5 diferencias entre castores y falsas nutrias

Los castores y las falsas nutrias pueden ser parecidos a simple vista, pero cuentan con bastante diferencias distintivas. Aunque ambos vivan en el agua, pertenecen a taxones biológicos distintos.
5 diferencias entre castores y falsas nutrias
Samuel Sanchez

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Sanchez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 30 julio, 2022

Los castores (género Castor) y las falsas nutrias (Myocastor coypus) son ambos animales semiacuáticos de una apariencia similar, pero existen diferencias entre castores y falsas nutrias asombrosas e interesantes de conocer. Por mucho que se parezcan de forma externa, tienen características físicas y comportamientos distintos. 

En América del Norte, ambos roedores son unos de los animales salvajes más agradables de observar, pero a veces es difícil diferenciarlos. Ya sea porque tengas acceso a ellos o porque simplemente quieres saber qué los distingue, aquí podrás conocer 5 de sus diferencias claves.

Diferencias entre castores y falsas nutrias

Para diferenciar ambos animales, es importante mirar primero su cola. Según Cool Green Science, es la característica más clave para distinguirlos. También debes mirar la forma general de su cuerpo, su pelaje y su comportamiento; observar qué llevan en su boca, si están cazando, si se están alimentando de las plantas o transportando ramas.

1. Su origen y ubicación actual

La falsa nutria, también conocida como coipú, es originaria del sur de Suramérica. Esta especie ha sido capturada en criaderos de todo el mundo para comercializar su piel y su carne, pero algunos ejemplares han logrado escapar y colonizar humedales con mucho éxito —especialmente los lugares donde el invierno no es muy fuerte—, afectando a los ecosistemas de los cuales no son nativas.  

Por ello, se les puede encontrar —aparte de América del Sur— en América del Norte y en gran parte de Europa occidental; elemento que tienen en común con los castores. Por su parte, los castores, originarios de Norteamérica, Europa y Asia, siguen viviendo en su hábitat original.

Una falsa nutria sobre la hierba.
Una falsa nutria.

2. Su cola, una de las principales diferencias entre castores y falsas nutrias

La cola de los castores es grande, aplanada horizontalmente, casi sin pelo y en forma de paleta: inconfundible. Puede medir desde 25 a 33 centímetros de largo y de 7 a 20 de ancho. Según la Facultad de Agricultura, Silvicultura y Ciencias de la Vida de Carolina del Sur, cuando algo los molesta, estos animales golpean su cola con la superficie del agua.

En las falsas nutrias, por el contrario, la cola es redonda, puntiaguda y con poco pelo. Esta puede medir desde 33 a 40 centímetros, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.

3. Su tamaño y velocidad

La falsa nutria (Myocastor coypus) es mucho más pequeña que el castor (Castor canadensis), tal y como indican los Servicios Ambientales de Oregon. En contraparte, es una nadadora muy ágil y rápida, mientras que el nado del castor es mucho más lento. 

Es difícil ver el tamaño de los castores cuando asoman solo su cabeza del agua, pero son muy grandes y tienen una apariencia redondeada cuando están sobre la tierra.

Por su parte, los castores pueden medir entre 1 metro y 1,20 metros y pesar entre 15 a 22 kilos o más. Mientras tanto, las falsas nutrias pueden pesar hasta 9 kilos y los adultos maduros sexualmente miden alrededor de 60 centímetros.

4. Su pelaje, sus patas y sus dientes

El pelaje de los castores consta de 2 capas: una exterior gruesa de pelo protector —a menudo de color marrón a rojizo— y una capa fina y densa, que se encuentra debajo de la primera. Cada una de sus patas tiene 5 dígitos y las extremidades traseras cuentan con membranas, mientras que las delanteras no. 

Las falsas nutrias son de pelaje denso y grisáceo, cubierto por pelos de protección largos y brillantes, que varían entre colores marrones oscuros a marrón amarillento. 

El hocico de las falsas nutrias está cubierto de pelo blanco áspero y sus patas traseras son mucho más largas que las delanteras —lo cual les da una apariencia encorvada cuando están en la tierra—. Estas son palmeadas, mientras que sus patas delanteras tienen 4 dedos bien desarrollados, con garras y un dedo vestigial. Al igual que los castores, sus incisivos son grandes y de color amarillento.

5. Sus construcciones: otra de las diferencias entre castores y falsas nutrias

Ambos crean diferentes tipos de construcciones en el agua, debido a que los 2 mamíferos roedores son excelentes nadadores. La diferencia está en que los castores viven en estas creaciones, pero las falsas nutrias no, pues solo las utilizan para alimentase y asearse.

Si ves árboles talados sin ramas ni cortezas en un territorio donde pueden haber castores, es probable que eso sea obra de ellos. Los castores prefieren ciertas especies de árboles y arbustos para construir sus presas, como álamos, sauces, coníferas, árboles frutales y ornamentales.

Estos roedores suelen rodear árboles y arbustos alrededor de estanques y construir represas de madera y barro, por lo que a menudo se les ve transportando ramas o palos. También crean toboganes o senderos resbaladizos, por donde entran y salen del agua. 

La falsa nutria, en cambio, construye plataformas flotantes hechas de vegetación acuática, que pueden medir hasta 90 centímetros. Para refugiarse y descansar, los ejemplares excavan madrigueras del tamaño de una pelota de voleibol al borde del agua.

Adaptaciones

Estos 2 roedores cuentan con varias adaptaciones a una vida semiacuática más allá de sus patas palmeadas. Por ejemplo, los ojos, oídos y fosas nasales de la falsa nutria se colocan en lo alto de la cabeza.

Las fosas nasales y la boca tienen válvulas que sellan el agua al nadar, bucear o alimentarse bajo el agua. Esta adaptación sucede también con los castores, sumándoles sus membranas oculares transparentes. 

Un castor, parte de la fauna de las praderas norteamericanas.
Un castor.

A pesar de que ambos habitan el ecosistema acuático, falsas nutrias y castores son mamíferos distintos. Sus adaptaciones, dieta y hábitos vitales demuestran que estos animales tienen mucho en común, pero también rasgos claramente diferenciales.


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