¿Cómo se debe tomar el pulso a un perro?

Aprender a tomar el pulso a la mascota puede ayudar a detectar enfermedades de forma temprana. En algunos casos, esto puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte del animal.
¿Cómo se debe tomar el pulso a un perro?
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 12 diciembre, 2022

La diversidad en forma y tamaños de los canes es tan amplia que, evidentemente, el rango de las funciones vitales primarias puede ser variado entre razas e individuos. Por este motivo, es crucial conocer bien a la mascota para que, llegado el momento, tomar el pulso a un perro sea sencillo.

A pesar de la diferencia que pueda existir en el número de latidos por minuto en perros de distintas razas, existen otras características del pulso muy importantes, incluso más que el número. Descubre a continuación las peculiaridades de los latidos en el perro para poder tomar el pulso a la mascota.

FRISS, la clave del ritmo del corazón de un perro

Medir el pulso a un perro es una forma de saber su frecuencia cardiaca. A veces, el veterinario puede pedir al tutor de un can que recoja este dato varias veces al día durante la toma de alguna medicación, o bien cuando el perro presenta algún tipo de patología.

La frecuencia cardiaca puede tomarse en casa. Esto se suele realizar mediante la colocación de la mano sobre el pecho del perro a la altura de su codo izquierdo, tras lo cual se puede contar el número de latidos en 15 segundos para después multiplicarlo por 4. No obstante, existen otras técnicas más fiables.

Cuando se toma el pulso a un perro, este debe ser fuerte, regular, igual, simétrico y sincrónico. Cada una de las primeras letras de estas palabras forman el acrónimo FRISS.

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La importancia del FRISS

Si se siente que el pulso o ritmo del corazón no tiene estas características, puede ser consecuencia de algún problema, aunque no tiene por qué ser grave. Lo indicado en estos casos es efectuar tomas repetidas a lo largo del día y anotar cualquier disparidad. Tras ello, se visitará al veterinario y se le mostrarán los hallazgos encontrados sobre el pulso del perro.

Por último, como se dijo en un principio, cada can puede tener un ritmo normal deferente. Los perros de tamaño pequeño, los animales muy jóvenes y los que padecen obesidad suelen tener la frecuencia cardiaca aumentada. Por el contario, los canes en buena forma y los de razas más grandes tienen ritmos más lentos.

De este modo, lo normal es que un perro tenga entre 60 y 140 pulsaciones por minuto en reposo. Por otro lado, los perros grandes presentan valores entre 60 y 100 latidos por minutos, mientras que los pequeños exhiben entre 100 y 140.



Aprende a tomar el pulso a un perro

A diferencia de los humanos, donde el pulso se toma en la muñeca, para tomar el pulso a un perro se deben buscar las dos arterias femorales. Anatómicamente, se pueden encontrar estos vasos en el interior de los muslos por encima de la rodilla, o dicho de otro modo, en la parte superior interna de la pata trasera del can.

El pulso debe encontrarse con los dedos índice y corazón, nunca con el dedo pulgar, pues este tiene pulso propio y podría confundirse. El pulso en ambas arterias debe tomarse a la vez, además de que se necesita verificar el FRISS. 

Tras tomar el pulso de esta manera, lo siguiente será colocar una mano en el corazón del perro —como se indicó anteriormente— y la otra mano en una de las femorales. Ambos latidos deben estar totalmente acompasados.

Esta forma de tomar el pulso da muchísima información y a un veterinario puede servirle como parte del diagnóstico de una enfermedad:

  • Se sabrá si el pulso es fuerte y se siente con facilidad o, por el contrario, es débil. En perros obsesos, el pulso puede sentirse débil al haber mucha grasa entre la piel y la arteria, lo que dificulta la lectura.
  • Se observará si es regular, es decir, que no cambia su fuerza a lo largo del tiempo.
  • El pulso debe ser rítmico y esta es una buena forma de notarlo. Entre pulsaciones pasa siempre el mismo periodo de tiempo.
  • Además, el pulso tendrá sincronía con los latidos del corazón. De ahí que después de tomar el pulso en ambas femorales a la vez y estos sean iguales (bilateralidad) se compare con los latidos del corazón.

Cómo calcular la frecuencia cardiaca

Una vez que se han detectado las arterias femorales, lo que se tiene que hacer es contar las pulsaciones por un lapso de 15 segundos. Este valor debe multiplicarse por 4 para obtener las pulsaciones por minuto (frecuencia cardiaca), las cuales deben encontrarse entre 70 y 130. En caso de que los resultados de esta prueba sean diferentes, consulta con un veterinario para que te oriente sobre las posibles causas.

¿Qué se puede deducir del pulso de un perro?

Antes de continuar, debes saber que la toma del pulso a un perro no sirve por sí sola para diagnosticar ningún tipo de afección cardiaca o de otra índole. Contrario a lo que se cree, los cambios en el pulso de un perro no son fáciles de detectar por personas que carecen de una formación profesional veterinaria. De hecho, solo se podrían percibir bien cuando los problemas de salud se han agravado.

Debido a lo anterior, no es recomendable tomar el pulso de perro como diagnóstico casero. La mejor opción es estar atento a cualquier otra anomalía física como la apatía, la fatiga excesiva o la dificultad para respirar, ya que estas son más evidentes y perceptibles.

Si la mascota se encuentra mal de repente, tiene algún tipo de episodio convulsivo, vómitos o cualquier síntoma extraño, se le puede tomar el pulso para después dar los datos recogidos al veterinario. Sin embargo, es importante recalcar que se debe priorizar llegar a la clínica para que sea atendido, pues el profesional tendrá que evaluar por sí mismo la condición del can.

Como se dijo al principio, también puede ser normal que un veterinario pida al tutor de un can que le tome el pulso regularmente al perro por distintas razones. Por ejemplo, la aparición de efectos secundarios o para afinar más en el diagnóstico de alguna enfermedad. 

¿Qué ocurre cuando FRISS no se cumple?

Una vez se le toma el pulso a un perro, cambios en el patrón FRISS pueden indicar síntomas concretos poco visibles a simple vista. Un pulso muy débil, por ejemplo, puede indicar una reducción drástica del ritmo cardíaco. Esta sería una situación de extremada urgencia y el perro debería visitar al veterinario lo antes posible.

Un pulso irregular que ocurre de forma ocasional es normal y no es indicativo de ningún tipo de enfermedad. Sin embargo, puede estar desarrollándose una enfermedad cardiaca subyacente en el animal. Por otro lado, al igual que ocurre con los ritmos irregulares, encontrar pulsaciones arrítmicas ocasionalmente no tienen por qué ser un problema.

Por desgracia, si estas arritmias son muy marcadas y repetitivas, pueden ser síntomas de otras enfermedades como el hipertiroidismo, causadas por una intoxicación, parásitos como los gusanos del corazón o consecuencia del uso de ciertos medicamentos.



Asimismo, un pulso asincrónico puede indicar el padecimiento de aterosclerosis, disección o aneurisma de la aorta o la enfermedad de Takayasu. Cualquier evidencia que se encuentre al tomar el pulso a la mascota debe ser comunicada al veterinario lo antes posible.

Vector del pulso de un perro.

Saber cómo tomar el pulso a un perro de forma correcta requiere cierto entrenamiento. No dudes en pedirle a tu veterinario que te haga una demostración para que, llegado el momento, sepas realizarlo correctamente. Si bien es cierto que no está de más aprender a hacerlo, ten en mente que solo un profesional está capacitado para valorar y detectar problemas en la salud del can. Así que evita a toda costa el autodiagnóstico.


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