La depresión es uno de los trastornos más visibilizados en los últimos tiempos, incluso cuando se trata de desórdenes emocionales en seres vivos no humanos. Los ejemplos de animales que pueden sufrir depresión son cada vez más, lo que sustenta el conocimiento general de que somos mentalmente más parecidos de lo que se pensaba a otras especies.
En las siguientes líneas, podrás ver algunos ejemplos de especies animales en las que se ha probado que existe este trastorno. Una vez hayas recorrido la información que aquí te brindamos, te parecerá que la existencia de las emociones en el reino animal era obvia todo este tiempo.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno mental caracterizado por una profunda tristeza que no termina por sí sola e interfiere con el desarrollo normal de la vida cotidiana. Esto es así tanto para humanos como para el resto de las especies, ya que los mecanismos cerebrales para las emociones son similares entre taxones —al menos en mamíferos—.
¿Cómo saber si un animal está deprimido? Por suerte para un psicólogo, la tristeza no solo se comunica con palabras. Alguien que sufre depresión no siempre llora o tiene expresión afligida: puede descuidar su aseo, dejar de comer, pasar todo el día acostado o incluso ser agresivo. Esto son síntomas presentes en todas las especies.
Los humanos podemos hablar entre nosotros sobre cómo nos sentimos, pero desgraciadamente no tenemos ese nivel de comunicación con otros animales. Para evaluar su estado mental, se debe conocer, en primer lugar, su comportamiento normal en libertad y, finalmente, contrastar qué eventos han podido causar el cambio de conducta y cómo lo muestra el animal.
Animales que pueden sufrir depresión
A continuación, te mostramos una lista con algunos animales que pueden sufrir depresión. No son los únicos, pero sí los más representativos y conocidos.
1.Primates no humanos
Estos primos genéticos de los humanos han sido de los primeros en ser diagnosticados. La paradoja es que su cautiverio es a la vez la causa de su depresión y la oportunidad para estudiar su comportamiento y fisiología asociados a este trastorno.
Los estudios mostraron que humanos y grandes primates somos tan parecidos que, efectivamente, cuando parecen deprimidos es que lo están: las señales son muy similares.
Un primate deprimido muestra comportamientos tales como inactividad, mirada perdida, estereotipias y anorexia. También puede presentar mutilaciones, calvas o signos de pelea con sus congéneres. Incluso, se han documentado casos de intentos de suicidio.
En libertad también se han registrado eventos depresivos en primates, pero suelen ir unidos a situaciones vitales estresantes, como el duelo por la muerte de un ser querido. Ligados a estas vivencias se han evidenciado casos también de trastorno por estrés postraumático y trastornos de ansiedad.
2. Delfines y otros cetáceos
Los delfines explotados para el entretenimiento humano también son una fuente de evidencias de comportamientos depresivos. Acostumbrados a vivir en grandes grupos y recorrer largas distancias diarias, el aislamiento social, los problemas de salud derivados de vivir en una piscina y la falta de enriquecimiento ambiental acaban por deteriorar su salud mental.
Es común observar a los delfines nadar de forma errática, golpearse contra las paredes del acuario, perder el apetito o quedarse inmóviles y apáticos cuando están deprimidos. Muchas veces, las lesiones derivadas de golpearse contra las paredes acaban en la muerte del animal, por lo que se baraja la idea de que estos mamíferos sean capaces de suicidarse.
3. Perros
Los perros conviven con el humano desde hace siglos, por lo que ya existía un bagaje de conocimiento acerca de su emocionalidad. Por suerte, en la actualidad hay aún más concienciación respecto a su salud mental.
Los canes deprimidos exhiben comportamientos como la apatía, anorexia y falta de acicalamiento. Es importante hacer un buen diagnóstico, pues las depresiones caninas suelen ir de la mano con la ansiedad: un ejemplar puede tener conductas agresivas y nerviosas —como rascados excesivos u otras estereotipias— y aun así sufrir depresión.
4. Gatos
Los gatos son especialmente sensibles a la ansiedad y es posible que junto con esta padezcan una depresión. Los felinos son más propensos que los perros a exhibir comportamientos de aletargamiento. Algunos de ellos son los siguientes:
- Falta de apetito.
- No acicalarse.
- No querer jugar.
- Esconderse la mayor parte del tiempo.
- Dormir demasiado o a horas inusuales.
5. Aves
No solo los mamíferos se deprimen. Las aves, en especial las gregarias, son animales que pueden sufrir depresión por eventos como la muerte de un ser querido o el aislamiento social prolongado.
Los síntomas varían según la especie, pero los casos más llamativos se dan entre las psitácidas. Estas aves suelen manifestar la depresión con síntomas parecidos a cuando están enfermas físicamente: plumas erizadas, anorexia o patrones atípicos de muda. A estos signos clínicos se les suele añadir el picaje o la agresividad entre congéneres.
6. Elefantes
Estos paquidermos tienen una emocionalidad profunda y compleja, además de unos lazos familiares fuertes. La pérdida de seres queridos y el aislamiento que suponen la caza furtiva y el cautiverio hacen estragos en la salud mental de estos animales. Son múltiples los casos denunciados de elefantes encerrados en zoos y consumidos por la depresión y la ansiedad.
Pero no solo en cautividad los elefantes son animales que pueden sufrir depresión. Los estudios sobre el elefante africano (Loxodonta africana) revelaron que los adolescentes hijos de madres asesinadas por furtivos toman venganza sobre poblaciones humanas debido a los traumas ocasionados en su infancia.
Una reflexión final sobre los animales que pueden sufrir depresión
Cierto es que animales como la esponja de mar o el coral de arrecife, que tienen un sistema nervioso muy básico, siembran la duda acerca de que todos los animales puedan sufrir depresión. Las reglas aquí descritas no son aplicables a todos los taxones animales, pues para poder sentir emociones intrincadas es necesario contar con un sistema nervioso complejo.
Lo que revelan los estudios, sin embargo, es que someter a sufrimiento emocional a un animal durante un tiempo prolongado tiene efectos desastrosos sobre su salud mental. Tomando esto en cuenta, es imprescindible la concienciación: nadie tiene derecho a maltratar a los demás.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
Harlow HF, Dodsworth RO, Harlow MK (1965) Total social isolation in monkeys. Proc Natl Acad Sci U S A 54: pp. 90 - 97. Gilmer, W. S., & McKinney, W. T. (2003). Early experience and depressive disorders: human and non-human primate studies. Journal of affective disorders, 75(2), 97-113. Dolphins in captivity: realities and perspectives. Ligia Dorina Dima & Carmen Gache. Analele Ştiinţifice ale Universităţii „Al.I.Cuza” Iaşi, s. Biologie animală, Tom L, 2004. The Museal Complex of Contanţa, Al.I. Cuza” University of Iaşi. Poole, J. (2021). Our team. Elephant Voices. https://www.elephantvoices.org/about-elephantvoices/team.html