Un tumor es un crecimiento anormal de células que no cumplen con ninguna función corporal. La diferencia fundamental entre los tumores benignos y los malignos es que los primeros se mantienen contenidos. Esto quiere decir que no invaden el tejido cercano ni se propagan a otras partes del cuerpo, como el cáncer.
Es importante tener en mente que, en la mayoría de los casos, el pronóstico de los tumores benignos en perros es muy bueno. Solo pueden ser graves si presionan estructuras vitales como los vasos sanguíneos o los nervios. Por lo tanto, algunas veces requieren de tratamiento y otras no.
Así, cuando detectas un tumor benigno en tu perro, es normal que surjan muchas preguntas ¿Se puede convertir en cáncer?, ¿debería ser eliminado?, ¿estará bien? Sigue leyendo este espacio y descubre siete cosas que deberías saber sobre los tumores benignos en perros.
1. Los tumores benignos no aparecen solo en la piel
Encontrar un nuevo bulto o protuberancia sobre o bajo la piel de tu perro es algo común. Según las estadísticas: del 40 % al 50 % de los tumores caninos son cutáneos. No temas, pues de todos ellos, del 60 % al 80 % son benignos. Aun así, aunque varios de los tumores que aparecen en la piel de los perros son benignos, también pueden mostrarse en diferentes órganos y tejidos.
Es importante hablar con el veterinario sobre cualquier bulto que llegues a detectar en el animal.
2. Tumores benignos más frecuentes en perros
Aunque existen muchos tipos de tumores, los siguientes son los más comunes:
1. Los adenomas
Son tumores benignos que se desarrollan en órganos y glándulas. Por ejemplo, el adenoma perianal afecta las glándulas perianales. También se pueden ubicar alrededor de la piel de la cola, el muslo, el prepucio y la parte superior de la espalda.
2. Los fibromas
Los fibromas son tumores no cancerosos. Provienen de la piel y las células del tejido conectivo subcutáneo conocidas como fibroblastos. Aunque pueden no presentar síntomas, en ocasiones se vuelven dolorosos.
3. Lipoma
Es un crecimiento o abultamiento que se conforma de células grasas maduras (lipocitos). Generalmente es una masa suave, bien circunscrita y subcutánea. En general, pueden ocurrir como una sola masa o como múltiples masas. Algunos de ellos son infiltrativos, lo que significa que tienen la capacidad de penetrar en los tejidos más profundos del cuerpo.
4. Tumor de mastocitos
Los mastocitos son en realidad parte del sistema inmunitario canino, pero que también pueden convertirse en tumores al agruparse y formar masas amorfas (mastocitoma). El tumor se pueden ubicar en varias partes del cuerpo, aunque generalmente se encuentra en la piel. Este es el cáncer de piel más común en perros. Según reportes, hasta la mitad de estos tumores pueden volverse malignos.
5. Melanoma
Son lunares que crecen en la piel y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. En general, varían en tamaño, forma y color, con tonos rosa, marrón o negro. Es necesario vigilar si cambian de color y tamaño o se han extendido, lo que puede ser un indicio de metástasis (cáncer).
3. Causas de los tumores benignos
La causa específica que origina a los tumores se desconoce. Sin embargo, se cree que la alimentación, el uso de fármacos, la genética, la edad, la calidad de vida y varios factores más se encuentran relacionados con su presencia. Esto ocasiona que sea casi imposible evitarlos, pero se suele considerar que los hábitos saludables reducen la probabilidad de padecer algún tumor.
Tanto los tumores benignos como los malignos provocan una serie de fallas en los mecanismos de control de crecimiento y proliferación de las células. La diferencia entre ambos rádica en que los tumores benignos se mantienen agrupados y crecen lento, mientras que los malignos son rápidos y se disgregan por todo el cuerpo.
4. Los tumores benignos pueden volverse malignos
Como se mencionaba, ambos tipos de tumores generan las mismas repercusiones a nivel celular, por lo que se podría decir que son esencialmente lo mismo. Esto significa que los tumores benignos se pueden volver malignos. Claro está, la probabilidad de que esto suceda depende de cada tumor. Por ejemplo, los tumores benignos de glándula mamaria tienen una mayor probabilidad de volverse malignos.
Esta es la razón por la que siempre se debe mantener una vigilancia estricta en los perros que tienen tumores, ya que su condición podría agravarse en poco tiempo. Además, cuando es posible, se recomienda la extirpación quirúrgica.
5. Tratamiento de los tumores benignos
Aunque la mayoría de los tumores benignos son inofensivos y no reciben tratamiento, es importante que sean controlados. Sin duda, cualquier tumor que sea doloroso o esté en crecimiento requiere una visita al médico. Por otra parte, los tumores benignos a veces se extirpan por razones estéticas, a petición del tutor del perro.
Lo fundamental es conocer que existen diferentes pautas para tratar los tumores caninos. El tratamiento y las opciones dependen del caso, la condición de salud del perro y la gravedad del tumor. Por ello, como tutores debemos estar vigilantes de cualquier anomalía que aparezca para informar de inmediato al especialista.
Es imposible reconocer a simple vista el tipo de tumor al que se enfrenta el can. Por tanto, el veterinario puede recomendar el uso de una aguja para obtener una pequeña cantidad de células de la masa (muestra). Posteriormente, esta muestra o biopsia del tejido es analizada para determinar cómo proceder.
Según lo que indiquen los análisis y lo que recomiende el especialista, el tratamiento puede ser alguno de los siguientes:
- Extirpación quirúrgica: solo si la ubicación del tumor lo permite.
- Quimioterapia: administración de fármacos que intentan disminuir el tamaño de la masa de células. Suele ocasionar varios efectos secundarios nocivos.
- Radioterapia: utilización de dosis altas de radiación directa y focalizada para destruir las células tumorales.
6. Los tumores benignos y malignos no lucen iguales
Este aspecto es muy importante, pues es común la recomendación de esperar y observar cuando se detecta alguna masa en los perros. Sin embargo, el monitorizado visual de masas superficiales no es suficiente. Únicamente a través de la biopsia puede hacerse el diagnóstico de cáncer. Por esta razón, no es el aspecto lo que determina un diagnóstico.
Con frecuencia, oímos la recomendación de evaluar las masas que crecen, que cambian progresivamente de aspecto o que irritan al perro. Sin embargo, según opinión de expertos en cáncer canino, la evaluación citológica es la primera recomendación en cualquier masa cutánea o subcutánea que cumpla dos criterios:
- Que mida más que un centímetro.
- Que haya estado presente durante un mes o más.
7. Algunos tumores benignos desaparecen solos
Es posible que los tumores benignos desaparezcan solos. Aquellos que interfieren con la visión, la audición, la alimentación o cualquier actividad normal, pueden requerir tratamiento con corticosteroides u otros medicamentos. Claro está, esto no sucederá en todos los casos y depende mucho de la situación y el crecimiento tumoral.
Cabe destacar que también es probable que los tumores benignos regresen al poco tiempo o después de algunos años. Por lo tanto, es recomendable seguir vigilando la zona y hacer chequeos constantes con el especialista para monitorear la salud del can.
La principal recomendación para mantener la salud canina es que cada tutor dedique unos minutos semanales a revisar a su perro, desde la boca hasta el rabo. Esta es la única manera de hacer un hallazgo temprano de cualquier tipo de lesión. Recuerda que este simple hábito le puede salvar la vida y evitar sufrimiento a tu perro.
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