Las cobayas son roedores simpatiquísimos. Son unas excelentes mascotas, ya que no ocupan demasiado espacio, y aunque son afectuosas y a veces demandan atención, no necesitan unos cuidados especiales ni mucho tiempo de dedicación. Apunta estos trucos que les puedes enseñar a tu cobaya.
Las cobayas son unas grandes mascotas: simpáticas, muy expresivas y agradecidas. Infravaloramos la inteligencia y la capacidad de aprender de los roedores: les encanta aprender cosas nuevas y son capaces de entender mucho más de lo que creemos.
Con paciencia, y teniendo claro qué queremos enseñarle a una cobaya, puede llegar a hacer trucos asombrosos. Es fundamental saber con qué vamos a premiar sus avances: las cobayas son vegetarianas y les encanta la lechuga o el perejil; la lechuga a muchas les sienta mal y el perejil puede provocar un envenenamiento.
Antes de empezar a entrenar a tu cobaya, descubre qué le gusta de premios. Busca una comida que pueda comer sin que le siente mal y que puedas proporcionarle en cachitos pequeños. El gusto de cada cobaya es único, así que el primer paso es descubrir qué premios le van a motivar a aprender.
Cómo enseñar a tu cobaya nuevos trucos
Antes de nada, tienes que decidir qué trucos quieres enseñarle a tu cobaya. Ordénalos desde el más sencillo hasta el más complicado: empieza siempre por lo fácil y ve subiendo la dificultad muy poco a poco.
Cuando decidas por dónde empezar, descompón el truco en partes mucho más pequeñas: es bastante más eficiente enseñar a tu cobaya poco a poco que intentar hacer el truco completo desde el principio.
Premia a tu cobaya cada vez que lo haga bien, justo al momento de hacerlo correctamente. No te retrases ni te adelantes, o no entenderá por qué le estás premiando: si no te entiende, no podrá repetirlo, y no estará aprendiendo.
Decide con qué palabra vas nombrar cada truco. De manera ideal, ha de ser una palabra por cada uno, de no más de dos o tres sílabas; nunca intentes enseñarle con la misma palabra dos trucos diferentes.
Primero, di la palabra una sola vez y luego guía a tu cobaya para que haga el truco. Después de varios intentos, habrá aprendido que esa palabra significa que quieres que haga esos movimientos.
No castigues a tu mascota cuando se equivoque. Hazle volver a empezar el ejercicio: equivocarse es parte del proceso de aprendizaje. No le riñas, ni te agobies: hacer trucos y cosas divertidas es un juego, no una obligación. Si el roedor no quiere aprender o no le interesa el ejercicio, no tiene sentido forzarlo.
Ponerse en pie
Hay muchas cosas que le puedes enseñar a tu cobaya. Entre ellas, uno de los trucos más sencillos es hacer que se ponga en pie.
Empieza con un premio en tu mano. Acércaselo a la cara y elévalo poco a poco, haciendo que se levante sobre sus patas traseras para seguirlo. Las primeras veces, prémiale al momento de despegar las patas delanteras del suelo; luego espera a que se levante un poco más y, para terminar, espera a que se ponga totalmente de pie para darle el premio.
No te olvides de decir la palabra que elijas (“en pie” o “arriba”, por ejemplo, pero puede ser cualquiera que te apetezca) antes de mandarle levantarse. Deberías considerar que el truco está aprendido cuando digas la palabra y ella no espere a que levantes la mano con el premio; que ella se yerga sola.
Dar una vuelta de 360º
Dar una vuelta sobre sí misma es otro truco sencillo para enseñar a tu cobaya. De nuevo, usarás el premio como señuelo: a la altura de su nariz o más bajo, incluso a ras de suelo, mueve la mano de manera que, para seguirla, el animal tenga que girar sobre sí mismo.
Para empezar, di la palabra que hayas escogido, y luego guía a la cobaya para que dé la vuelta, pero prémiala antes de completarla. A cada intento, haz más recorrido con la mano y, cuando hayáis completado un par de vueltas enteras, guíala con la mano para dar la vuelta, pero retira el premio.
Al cabo de unos cuantos intentos, tu cobaya debería haber aprendido a dar la vuelta solo tras la orden de voz. Sin embargo, cada animal aprende a su ritmo, así que puede que necesite más repeticiones de las que esperas para entender qué quieres que haga.
Hacer zig zag
Para este truco necesitarás hacer previamente manualidades. Debes crear una plataforma en la que puedan sostenerse cuatro o cinco palitos completamente verticales. Deja un espacio de por lo menos 10 centímetros entre cada palo: así te aseguras de que tu cobaya pase entre ellos sin chocarse y sin tirarlos.
El método es similar al de los trucos anteriores: di la palabra escogida y guía al animal entre los palos. No empieces completando todo el recorrido; ya irás incrementando la dificultad más adelante.
En este caso, ten especial cuidado de empezar el recorrido siempre por el mismo lado: para los animales, dejar un palo a la izquierda o a la derecha es un cambio muy grande.
Hay muchísimas cosas que puedes enseñar a tu cobaya; solo es cuestión de echarle imaginación y ser capaz de dividir cada truco en partes más sencillas. Hay cobayas que encestan una pelota en una canasta, otras que son capaces de saltar entre un aro, y otras que saben arrastrar carritos de la compra de su tamaño… Otras incluso saben dar la pata.
Todo depende de tu paciencia y habilidad para adaptarte a su ritmo de aprendizaje; también en encontrar un premio que le motive lo suficiente. No tengas miedo de intentar todo lo que se te ocurra, siempre que sea divertido para los dos.