La zoantropía es un trastorno psicológico en el que la persona cree haberse convertido en un animal o que puede transformarse. Existen varios tipos de zooantropía según el animal que la persona crea ser. En la literatura científica podemos encontrar hasta 56 casos clínicos de zooantropía, y parece haber muchos más casos en la historia aunque no hayan sido registrados.
La licantropía
La licantropía –representada en la foto que encabeza este artículo– es la ‘habilidad mágica’ para convertirse en lobo o licántropo, es decir, en un hombre lobo, que es una criatura legendaria, mitad lobo y mitad hombre. La mitología nos cuenta que un hombre se convertía en hombre lobo por una maldición y se transformaba en las noches de luna llena.
Aunque esto nos parezca pura ficción, a lo largo de la historia ha habido casos clínicos de personas que realmente creían haberse transformado en esta criatura.
Estas personas no solo estaban convencidas de ser un licántropo, sino que además se comportaban como tal. Aullaban, andaban a cuatro patas, se mostraban agresivos o incluso se alimentaban de carne cruda.
Otras zoantropías
Existen otras variantes de zoantropía, a pesar de que la licantropía es la más conocida. En la hipantropía las personas afectadas se creen o se comportan como un caballo, mientras que la boantropía es lo mismo en el caso de las vacas. De hecho, las primeras críticas a las vacunas contra la viruela se basaban en la boantropía.
Edwad Jenner fue un investigador médico que en 17976 realizó la primera inoculación de la vacuna de la viruela. Jenner fabricó su vacuna a partir del virus de la viruela de la vaca, muy parecida a la viruela de los humanos.
Sus vacunas tuvieron éxito y salvaron a muchas vidas. Sin embargo, hubo una corriente contraria que afirmaba que las personas vacunadas desarrollarían apetitos bovinos, mugirían y se moverían a cuatro patas, mientras golpearían el suelo con la cabeza como si fueran cuernos.
Zoantropía en la historia
Aunque muy pocos casos se han registrado, la creencia es muy antigua y está representada en diferentes culturas. En la Edad Media, a personas que mostraban signos de zoantropía se las creía poseidas o endemoniadas, y eran perseguidas y quemadas.
Con el tiempo y el avance de la medicina se llegó a la conclusión de que estas personas podían padecer un trastorno mental, más que una posesión. Además, el avance científico apartó poco a poco las creencias populares, y los casos de zoantropía, si ya eran pocos, se redujeron.
¿Por qué se produce la zoantropía?
Es difícil saber exactamente qué causa esta patología, dado que hay muy poca información y las investigaciones no son del todo precisas. Todo parece apuntar a que los síntomas de la zooantropía se atribuyen a trastornos mentales como la esquizofrenia.
Dos de los casos estudiados de licantropía han observado alteraciones en las regiones del encéfalo que procesan la propiocepción y la percepción sensorial mediante técnicas de diagnóstico por imagen. La propiocepción es la capacidad de reconocer dónde están situados nuestros músculos y la postura que mantenemos, que en estos pacientes estaría alterada.
Otra de las afecciones a las que se asocia es al trastorno delirante o psicosis paranoide. Hay otras corrientes que asocian la licantropía a un modo de evasión de problemas psiocológicos más profundos.
Sea cual sea el origen, lo que está claro es que es un problema mental y no se trata de ninguna posesión o efecto mágico.
La zoantropía en la cultura
Prácticamente en todas las culturas aparece un ser con atributos animales y humanos que forma parte del folclore popular. Incluso en muchas religiones se veneran figuras zoantrópicas, desde el Antiguo Egipto a los dioses hindúes.
Y no olvidemos a los famosos niños criados por animales salvajes, como es el caso de Marcos Rodríguez Pantoja en España, que se crió entre lobos durante 12 años. Perros, gatos, cabras e incluso pájaros son algunos de los animales que han adoptado a niños humanos como si fueran sus crías.
Hicieron falta años de terapia para adaptar a estos niños zoantropizados a la vida de los humanos. Ellos no tenían un trastorno psicológico, sino que ‘se convirtieron en animales’ para poder sobrevivir.
Bibliografía
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- Blom JD. Clinical zoanthropy. Tijdschr Psychiatr. 2013;55(5):359-68.
- Science blogs. Vaccines and the Boanthropy Risk.
- Oscar Castillero Mimenza. Licantropía clínica: personas que creen transformarse en animales. Psicología y mente.