Tumores grasos: ¿por qué aparecen?

Como muchos tumores, la aparición de lipomas no tiene un causa directa. Aún así, se trata de una patología de pronóstico generalmente positivo.
Tumores grasos: ¿por qué aparecen?
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 23 mayo, 2020

Encontrar un bulto bajo la piel de la mascota es un suceso muy inquietante para el tutor que, probablemente, desemboque en una consulta al veterinario. No es de extrañar, sobre todo en el caso de los perros, que se trate de un lipoma o tumor graso.

En principio, este tipo de tumores se elimina con cirugía y rara vez vuelven a aparecer, aunque no siempre es el caso. Si bien la mayoría de los lipomas se localizan de forma subcutánea, es decir, bajo piel, a veces pueden observarse en otras regiones del cuerpo.

Cerca del 16 % de los perros de mediana edad o geriátricos desarrollarán tumores grasos. Principalmente, las perras que sufren obesidad son las más predispuestas. 

Esta patología está extendida principalmente en canes: los felinos rara vez tienen lipomas.

¿Son malos los tumores grasos?

Un lipoma es una masa compuesta exclusivamente por lipocitos o células grasas. Estos bultos son siempre benignos y no son considerados como cancerosos.

La razón es que nunca provocan metástasis o propagación a otros tejidos. Aparecen bajo la piel del perro, en un lugar o varios. Muchas veces permanecen del mismo tamaño durante años, pero en otros casos crecen.

Ocasionalmente, los tumores grasos pueden aparecen en otras regiones del cuerpo. De esta forma, sí podrían resultar peligrosos o, más bien, problemáticos. Esto ocurre cuando la masa aparece en lugares anatómicos poco convenientes.

Gato en el veterinario

¿Cuándo debe ser rápidamente extirpado?

Como dijimos, a veces los tumores grasos aparecen o se infiltran en otras regiones del cuerpo. Se conocen casos de perros que han desarrollados lipomas, llamados infiltrativos, en las vértebras cervicales. Esto puede ocasionar una parálisis total o parcial del cuerpo del animal. Las experiencias demuestran que, una vez extirpado, el can vuelve a la normalidad al cabo de poco tiempo.

Más comúnmente, los tumores grasos pueden encontrarse en la cavidad abdominal o torácica. Dependiendo de su localización, el perro podría padecer un serio estreñimiento o dificultad respiratoria. También podrían aparecer infiltrados en la musculatura de las patas, lo cual causaría distintas cojeras al animal, debido al dolor. 

Los síntomas que presentarían estos animales en un principio llevarían a pensar en un diagnóstico mucho más grave. Pero, con las pruebas pertinentes, pueden descubrirse estos molestos lipomas de fácil solución.

¿Por qué se crean los lipomas?

Como ocurre con el resto de tumores, neoplasias o cáncer, es muy complicado saber por qué se desarrollan. Muy pocos tumores tienen un razón conocida. Habitualmente, la causa suele comprender un conjunto de factores de riesgo, como la edad, el sexo, el ambiente, la genética o la herencia.

¿Todos los tumores grasos deben extirparse?

En la mayoría de los casos, los tumores grasos son un problema principalmente estético. Si el animal no presenta una patología previa que impida el uso de anestesia general, quitarlo no sería una tarea difícil.

Pero, si no se desea entrar a quirófano con el perro, puede optarse por la aspiración con jeringuilla. El problema reside en que, muchas veces, la aspiración no termina de eliminar por completo el lipoma, que vuelve a crecer.

Por el contrario, si el tumor se encuentra en un lugar que pueda resultar incómodo para la vida normal del animal o que comprometa seriamente su salud, es mejor optar por la extirpación quirúrgica.

Lipoma en un perro.

¿Existen lipomas malignos?

Aunque no es muy común, existe una forma maligna del lipoma, conocida como liposarcoma. Es considerado más infiltrativo que el normal, aunque no tanto como otros tipos de cáncer

Si aparecen, es muy recomendable su eliminación total que, además, implica la extirpación del tejido que lo rodee, con el fin de evitar su posterior desarrollo y propagación.

En cualquier caso, si descubres un bulto en tu mascota, acude lo más pronto posible a tu clínica veterinaria habitual. El diagnóstico precoz es la clave para un tratamiento eficaz.


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