En la cultura popular existen innumerables historias sobre delfines que salvan náufragos, pescan y acuden a las costas en busca de compañía humana. Todo esto plantea una pregunta lógica: ¿de verdad somos algo para ellos? ¿Que estos animales saquen del agua a alguien que se ahoga quiere decir que los delfines sienten empatía?
La empatía es un proceso mental complejo que necesita de un alto desarrollo cognitivo —evolutivamente hablando— y de una mente social. Los delfines, a pesar de reunir estos requisitos, tienen fama de no ser tan simpáticos como nos hacen creer los zoológicos. Si te interesa desentrañar esta cuestión, sigue leyendo.
Empatía y teoría de la mente
Podemos definir la empatía como la habilidad cognitiva de un individuo para comprender y participar en los sentimientos del otro. ¿Alguna vez te han contagiado un bostezo? Quizá algún amigo te ha dicho «no llores, que entonces lloro yo». Todo eso es empatía: sentir lo que el otro está sintiendo.
La empatía surge como proceso adaptativo en especies sociales, ya que es uno de los mecanismos más sofisticados que hay para la convivencia entre individuos. Sin ella, la cohesión del grupo es imposible de alcanzar. Además, los requisitos para la empatía incluyen también la autoconsciencia y que esta sea generalizable a los otros miembros de la asociación.
Esta proyección de la autoconsciencia es lo que se conoce como teoría de la mente. Un buen ejemplo sería ponerle una canción concreta a un amigo que lo está pasando mal porque recordamos que a nosotros nos ayudó a levantar el ánimo: estamos asumiendo que en su mente va a ocurrir el mismo proceso que en la nuestra.
Los delfines y la teoría de la mente
Los delfines han demostrado con creces ser capaces de reconocerse en el espejo, de tener un sistema social complejo y una comunicación altamente sofisticada. Pero ¿qué hay de la teoría de la mente? ¿Atribuyen los delfines sus estados mentales a los demás?
La respuesta es que sí. En 2010, Uwano y su grupo de investigadores lo demostraron en un experimento en el que los delfines, entrenados para seguir una serie de órdenes a través de gestos, se veían más inclinados a responder ante la dirección de la mirada del cuidador que al propio gesto.
Es decir, los delfines prestaban más atención a lo que creían que quería su cuidador que a la propia orden. Dado todo esto, ¿se puede decir que los delfines sienten empatía? La respuesta es que sí. A continuación, te mostramos cómo terminó de demostrarse este hecho.
Los delfines sienten empatía y actúan en consecuencia
La empatía es un proceso ya demostrado en especies no humanas de lo más variopintas, desde pequeños ratones hasta elefantes, pero no hay más remedio que estudiarlo a través de observaciones indirectas, es decir, en base a sus consecuencias. ¿Cómo demuestra uno que siente empatía? La respuesta es muy sencilla: a través de las conductas de ayuda.
Antes de realizar ningún experimento, ya se habían recogido varias sospechas de que los delfines son empáticos. Te mostramos algunas evidencias bastante claras de ello:
- Bucear en zonas donde hay delfines es relativamente peligroso, pero no porque te puedan atacar: los delfines saben que los humanos no respiran bajo el agua y tratan de salvar a los buzos pensando que se ahogan. El cambio brusco de presión por salir a la superficie demasiado rápido puede producir daños en el organismo.
- Los delfines defienden a otras especies de los tiburones: estos grandes peces son el enemigo natural de los delfines y son varias las historias que cuentan cómo defienden a bañistas de ataques de tiburones o actúan como cebo para alejarlos de grupos de ballenas.
- Los delfines ayudan a sus congéneres: cuando un delfín en el grupo está demasiado débil o herido, los demás miembros del grupo nadan a su alrededor para protegerle y le ayudan a subir a la superficie para que pueda respirar.
Por otro lado, en entornos controlado y condiciones experimentales se han descubierto los siguientes hitos con respecto a la empatía en estos animales:
- La enorme complejidad de su sistema social es el caldo de cultivo para la empatía: el gran cerebro de los delfines y su infancia prolongada crean unas condiciones perfectas para desarrollar el sentido de cohesión del grupo y actuar en consecuencia.
- La relación materno-filial es clave para el desarrollo de la empatía en delfines: las madres enseñan a las crías cómo comportarse en el grupo a través de su comportamiento, pero también con sus propias palabras, ya que se identifican con silbidos y hablan unos de otros.
- Su capacidad para imitar comportamientos es parte del desarrollo de la empatía: en estudios de psicología comparada se observó que la cría de delfín desarrollaba empatía por los demás miembros del grupo imitando los comportamientos de la madre.
Citaremos a modo de conclusión al famoso antropólogo y ecologista Loren Eyseley. Él hablaba de «acabar con la larga soledad», donde la especie humana se deshace, después de miles de años, del sentimiento de aislamiento que acarrea creer que somos los únicos seres inteligentes que existen. Y tú, ¿qué opinas?
Bibliografía
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Pérez-Manrique, A. & Gomila, A. “False belief attribution in bottlenose dolphins (Tursiops truncatus) using a novel paradigm”. Oral presentation. Behaviour 2015. 9–14 August 2015. Cairns, Australia.Morrison, R. (2018, 10 enero). Precocious development of self-awareness in dolphins. Plos One. https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0189813
Uwano, Y., Ogura, S., & Saito, T. (2010). Bottlenose Dolphins’ (Tursiops truncatus) Theory of Mind as Demonstrated by Responses to their Trainers’ Attentional States. International Journal of Comparative Psychology, 23. https://escholarship.org/content/qt2dd258ps/qt2dd258ps.pdf