartija como mascota es elegir bien el terrario. Este siempre tendrá que estar construido a base de cristal, tener ventilación y poseer cierres de seguridad, ya que la mayoría de reptiles son unos excelentes escapistas.
Más allá de estas recomendaciones generales, deberás tener en cuenta las necesidades de cada especie a la hora de elegir la instalación. Las lagartijas arborícolas requieren terrarios más altos que largos (30x60x30 centímetros de largo, alto y ancho, por ejemplo), mientras que las terrestres se beneficiarán de uno de 50x30x40 centímetros de largo, alto y ancho como mínimo.
Los geckos suelen ser arborícolas, mientras que los escincos o eslizones son en su mayoría terrestres. De todas formas, siempre hay excepciones.
4. Mantén los parámetros
Las lagartijas viven en ambientes muy dispares a lo largo y ancho del mundo. Aunque compres a la tuya en una instalación de cría, debes tener en cuenta que sus parámetros vitales serán los mismos que los presentes en su ambiente natural. Un reptil que vive en África y otro del Ecuador no están adaptados al mismo estilo de vida.
Las lagartijas tropicales requieren terrarios llenos de plantas y con un sustrato muy húmedo, como la fibra de coco. La humedad relativa de la instalación debe estar entre el 60 y el 80 % y la temperatura entre 24-28 °C para la mayoría de las especies procedentes de los trópicos. Por otro lado, los reptiles desérticos requieren humedades menores al 50 % y temperaturas un poco más altas.
Siempre existen excepciones a esta regla. Infórmate bien sobre la especie que vas a tener.
5. Agrega enriquecimiento ambiental
Otro de los cuidados esenciales para mantener a una lagartija como mascota es agregar enriquecimiento ambiental en el terrario. Al ser reptiles de pequeño tamaño, suelen ser depredados por otros muchos animales en la naturaleza. Por ello, de manera instintiva viven bajo troncos, rocas, plantas y resquicios.
Para simular este ambiente en el terrario, deberás añadir una capa de sustrato profunda (mínimo 10 centímetros), rocas, macetas vacías y otros elementos que ofrezcan sombra. Así evitarás que el animal se estrese a corto y largo plazo.
6. Alimenta a la lagartija como se merece
Todas las lagartijas (salvo excepciones) son primariamente insectívoras. Esto quiere decir que en libertad se alimentan de insectos y otros invertebrados, como saltamontes, grillos, polillas, escarabajos, hormigas, arañas y gusanos, entre otros. La mayoría son también cazadoras, así que solo elegirán a presas que estén vivas.
Tener un reptil doméstico siempre implica criar insectos vivos en el hogar, pues no vale coger los presentes en la calle (por posibles parásitos o agentes tóxicos en su interior). Tendrás que contar con grillos, gusanos y cucarachas para dar de comer a tu lagartija. Esta comerá de 1 a 4 veces por semana, dependiendo de su edad y su tamaño.
7. Manipúlala lo menos posible
Como podrás comprobar, los cuidados de una lagartija como mascota no tienen nada que ver con los de un perro o un gato. Esto también se aplica a la interacción con el reptil, ya que no disfrutará en absoluto de las salidas del terrario y del contacto con el humano.
Lo ideal es mantener a la lagartija siempre en su instalación y solo manipularla durante los tiempos de limpieza. En caso de tener que agarrarla, cógela con los dedos de una mano desde los flancos del abdomen, nunca de la cola. Muchos de estos reptiles practican la autotomía caudal (se deshacen de la cola cuando se sienten atacados) y no dudarán en llevarla a cabo si la manipulación es mala.
Los cuidados de una lagartija como mascota no son fáciles de llevar a cabo si se es un tutor primerizo. La mayoría de los reptiles son muy delicados en lo que a ambiente y temperatura se refiere, así que no te hagas con uno a menos que estés seguro de poder mantenerlo a largo plazo.
Bibliografía
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- Ley 4/2016, de 22 de julio, de Protección de los Animales de compañía de la Comunidad de Madrid, Boletín Oficial del Estado (BOE). Recogido a https://www.boe.es/buscar/pdf/2016/BOE-A-2016-11097-consolidado.pdf
- Familia Geckonidae, ADW. Recogido a 15 de noviembre en https://animaldiversity.org/accounts/Gekkonidae/classification/