Todos en alguna ocasión hemos disfrutado de la presencia de lindas aves en nuestro entorno, pues cada una de ellas resalta en ciertos aspectos (formas y colores llamativos, cantos melodiosos y hasta conductas interesantes). Una de esas tiernas voladoras, que a su vez tiene un aspecto elegante, es la conocida como urraca copetona, garganta blanca o piapia azul. ¿La conoces?
En el ámbito científico se le llama Calocitta formosa. Pertenece al orden de los paseriformes y la familia de los córvidos (Corvidae), en la que se engloban 130 especies. Aquí te contamos todo sobre ella: ¿dónde vive?, ¿Cómo identificarla?, ¿Cuál es su comportamiento?, entre otros detalles. ¡No te lo pierdas!
¿Dónde vive la urraca copetona?
Las urracas garganta blanca se pueden encontrar en el continente americano, en específico en América central. Se ubican desde México, pasando por Guatemala, Honduras y Nicaragua, hasta Costa Rica. Sus hábitats incluyen pastizales, bosques secos y ecosistemas mixtos. También ocupan áreas cercanas a cultivos y asentamientos humanos.
A estas aves les gustan los árboles con espinas, así como las plantaciones de café y otras especies vegetales que emplean para elaborar sus nidos, como el jícaro y el coyol. Sus rangos de distribución son variables y van desde zonas planas a nivel del mar hasta áreas montañosas de 1200 metros de altitud.
Apariencia física de la piapia azul
Lo más impresionante de una ave es su plumaje y en la urraca copetona este denota elegancia, con una cresta negra que sobresale en su cabeza. Además, cuenta con una cola larga y hermosa. Posee un color azul turquesa en la región dorsal, las alas y la cola (estas presentan los bordes exteriores claros). Tiene rasgos blancos en la cara, el pecho y el vientre.
El aspecto más exuberante en la apariencia de este córvido es la cresta de su cabeza. Esta consiste en un grupo de plumas largas con las puntas orientadas adelante o hacia atrás. Además, consta de una línea oscura que atraviesa su pecho.
De igual manera, su tamaño también llama la atención, ya que puede alcanzar los 56 centímetros, con una envergadura hasta de 19, lo que la convierte en uno de los paseriformes de grandes dimensiones. Con relación al peso, llega a portar entre 205 y 213 gramos de masa corporal.
Esta ave posee un pico oscuro con alrededor de 34 milímetros de longitud, un tamaño adecuado para su alimentación. Sus patas son negras con 4 dedos, perfectos para el agarre en troncos.
En estas aves hay presencia de dimorfismo sexual en cuanto al largo de la cola y los patrones de colores. Las hembras tienen la cola más corta (26,7 y 31,4 centímetros), mientras que la de los machos varía entre 28,4 y 33,4 centímetros. Las hembras también presentan crestas más negras que sus compañeros, en los cuales son más blancas.
Comportamiento de C. formosa
Este paseriforme tiene una vida muy sociable. Convive en grupos pequeños formados por entre 5 y 10 individuos. Por lo general, estos se componen de hembras que se cuidan y protegen. En algunas temporadas se les une un macho para la reproducción.
El grupo lo integra la femenina reproductora y sus ayudantes. Estas últimas se encargan de la alimentación, la construcción de nidos, los cuidados de las crías y la defensa del nido, todo mediante una estructura social bastante interesante.
Estas aves se caracterizan porque permanecen en sus hábitats durante todo el año, es decir, no realizan migraciones. Son animales muy comunicativos y se expresan mediante diferentes tipos de llamadas de acoso y de alerta, que varían en frecuencia y duración. También emiten gemidos, que indican la necesidad de alimentación, o chirridos durante la reproducción y construcción del nido.
¿Qué comen las urracas garganta blanca?
La dieta de la piapia azul es omnívora, lo que significa que puede alimentarse tanto de animales como de vegetales. Su consumo varía de acuerdo a la estación del año y a lo que tiene disponible en el ambiente. Incluye insectos (saltamontes, orugas, algunas larvas y cucarachas), ranas, lagartijas y pichones de aves, al igual que sus huevos. También come frutos y néctar de flores de gran tamaño (como la balsa), entre otros.
Reproducción de la urraca copetona
La reproducción de la urraca garganta blanca se produce de forma sexual y por medio de la puesta de huevos. El nido consiste en algo parecido a una taza, realizado con una mezcla de raíces y ramas. Este se ubica a una altura de entre 6 y 30 metros del suelo.
Existe una reproducción cooperativa, en la que una pareja principal del grupo cumple la función de aparearse y el resto de los integrantes se encargan de las tareas de crianza y alimentación. La urraca copetona hembra puede poner entre 3 y 6 huevos de color gris con manchas marrones. La incubación se demora de 16 a 22 días. La madurez sexual es alcanzada entre los 8 y los 14 meses de edad en ambos sexos.
Los machos se dispersan de su grupo de nacimiento a edades tempranas. Los que consiguen un papel como reproductores principales pueden ocupar un lugar permanente. Los que no tienen esta suerte circulan entre varios grupos intentando reproducirse, tanto con la hembra principal como las secundarias.
Aunque que en los grupos existe una pareja reproductora, estudios realizados en piapias azules en Costa Rica han sacado a la luz nuevas pistas. Las observaciones pusieron en evidencia el hecho de que, en algunos grupos, las ayudantes ponen huevos en los nidos principales o establecen secundarios. Este análisis demuestra la complejidad del comportamiento de esta especie.
Estado de conservación
Debido a la amplia distribución de C. formosa en América, no se encuentra clasificada como una especie en peligro de extinción. Su estado según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por su sigla en inglés) es de “Preocupación menor (LC)”.
La urraca copetona adorna con su belleza los hábitats en los que se encuentra. En ella resalta su peculiar cresta, por la que recibe su nombre. Además, posee un sistema reproductivo muy interesante, en el que los integrantes de un grupo se dedican por completo a los cuidados de la pareja reproductora y sus crías. Sin duda, esta especie brilla gracias a la cooperación y el trabajo en equipo.
Bibliografía
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